Voy a tener un bebé... ¿Y ahora?

Por Marcela Lujan

Cuando llega esa noticia que cambiará la vida, la respiración, el cuerpo y hasta el mundo parecen detenerse por un momento mientras que el corazón se acelera a mil por hora. ¡Voy a tener un bebé!, es la primera frase que pasa por la cabeza de los padres y aunque sea o no un embarazo buscado, el resultado más cercano, además de alegría, resulta ser un caos en la organización.
El universo estudiantil de Mar del Plata también incluye mujeres y hombres que pasaron y pasarán por este momento. Sumado al nuevo integrante de la familia, en el caso de los más jóvenes, está la edad y falta de experiencia, y si se incluye a los más grandes, el estudio se suma a los distintos aspectos de la vida que hay que reorganizar.


Una mamá que ¿resigna o asigna?

En el caso de las mujeres, cuando llega el embarazo, los horarios, dedicación y tiempo que se le destinaban al estudio, parecen quedar relegados a las posibilidades que las sensaciones corporales le permiten.

De un total de diez mujeres entrevistadas que se encuentran en alguno de los tres trimestres de gestación, o tienen un hijo menor de dos años, y estudian una carrera universitaria o terciaria, sólo una aseguró no tener dificultades que interfieran con las materias cursadas.

Marisa de 20 años y cuatro meses de concepción nos dijo: “Yo sigo con toda mi vida como siempre, no tengo problemas con la facu y en casa, con la ayuda de mi vieja ya que no estoy de novia, me manejo bastante bien. Es más, te diría que pensé que iba a ser peor de lo que es, estoy disfrutando tanto de esto que ni pienso en lo que me espera”.

Así, entre risas, la joven estudiante de abogacía de la Facultad de Derecho, asegura que “gran parte del ‘padecimiento’, si se puede llamar así, pasa por la cabeza. Yo elijo delegar tareas y así me siento bien, de lo único que me ocupo es de prepararme vianditas para todo el día, me llevo una botella de agua y pido ayuda a mis compañeros, profesores, directivos para todo lo que necesito. Cuando llego a casa me pego un baño y ya está”.

Diferente es el embarazo de 6 meses de Claudia, también estudiante de abogacía pero con 27 años. A pesar de tener una pareja estable, ella dice que “la carrera se hace cuesta arriba, no hay tiempo que alcance”. A su vez, agregó: “No todos los profesores son comprensivos y hasta me pasa que ni mis compañeros me entienden cuando no puedo ir al grupo de estudio porque no me siento bien. Por eso decidí resignar la mitad de las materias y ver como sigo. Si se me complica más tendré que dejar”.

Claudia se muestra con una postura completamente diferente a la de Marisa a pesar de tener más edad y una pareja que según sus propias palabras “es la mejor compañía que podría tener”.


“Hay muchos factores en juego”

El psicoterapeuta Alejandro Martínez Derochi (MNº 46.256) explicó: “Las reacciones son diferentes porque las mamás son diferentes y el tiempo de embarazo es diferente. Los síntomas como mareos, pequeñas contracciones, nauseas, acides, sueño, pataditas del bebé a los 4 meses son completamente distintos que a los 6. Ese es el primer punto que hay que tener en cuenta, hay cosas que no se pueden manejar”.

“De todas formas, es cierto que gran parte del resultado que se obtenga pasa por la actitud. Si una mujer universitaria embarazada se siente capaz de seguir con las materias que cursa, va a buscar las distintas opciones emocionales y reales, como evitar discusiones con compañeros, estudiar después de una siesta o acostada en la cama, para poder ‘cumplir’ con todo lo que se propuso. Si no está segura lo ideal es que deje algunas materias y si ya tiene muchas otras obligaciones porque trabaja o tiene otro hijo o lo que sea, seguramente el obstetra le recomendará que postergue el estudio un tiempo para poder estar más tranquila”, concluye al respecto, pero pidiendo siempre que las mujeres consulten a los especialistas cuando no se sientan bien con “tantas presiones” encima.




Voy a ser papá… no puedo dormir.

De un total de seis varones entrevistados que serán o son padres mientras estudian, cinco confesaron tener problemas de sueño que, como consecuencia, termina afectando sus calificaciones. Cuatro dijeron estar más nerviosos y sentir una falta de concentración y nuevamente sólo uno afirmó que el embarazo de su pareja no afecta su carrera.

Martín es estudiante de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata y tiene 30 años. Junto con su pareja, tiene un bebé de 18 meses.
En diálogo con Aula Magna explicó: “A esta altura manejo bien los tiempos. Me acuerdo cuando nació el gordito que se despertaba cada tres horas y yo venía a rendir casi sin dormir. Fue complicado pero lo pasamos, ahora hago malabares entre el trabajo y el estudio, pero mi mujer hace casi todo en casa así cuando llego me dedico a pasar un buen rato en familia para después ponerme a estudiar”.

Juan Ignacio de 25 años y estudiante de Derecho, también dijo que la principal interferencia en su carrera relacionada con el embarazo fue la falta de descanso.
“Si ella -refiriéndose a su novia- no duerme, yo no duermo. Cuando está con dolores tengo que estar ahí, suena pesimista pero la realidad es que cambio mucho mi vida y ni hablar de la facultad, estoy súper atrasado”, comentó.

Desde la Facultad de Derecho aseguraron que ellos hacen un “acompañamiento” a las madres dentro de las posibilidades, con medidas como licencias, derechos para rendir y charlas orientativas. Sin embargo, entienden que no se puede siempre seguir los tiempos de una mujer o varón que va a tener familia porque sería injusto para el resto del alumnado. De todas formas, invitaron a todas las futuras madres y futuros padres a acercarse al Decanato o al Centro de Estudiantes por cualquier inquietud ya que ambos “intentarán solucionar cualquier problema que se pueda presentar”.

En definitiva, un nuevo integrante en la vida de un estudiante puede transformarse o no en un retraso en la carrera, pero lo importante en todos los casos, es sentirse bien con uno mismo y con el otro, tratando de sobrellevar con buenas actitudes los contratiempos y pidiéndole ayuda a todo aquel que se lo considere necesario ya que de esta manera se podrá pasar los malos ratos sin sobresaltos.

Todas las madres entrevistadas coincidieron en que “un hijo siempre va a traer alegría” e incluso el psicoterapeuta indicó que éste es el punto en el cual se podrían concentrar inicialmente los estudiantes que esperan un bebé para conseguir buenos resultados. En consecuencia, tomándolo con calma, podrían tomar prioridades y así intentar reacomodarse para continuar con la vida que llevan, aunque ahora incluyendo a alguien más.

0 comentarios: