Concentración, esfuerzo y autodisciplina




Por Paula Filgueiras, Jeremías Magrini y Martín Zelaya

Estudiar es ejecutar voluntariamente nuestra mente para investigar, comprender o aprender algo, y como todo ejercicio supone un esfuerzo, hábitos y la utilización de técnicas.

El objetivo de cualquier universitario a la hora de estudiar, en un principio, es leer e interpretar el texto de estudio de un modo en el que le demande el menor tiempo posible. Para lograr este objetivo se implementan diversas técnicas de estudio que no sólo deben ser prácticas sino que además se deben amoldar a las virtudes del alumno ,es decir, que ciertas técnicas pueden ser muy eficaces para un estudiante mientras que para otro le pueden resultar lentas y poco productivas.

El dinamismo mental de un estudiante puede estar restringido no sólo por sus capacidades intelectuales sino también por su motivación. Suele suceder que el alumno se enfrente con ciertos conflictos que desvían su atención en el estudio, por ejemplo el caso de tener deseos de hacer otra cosa o cuando se enfrenta a problemas emocionales o personales que requieren de un análisis propio y tiempo para superar la situación. En otros casos el desgano es la principal razón de no poder centrarse en el aprendizaje.

La aplicación de las técnicas de estudio permiten corregir ciertos hábitos, puede mejorar o reforzar el rendimiento académico. No se trata de técnicas de memorización, que sirven para rendir el examen y después olvidar algo que debería asimilarse para el futuro de la carrera y el buen desarrollo de la profesión.
Sino emplear mecánicas que incentiven el querer estudiar, tener el deseo y la determinación de adquirir nuevos conocimientos.

¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de ponerse a estudiar?
El primer paso que debe realizar el estudiante, es mentalizarse que ESTUDIAR es necesario, buscar la manera más práctica y si se quiere (y se puede) más “creativa”.
Dentro de los errores a la hora de estudiar se mencionan los malos hábitos alimentarios o de sueño, y la poca disposición para hacer planes y horarios de estudio.
Para un buen desarrollo de lectura y comprensión se detallan a continuación diferentes sugerencias a la hora de sentarse y ponerse a estudiar:

1) Realizar un plan de estudios: registrar hora y temas que serán tratados en tal día.
2) Evitar las distracciones, demoras y retrasos.
3) Fijar objetivos alcanzables que te motiven
4) Controlar el estudio: verificar que se cumplan los objetivos que se plantearon al principio, medir el rendimiento y progreso
5) En caso de ser necesario, reprogramar las necesidades y el tiempo de estudio.
6) Suele hacerse un repaso, aunque no es un punto necesariamente obligatorio, refleja los puntos fuertes y débiles de los contenidos que haz adquirido.


Sólo el estudiante puede hacer la diferencia en el rendimiento académico si se mentaliza correctamente en lo que debe hacer. Y dentro de ese razonamiento debe ser necesario dejar todo tipo de excusas como "Un día más no importa, empezaré mañana" o "No importa si empiezo unos minutos tarde, nadie es puntual". Tan importante como la cantidad de horas es la calidad de las mismas.

Con el objetivo de averiguar si los estudiantes universitarios utilizan algún método para estudiar, se realizó una encuesta a 100 alumnos en el complejo universitario de nuestra ciudad. Los resultados fueron contundentes ya que un 75%, asegura que no tiene un plan de estudio, es decir, que optan por estudiar sólo cuando el examen se acerca y no anticipadamente, siguiendo el tema día a día. Alegan la falta de tiempo que se da por la gran cantidad de horas de cursada sumando a que la mayoría de los universitarios también debe cumplir con un horario laboral o tiene otra actividad que lo mantiene ocupado. El restante 25%, admite que tiene un plan de estudio, en el cual ejerce diversas técnicas para poder captar y comprender el tema que esta viendo. Vale aclarar que de este mínimo porcentaje que tiene un plan de estudio, está compuesto por alumnos que sólo se dedican a su carrera.

Las técnicas de estudio son fundamentales y los universitarios, en su gran mayoría, no las utilizan. Sería conveniente que desde la secundaria, se intensifique más el aprendizaje, en diversos métodos para asimilar conocimientos. Así los jóvenes se graduarían de los colegios, con una mejor noción para encarar el camino universitario, con herramientas útiles para el aprendizaje.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

en la escuela se trabaja mucho con técnicas de estudio; es también la universidad la que tiene que promover el trabajo con técnicas, tal vez de mayor complejidad, que acompañen la lectura de los textos académicos.