Argentina entre los países más adictos a las cirugías estéticas

Ahora los plásticos son otros,

 en vez de reuniones de tupper hay de botox


Por Carolina Díaz, Natalia Giacobone y Victoria Zamboni

El mundo plástico surge de un universo paralelo en donde la perfección no tiene límites. La idea del hombre perfecto no nació con los cirujanos, pero hoy en día son los que tienen el control de capturar esta idea y tallarla  con su bisturí.

Una de las principales influencias, además de los medios de comunicación, es el mundo que rodea al paciente. Algunos de ellos acceden a este tipo de intervenciones por decisión propia o por salud,  pero la mayoría lo hace por el que dirán.

Argentina se ha convertido en la “república plástica”  por el bajo costo de las operaciones y  la mediatización.  Dentro de América Latina, nuestro país se ofrece como un destino médico turístico, posicionándose dentro de los 25 países en donde se realizan más cirugías estéticas practicadas junto con Brasil, México, Colombia y Venezuela, según el estudio global de Procedimientos de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS).

Dentro de las cirugías más realizadas se encuentran la rinoplastia, el aumento mamario, la liposucción de distintas partes del cuerpo y la reducción de senos en los hombres, aunque en los últimos años el implante de glúteos se ha puesto de moda.


Estas intervenciones no son un simple trámite. Tienen riesgos durante y después de realizarlas. El sangrado interno es una de las principales complicaciones del post-operatorio que a veces la única manera de solucionarlo es volver al quirófano en donde se arriesgan a infecciones, malos resultados, entre otros, y como toda operación está el riesgo de la muerte. 


La palabra estética, según la Real Academia Española, es lo relativo a la percepción o apreciación de la belleza. Es la armonía y apariencia agradable a la vista, aunque no es lo que siempre dejan las intervenciones plásticas. Generan con los años monstruos en serie que ya ni los propios cirujanos quieren tocar.



“La plata no es un problema para los pacientes, ellos mismos luego se olvidan de como empezaron”, expresó Andrea Mastrolía, Cirujana General con siete años de experiencia en estética (Matrícula 94054), refiriéndose al tratamiento que se les da a los pacientes antes y después de la operación. Se les muestra fotos del antes y después durante un año de seguimiento y control médico de la clínica.






Xipo, lipo y tantas aberraciones más…


En una vereda la caja boba, las revistas y las repercusiones en todos los medios sobre las declaraciones de los famosos, y enfrente, los espectadores, personas en general, simples, que deben trabajar todos los días para llegar a fin de mes, sentados frente a la tecnología que les demuestra la supuesta belleza, mucho dinero y la vida fácil.

“Tengo que llegar divina al verano”, afirmó Victoria Xipolitakis antes de someterse a su última operación, en la cual decidió hacerse una liposucción de espalda, sí, leyó bien, una liposucción de espalda. Entonces, reflejando las palabras de quienes tienen tiempo televisivo, y bastante, cualquiera podría pensar que para llegar bien al verano debe someterse a este tipo de intervenciones estúpidas y sin sentido.


“La belleza que muestran no es real”, sostuvo Andrea Mastrolía al referirse a los personajes que aparecen en los medios de comunicación y al tipo, y las cantidades de operaciones estéticas que tienen realizadas. Además agregó que muchos pacientes llevan fotos para que les realicen intervenciones similares a los modelos que les muestran. El problema llega cuando deben comunicarles que nunca van a quedar así, y que a veces sus rostros no concuerdan con el tipo de nariz, o cualquier otra parte, que desean tener. Y, lo peor del caso, es que muchas veces no aceptan los consejos y deciden realizarse igual las operaciones.

Dentro de los personajes más llamativos en los medios de comunicación podemos encontrar al recientemente fallecido Ricardo Fort sometido a más de 27 cirugías estéticas, sin tener en cuenta las que se realizó por cuestiones de salud, entre las cuales se puso una prótesis en la pera, se retocó los pómulos, el torso y se implantó tres centímetros de talones para ser más alto.


Momento equivocado


La adolescencia se caracteriza por ser una etapa de cambios constantes, tanto físicos como emocionales.  Es el período que marca el proceso de transformación del niño en adulto. Es una fase  de transición que tiene características particulares. Constituye una etapa de descubrimiento de la propia identidad tanto psicológica como sexual  así como el desarrollo de su autonomía individual.

Suele ser la etapa de mayor conflicto con los padres mientras buscan una identidad propia dentro de la familia más allá que la del niño o la niña de antes. Buscan más cercanía de sus compañeros y una aceptación constante.  Poseen el deseo de tomar sus propias decisiones y rebelar contra las limitaciones de la disciplina de padres, tras las presiones que reciben  por las expectativas puestas en ellos por los adultos con los que conviven, y las influencias sociales que cada vez son más fuertes  y los llevan a actuar de cierta manera para pertenecer al grupo social determinado.

Una decisión para toda la vida no se puede tomar en un momento de inmadurez psicológica y emocional. El cuerpo está en pleno crecimiento. Es por eso que si los adolescentes se van a someter a una cirugía estética tienen que tener en cuenta de no ir solos a la consulta con los cirujanos plásticos. El profesional evaluará el estado del paciente y si es apto para intervenirlo quirúrgicamente. El apoyo de los padres es esencial en esa primera consulta. El adolescente tiene que sentir que está acompañado.

Al decidir realizar la operación, los menores necesitan la autorización de sus padres para seguir con el protocolo médico, de lo contrario no podrán acceder al quirófano. “En Mar del Plata aproximadamente de 25 intervenciones estéticas, 5 son realizadas a menores”, confirmó la cirujana.

Es importante que los adolescentes estén preparados psicológicamente para las consecuencias y los riesgos de una cirugía plástica. Puede ser que esa intervención no cumpla con sus expectativas, es por eso que el apoyo psicológico es esencial.

La baja autoestima, el entorno y las modas hacen que los adolescentes tomen decisiones para tratar de sentirse mejor con ellos mismos. Muchas veces el camino para la felicidad son las cirugías estéticas. Modificar partes de su cuerpo no modifica la tristeza ni la depresión, tampoco hace que una persona sea más querida o más aceptada. Una intervención quirúrgica no tiene que ser el remedio para sanar esos problemas.