Por Juan Pablo Picinotti
Eduardo
Galeano afirmó hace mucho tiempo que la caridad es humillante porque se ejerce
verticalmente y desde arriba; en cambio la solidaridad es horizontal e implica
respeto mutuo. Juan Rey, el librero que en febrero de este año se negó a aumentar losprecios de sus productos, ante la imposición de sus proveedores, parece
haber entendido a la perfección la frase del escritor uruguayo. La repercusión
del hecho fue tan grande que hasta la presidenta, Cristina Fernández de
Kirchner, lo llamó para felicitarlo. "Fue una gran emoción", exclama
el comerciante.
Hace 9
años fundó,
junto a su familia y amigos, una ONG modelo llamada "Hazmereír",
cuya función principal es brindar ayuda solidaria a jardines, escuelas,
diferentes barrios, asilos, y a todos aquellos que la necesiten, con el arte
como herramienta principal para lograr el objetivo. La fundación y sus
artistas han realizado miles de funciones teatrales solidarias, y para ello
recorrieron de norte a sur todo nuestro país, América Latina en gran parte,
España, Francia, Portugal, Egipto, Nepal, y plantaron en cada lugar su sonrisa
como bandera.
Juan
Manuel Rey es el nombre completo de este hombre nacido en Vivoratá, que a los 9
meses se vino con su familia a vivir a Mar del Plata. "Mi familia, el
barrio y el club Unión fueron los pilares más fuertes, donde aprendí a
prevalecer lo colectivo ante lo individual, donde forjé el respeto y la
solidaridad", relata el empresario con su voz disfónica, mientras nos acomodamos
en su pequeña oficina de la librería Keops, comercio que fundó
hace 17 años.
El lugar tiene la misma calidez que su rostro transmite al recibirme. Paredes plagadas de recuerdos con amigos, festivales de su ONG, de su vida deportiva, de su familia, premios, distinciones y cuadros artísticos. Su sonrisa genera la sensación de conocernos hace mucho tiempo, a pesar de ser la primera vez que entablamos un diálogo.
- ¿Qué
significa el club Unión en tu vida?-
- Unión
es todo para mí. Desde los cinco años comencé a formarme
como basquetbolista, luego fui técnico y tiempo más tarde me convertí en
presidente, y estuve a cargo del club por más de 20 años. En el buffet del club, los viejos
después del segundo Gancia contaban las mejores historias de vida.
En el
año 2005 dos fatalidades cambiaron el rumbo de su vida. Primero, Marcelo uno de
sus mejores amigos, perdió a su hijo. "El dolor fue inmenso", explica.
Pero meses después Juan Pablo, su hijo mayor que era artista de circo, murió en un
accidente. En ese momento del relato la nostalgia se adueña de su
semblante, a pesar de conservar una envidiable entereza. "El dolor es inexplicable y
eterno, pero en su momento creí que debía hacer algo. Así que con los compañeros de circo
de mi hijo pensamos que había que despedirlo con un festival. Lo hicimos, fue
un éxito, y ahí surgió Hazmereír en
homenaje a mi hijo", cuenta.
Desde
hace dos meses decidió tomar una importante decisión que fue la de aceptar el
cargo ofrecido por la
Municipalidad de General Pueyrredon, como director
de la secretaria de cultura.
Juan revela que su nuevo rol le trajo la satisfacción de poder trabajar mucho
mejor en los barrios de la ciudad, pero destaca que solo el tiempo dirá si es
una buena decisión. Remarca como decepción el hecho de que algunos quieran
ensuciar el nombre de la ONG
por vincularlos con su puesto político.
La
fundación Hazmereír desde que fue creada, entre otras cosas,
inauguró un jardín de infantes para la comunidad aborigen de Aguai Poty
(Misiones), la cual es apadrinada por la fundación. Crearon un nuevo salón para
el comedor "Amiguitos" de nuestra ciudad, donde más de 90 niños
desayunan, almuerzan, reciben apoyo escolar y atención médica. También realizó
la donación de unos 500.000 útiles escolares. Colaboran con unas 30 comunidades
de todo el país, y además en la actualidad llevan a cabo la campaña solidaria
"Viejos, nuestros queridos viejos" para
lograr construir una
nueva ala para la residencia de adultos mayores “Hogar Eva Perón” ubicada en 12
de Octubre y Cerrito.
"Tanto
mi otro hijo Ignacio como todos los demás chicos que llevan a cabo Hazmereír
, no tienen porque sufrir los agravios que reciben. Barlovento es la
obra teatral que se desprende de la
ONG, y este año Carlos Rotemberg, reconocido
productor, la dirigirá. Esto nada tiene que ver con mi cargo político, sino con
la inmensa calidad artística de los chicos", remarca Rey, al tiempo que
adelanta: "Me voy a alejar de Hazmereir para no afectar su normal funcionamiento. Quedarán a cargo los chicos y apoyaré
en lo que pueda".
Entre
respuesta y respuesta Juan está atento a su computadora, atiende uno y otro
llamado a su celular. Se lo ve muy comprometido con todas sus actividades. "Me
levanto a las 6.30 y no paro más en todo el día", comenta, con una
sonrisa cómplice. También destaca que su máximo sueño es crear acá en Mar del
Plata una escuela de circo que sea modelo en todo el país. "Con mucho
esfuerzo y dedicación, lo vamos a lograr algún día", remarca.
Al
preguntarle sobre cuáles cree que son los valores que las personas deben tener en la vida, no duda:
" Para mí no hay nada más firme que darle la palabra al otro, o estrechar
la mano. Me corto un dedo antes de fallarle a alguien".
“La
sangre tiene razones que hacen engordar las venas”, decía el gran compositor popular, Atahualpa
Yupanqui. Parece que estas razones abundan en Juan y son el motivo para seguir
cada vez más vivo en la lucha. Esa pelea eterna para volver nuestra sociedad un
poco más justa, él la tiene ganada. "Nunca hay que privarse del dulce egoísmo de
ayudar" es la frase de propia autoría que este multifacético
hombre nunca se cansa de repetir.
La
entrevista va llegando a su fin, aunque de repente, sutilmente, interrumpe el
espacio una señora con teléfono en mano y mirando al reporteado dice: "
Son de radio LU9, es el Cholo Ciano". Sin esperarlo paso a ser un
oyente exclusivo de la nota y mientras escucho sus respuestas, disperso mi
vista con las imágenes que inundan la pared. El motivo de la llamada
periodística era para aclarar su desvinculación de Hazmereir.
Juan se
despide de la nota telefónica muy amablemente y presiento que no debo preguntar
más, que la nota llegó a su fin. Le comunico que no quiero robarle más tiempo.
"A tus ordenes", responde. Nos damos un abrazo y me retiro de su
librería.