Del terciario a la universidad

Por Mariano Biavaschi, Agustín Miglierina y Victoria Urdampilleta


¿Y ahora qué hago?, se preguntan varios jóvenes cuando terminan de estudiar una carrera terciaria, ya que si bien éstas posibilitan acceder a un título en pocos años y conseguir una salida laboral, muchas veces el diploma terciario no tiene el peso de uno universitario.
Los egresados terciarios se dividen en dos grandes grupos: los de las tecnicaturas y los de los profesorados, ambos directamente orientados hacia la salida laboral, pero muchas veces esto no es suficiente, ya que entre las carreras cortas y las universitarias existen importantes diferencias.
Una de las mayores desigualdades es que el título obtenido en una universidad tiene validez a nivel nacional, mientras que uno terciario a nivel provincial, y el mismo debe ser revalidado para darle uso en otra región. Por ello, para achicar estas distancias varias instituciones locales ofrecen diferentes convenios con casas de altos estudios para poder articular las carreras, y una vez egresado del terciario, con sólo dos años más, acceder a un título de carácter universitario.
Esta posibilidad puede que a algunos les facilite el encontrar una respuesta a aquella típica pregunta al egresar: ¿Qué hago ahora que ya conseguí mi titulo?, y como el mercado laboral está tan complicado, la réplica tal vez podría ser seguir estudiando, pero no todo es tan fácil.
Las dificultades son varias, ya que si bien los convenios existen, en muchos casos los interesados se encontrarán con una traba difícil de sortear, como lo son los cupos de ingreso. Además varios institutos locales poseen acuerdos con universidades privadas de Capital Federal y para acceder a ellos habría que mudarse, y los costos, sumados a la de la cuota que en algunos casos superan los $400, ascenderían a un monto duro de afrontar para muchas familias de clase media.
Otra característica interesante con respecto a esta situación, es que los alumnos más interesados y a la vez preocupados con los alcances de estos acuerdos entre instituciones educativas, no son los recién ingresados a la carrera terciaria a la hora de elegir que estudiar, sino que son más bien aquellos que se encuentran ya en la recta final. Recién en ese momento, toman conciencia de que no será tan fácil dar el salto a la universidad, por lo que algunos optan ni siquiera intentarlo y directamente empezar una carrera universitaria desde cero, con todo lo que ello implica en términos económicos y de tiempo.
Pero todo esto no significa que sea imposible, ya que si bien existen algunas dificultades, igualmente es posible sacarle un gran provecho a esta oferta educativa. Para eso, es necesario informarse bien en cada instituto terciario sobre los alcances de sus convenios, si es que los tiene, y armarse de paciencia y voluntad para que la odisea de la articulación terciario-universidad llegue a buen puerto.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

muy buena la nota,los felicito