A veces duermo


El 42% de los estudiantes duerme entre 4 y 6 horas. La mitad de los encuestados considera que le dedica poco tiempo al descanso. El 48% dice que goza de un buen sueño.


Por Belén Colombo y Walter Varela

Previo al examen. Después del examen. En noches de salida. En vacaciones. Todos estos son momentos propicios para llegar a extremos, en especial, si se trata de dormir de más o dejar de hacerlo. Según un sondeo realizado por Aula Magna entre unos 100 estudiantes universitarios y terciarios, el 42% de los encuestados admite dormir sólo entre 4 y 6 horas por noche al tiempo que el 6% asegura dedicarle al sueño menos de 4 horas, lapso que representa poco tiempo si se tienen en cuanta las tareas, mayormente intelectuales, que realizan durante el día.

“Las principales consecuencias diurnas del mal dormir son una disminución de la calidad de vida y de la capacidad de concentrarse y de trabajar”, explica el doctor Ariel Cherro (MN 105330) y enumera entre los posibles trastornos la pérdida de memoria, aumento de la irritabilidad, dificultad en las relaciones interpersonales con familiares y amigos. Además se refiere a otros fenómenos muy comunes como el cansancio, la somnolencia diurna, la tendencia a dormir siestas y, lo más riesgoso, la posibilidad de sufrir accidentes automovilísticos o laborales. En definitiva, “un menor bienestar físico, mental y emocional”.

-¿Qué cantidad de horas es aconsejable dormir?

-Se ha demostrado que aquellos adultos que duermen menos de 4 horas o más de 9 tienen una mortalidad más elevada. De allí que la recomendación es, generalmente, dormir 7 u 8 horas diarias, pero siempre teniendo en cuanta las variaciones.

Si bien el 38% de los consultados calculan sus horas de sueño entre 6 y ocho, es decir, dentro de lo recomendado, más allá de la cantidad, como en la mayoría de las cosas, lo más importante es la calidad de las horas que se dedican a apoyar la cabeza en la almohada. Mientras Cherro confirma que el punto fundamental es que el sueño sea reparador y que permita realizar las actividades diarias sin dificultades, las encuestas por su lado, revelan que el 50% de los estudiantes cree que duerme poco y al mismo tiempo el 48% cree que sus periodos de sueño son de buena calidad, dejando la relación cantidad-calidad en “poco pero bueno".

Con la almohada pegada

Si de extremos se trata no hay que olvidarse de aquellos para los que dormir es un vicio que se impone a todos los otros posibles, grupo al que bien podrían pertenecer el 14% de los encuestados, que duermen más de 8 horas diarias. Sin embargo, cabe también hacer una defensa de la nunca bien ponderada siesta que, según el doctor Cherro es una necesidad fisiológica y de gran utilidad especialmente después de comer.
Por otra parte el especialista alerta que dormir en exceso generalmente es “un signo de alarma de alguna enfermedad subyacente, como puede ser el hipotiroidismo, la depresión, la narcolepsia o alguna patología del sistema nervioso central”, aunque también puede ser un efecto secundario a un medicamento o a un mal descanso nocturno, por lo que en determinados casos es mejor sacarse la duda consultando con un profesional.

No entiendo

Muchas veces las estrategias de estudio fallan o no existen. El alumno pasa más tiempo tratando de estudiar que durmiendo, hasta llegar al punto en que no entiende nada.
“En diferentes estudios clínicos con gran cantidad de pacientes se ha demostrado que el insomnio produce déficits cognitivos que reflejan bajos niveles de atención, concentración y agudeza mental, además de menor habilidad para razonar y resolver problemas, es decir, un buen descanso es fundamental para la fijación de los conocimientos adquiridos en horas de vigilia”, afirma Cherro y recomienda a los estudiantes “tener horarios organizados, tratando de conservar el sueño nocturno, ya que muchas veces se le resta tiempo al sueño con horas de estudio, y a largo plazo esto no es beneficioso para la salud ni para el ámbito académico”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena nota compañeros! me mato la foto zazazaza!

Saludos!

Maia

Anónimo dijo...

pasquin, pasquin.