Huele a prejuicios: casi no hay cambiadores de bebés en los baños públicos masculinos





Por Lucila Morinigo y Jordan Pérez Urrutia


La actualidad representa las nuevas generaciones y sus diferentes tipos de familia. La familia “modelo” –conformada por padre, madre y dos hijos- dejó de ser la única. Los derechos de una pareja de homosexuales o un padre viudo / soltero que están criando a sus bebés no deberían ser diferentes a los que por “naturaleza” tienen las mujeres: atenderlo en un cambiador.
En el Siglo XXI, la igualdad de género se incorpora a lo cotidiano y las mujeres toman un papel en la sociedad negado décadas atrás. Sin embargo, aún hay ciertas cuestiones en las que sólo se confía en sus manos y la infraestructura así lo impone: en más del 90% de los baños públicos y semipúblicos de locales en Mar del Plata, los cambiadores de bebés sólo existen en el de mujeres.
Tras una investigación realizada en diversos establecimientos de la ciudad como shoppings, cines, hipermercados y restaurantes, la ausencia del cambiador para bebés en el b

año de hombres o la existencia de un cuarto neutro pisa fuerte.
Recaer en una calificación con tinte machista es la primera idea pero, ¿existe realmente un impedimento en la construcción o en la idea previa de un proyecto? En la consulta con especialistas en temas de construcción y habilitación de espacios, el arquitecto Jorge Colombo (Mat- 21.810) se refirió a la colocación de los cambiadores.
“En todos los lugares públicos, no están computados como espacio en los planos; tiene que ver con una cuestión más que nada de diseño por parte de cada uno de los profesionales que asistan al proyecto. Sin dudas, el que te baja líneas es el propietario. Hay una cierta cantidad de medidas que tenés que respetar, además”, explica Colombo.
-        En algún proyecto, ¿alguien acudió con esta inquietud o agregado del cambiador en el baño de hombres?
-        No, realmente no.  El dueño no suele invertir mucho dinero en locales que alquila; la historia puede ser otra si arranca desde cero pero en todos mis años en esta profesión, no ha sucedido algo asi.
-        ¿Lo recomendarías?
-        Yo siempre destaco que hay que dejar ciertos espacios. Te lo doy en el ejemplo de un hogar, que para mi hay que tener un baño en planta baja, al igual que una habitación porque uno nunca sabe si va a necesitar silla de ruedas por algún motivo.
Cuando uno tiene un proyecto grande como un shopping, ahí si se contempla la instalación de cambiadores de bebés en zonas neutras, es casi seguro que se contempla. Está todo preparado para que vayas con una silla de ruedas, con un bebé, con los chicos, para que tengas el espacio para cambiarlos.


-        Entonces, ¿cuál es la real dificultad?
-        Es muy difícil hoy en día instaurar algunas cosas, si vamos a lo más importante, el tema es la accesibilidad para personas con discapacidades. Se está tratando de normalizar todo, siempre aparece algo nuevo, es como las leyes. Son creadas para subsanar un problema nuevo que surge. Hay normas mundiales que te van marcando lo que tenes que hacer y cómo tenés que hacerlo, de ahí en más que se vayan modificando diferentes aspectos de la sociedad. Ver cómo lo podemos hacer ley, porque también cada modificación que vos hagas va a tener algún costo, y siempre están los temas políticos en el medio.
Cual búsqueda del tesoro, en uno de los recorridos se llegó al cuarto cambiador (auspiciado por una marca de pañales) que existe en el subsuelo del Shopping Los Gallegos y, el grupo de madres allí presentes, brindó su opinión que se resume de manera unánime: los hombres también pueden y deberían. “Los cambios de roles existen”, afirmaron.
El ex titular de Inspección General Eduardo Bruzetta, fue consultado en lo que concierne a las medidas y requisitos de habilitación de los espacios en la ciudad y recordó las épocas en las que cambiaba pañales: “Me acuerdo que salía a trabajar con mis dos hijos, que se llevan tres años, y cuando los tenía que cambiar me metía en el baño de hombres y como sea los cambiaba. Tenía el bolsito y el cochecito. De alguna forma me la tenía que arreglar”.
-        Y en la actualidad, ¿considera acertada una posible incorporación de los cambiadores en los baños de hombres?
-        La realidad es que no hay nada que lo impida, no hay nada que lo prohíba. Tampoco hay nada que lo obligue, se puede hacer un proyecto. Llamaría al bloque nuestro y le metería para adelante con este tema.

ELLOS
Todos sus amigos y familiares los vieron firmar la ansiada libreta en el registro civil de Avenida Independencia y Garay, que les quedó chico por la cantidad de gente que asistió. Ellos se casaron hace ocho meses, más precisamente "un hermoso 9 de marzo", como lo describen. Ellos quieren ser padres, se sienten capaces. Ellos son Javier y Christian.
Ambos conforman una familia del futuro que ya es presente. Las barreras generacionales provocaron que algunos se quedaran pasos atrás y crean incorrecto algo que no lo es. Las parejas igualitarias han luchado por el respeto de sus derechos como personas que son pero uno de los principales problemas siguen siendo los prejuicios: “Los que creen que los nenes tienen que tener un padre y una madre sí o sí, muchas veces se equivocan. Hay padres y madres golpeadores, abusadores, gente que abandona a sus hijos, pero eso pasa porque son ‘personas’, y no porque sean hombre o mujer. La orientación sexual no tiene que ver con que uno sea buen padre o no”.
La ignorancia es otro factor que atenta contra la aceptación de las nuevas familias. “Hay personas que creen que por tener padres del mismo sexo los nenes van a crecer y no van a poder ser heterosexuales, como si el ser heterosexual te hace ser una persona correcta o perfecta, como que ser heterosexual es lo que tiene que ser. Esas personas tienen miedo o desconfianza, como si la enseñanza de la familia igualitaria se basara en indicarles que tienen que tener la misma elección que sus padres, cosa que no es así”.
Sin embargo, hay un tercer grupo -como Javier lo define- que siempre piensa en la felicidad del niño. Felicidad que viene de la mano de un círculo familiar de lazos fuertes. Esa gente quiere lo mejor para la familia. “Afortunadamente siempre nos codeamos con las personas que de verdad nos apoyan en cada una de nuestras decisiones, con aquellos que nos quieren ver felices a nosotros y que seguramente se pondrían mucho más felices por nuestro hijo también”.
Después, lo que piensa el resto de la sociedad, poco les importa:  Sé lo que soy como persona, sé lo que es mi marido como persona, la composición familiar que hemos tenido desde niños nosotros, con unos padres que tanto nos apoyaron, tanto nos aman, y desean tener nietos y  desean vernos felices.  No juzgo a las personas que piensan diferente, las entiendo, pero no intento cambiarles su parecer, son sus ideas, sus pensamientos, la vida le demostrará con el tiempo si están equivocados o no”.
Ellos.
Un pedacito de su mundo, que es el mismo que el nuestro, reflejado en algunas líneas.
¿Por qué ellos no van a tener la misma oportunidad de usar un cambiador para sus hijos?
-        ¿Quién tiene que dar el primer paso?
-        El primer paso lo tenemos que dar como sociedad y el estado puede ayudar desde el tema de las habilitaciones.
Según Javier, el argentino es hijo del rigor y, si hay multas o clausuras, los cambiadores enseguida serán una realidad. "Si bien hay niveles de importancia, es como los baños para discapacitados, hasta que no fue ley o motivo de habilitación municipal nadie los hacía".
La mente tiende a los prejuicios por ser un acondicionamiento aprendido de los padres, la religión y la sociedad.  De esta manera, según la opinión que se forme , el accionar de las nuevas generaciones podrá derribarlos con observación, identificación y, sobre todo, aceptación.
Entonces, ¿cuál es nuestro objetivo como sociedad, como seres humanos que somos? La simpleza de las pequeñas cosas logra el crecimiento en la unión, en la comprensión.
“Creo que es falta de conciencia, como que nadie se puso a pensar en eso. Pero no, no lo veo discriminatorio directamente a las familias igualitarias, porque sigo insistiendo en que apunta más a la discriminación del hombre y la mujer en general, es ahí donde me doy cuenta que aún hay que seguir avanzando y también, abrir más la cabeza”.
Javier y Christian son tan sólo un atisbo y un lado del cassette que muchos aún no se atreven a escuchar.
El primer paso es de todos, es cuestión de querer avanzar. Un cambiador de bebés incorporado a la cotidianeidad del sector masculino, puede ser el puntapié inicial.
Bienvenido.

2 comentarios:

sergio ramirez riato dijo...

queridos vecino: dejenme pasarles el resultado de mi estadistica al respecto: estamos lejisimos de ideas o soluciones cercanas. El pensamiento es: no voy a gastar en ello si acá no lo usan. Ok, no somos Noruega pero saltando las barreras todavia vigentes del patriarcado argento, hay varias generaciones de nuevos padres que se adaptan a ello y mucho más.
Lo que se implanta en una sociedad, en una cultura, lo que germina de ella.
Saludos!

Gerardo dijo...

Empezaría tratando de que en los baños de restaurantes y bares haya jabón... NO deliren, bajen a la realidad.