Destino Final


Por Gonzalo Gobbi

¿Acaso los exámenes finales imponen mayor temor que los parciales? Sobre los primeros días de diciembre una extraña sensación comienza a recorrer las emociones de cada estudiante, similar a la vivida sobre el cierre del primer cuatrimestre, aunque mucho más intensa. Es la inminente e inevitable llegada de los finales. El esfuerzo de un largo año de estudio puede derrumbarse con tan solo responder incorrectamente a las consigas plasmadas sobre el examen. La tensión aumenta, y el posible fracaso resulta ser un tormento difícil de eludir.
Si prepararse para un parcial puede ser motivo de nervios en el marco de una película dramática, un final puede destruir la tranquilidad y ser el protagonista de film de terror al estilo Stephen King. Frente al árbol de navidad cuyos adornos reflejan la luz de un sol casi de verano, sentado sobre una silla con decenas de fotocopias sobre el escritorio yace el joven preocupado por su destino incierto, inquieto por lo que le espera, ansioso por sacarse la materia de encima y deseoso de concluir el año con éxito. Tras suspender tentadoras reuniones con amigos y con los hábitos de comer y dormir totalmente cambiados, lo que resta para el día esperado de poner a prueba el conocimiento frente a una hoja en blanco parece siempre insuficiente. “¿Y la semana próxima debo rendir otro?”, da igual, paso a paso hay que liberarse y enfrentarse a un camino con final incierto.
Completadas las dos primeras lecturas, los repasos resultan siempre insuficientes, y jamás falta un colega que altere aún más al estudiante: “Me parece que esto otro también entra en el temario”. Aquello que debe leer, comprender, interpretar y tener en claro parece inagotable y nada logra bajar las aceleradas pulsaciones.
La noche anterior, el tal vez “futuro desaprobado” coloca inútilmente el despertador en el horario de siempre, aunque claramente sabe que no podrá conciliar el sueño gracias a lo que le espera al día siguiente. Con el rostro apoyado sobre la almohada, conceptos y definiciones no dejan de aparecer una y otra vez en su mente turbada mientras una voz interior reclama silencio para poder dormir algunas horas.


“¿Me dormí o estuve despierto toda la noche?”, “¿Llego tarde?”, “¿Hay tiempo para otro repaso?”. El café de esa mañana sólo sabe a incertidumbre y el vacío sobre el estómago parece ser un mal augurio para la próxima experiencia frente al final. Tras superar el frustrado deseo de una postergación del examen, las expresiones de los compañeros de facultad en la puerta del edificio siembran aún más dudas en un mar de preocupación sobre el que el joven estudiante naufraga sin escapatoria.
Aquella compañera que diariamente capta su atención, esa mañana pasa absolutamente inadvertida para el alumno, quien comienza a ver en el rostro del profesor, signos, imperceptibles para el ojo común, de maldad, crueldad y hasta satisfacción por haber inculcado temor durante la última semana. Los exámenes comienzan a ser repartidos, ya no queda tiempo para escapar.

Resignación y maximización de la dificultad de los interrogantes. Llegó la hora. El estudiante frente al final, cara a cara, un desafío que ya ha atravesado alguna vez, pero que jamás dejará de atormentarlo. Ese papelito envuelto y guardado en el bolsillo izquierdo con importantes apuntes defraudaría la confianza, pero todo lo estudiado parece haber desaparecido. La lapicera de pulso inquieto queda apoyada sobre la hoja, y es hora de saber la verdad. “Que sea lo que Dios quiera”, se dice, mientras temeroso comienza a escribir lo que será su destino final.

Estudiar en Mar del Plata para trabajar en Buenos Aires.

Por Eugenia Pandín, Florencia Perissé y Gonzalo Gobbi

La vida de un estudiante está muchas veces sujeta a las decisiones tomadas. ¿Qué carrera puedo estudiar?¿Cuál es mi vocación? ¿Dónde debo cursarla?
Inevitablemente, la respuesta a cualquiera de las preguntas elementales y necesarias que debe plantearse un alumno, acarrea una decisión que marcará el sentido del próximo paso. Asimismo, sobre el punto medio y las instancias finales de una carrera, suele nacer un temor absolutamente justificable que tiene que ver con la inserción laboral y la oferta que presenta Mar del Plata en relación a la profesión- aún en formación- elegida. ¿Será necesario redicarme en otra ciudad como Buenos Aires para obtener un empleo bien remunerado o se trata tan solo de un mito?
Cuando la oferta laboral es ampliamente superior a la demanda- por el abultado número de jóvenes que emergen de cada carrera año tras año -, los trabajos disponibles en la ciudad presentan reducidas posibilidades de progreso y éxito profesional, al mismo tiempo que la competencia influye en una baja generalizada en los salarios. Sin ir contra la corriente y tomando conciencia de la situación que presentala localidad, estudiantes universitarios y terciarios concluyen sus estudios con intensas ambiciones de perseverar, aumentar su experiencia y triunfar en el ámbito elegido, para lo que muchas veces, las opciones disponibles en Mar del Plasta resultan insuficientes.



Si bien la competencia y las exigencias en Buenos Aires son aún mayores, muchos estudiantes marplatenses evalúan la posibilidad de abandonar la ciudad para radicarse en Capital Federal con el objetivo de encontrar el éxito dentro de la profesión elegida, aunque el arraigo puede convertirse en un condicionante de la inserción laboral.
¿Qué siente un estudiante a la hora de tomar la decisión de dejar Mar del Plata para mudarse a Capital en busca de una opción que la ciudad no pudo darle?
Romina tiene 24 años y está tan solo a unos pasos de concluir la carrera de Contador Público en la Universidad Nacional de Mar del Plata. “ Me duele saber que dentro de poco tiempo voy a tener que irme a Buenos Aires a trabajar porque acá las posibilidades de encontrar un buen trabajo que te permita progresar son muy pocas”, sostuvo la alumna y agregó que “ es una lástima que una localidad con tanta industria y movimiento turístico ofrezca empleos que no están bien pagos para los profesionales. Además acá no hay muchas posibilidades de progresar, en cambio en Capital la situación es distinta y hay más opciones para capacitarse y tener el éxito que muchos estudiantes buscamos para un futuro cercano”.
La opinión de Marcela (37) no varía demasiado pero quizá está enfocada desde la experiencia y su estadía en Buenos Aires. “Cuando estaba por terminar la Licenciatura en Administración de Empresas en Mar del Plata, ya sabía que iba a atener que radicarme en Capital para conseguir el trabajo que buscaba, porque acá las posibilidades de crecer en lo mío eran pocas, y más sin experiencia. Me fui para allá y me costó adaptarme pero empecé a trabajar en el Banco Galicia y después en la administración del supermercado Easy. Ya con más experiencia en la vida y el paso por un par de trabajos más, volví a Mar del plata y si bien me reencontré con posibilidades bastantes reducidas y poco interesantes, me quedé acá porque es donde tengo mi familia y mis amigos. Laboralmente estaba mejor en Capital, y está mal que pase eso, pero no pude con la idea de estar lejos de mi ciudad”, explicó.

Natalia (24), a quien le falta sólo unas pocas materias para recibirse de psicóloga en la Universidad Nacional de Mar del Plata, también coincide con la necesidad casi inevitable de buscar un lugar profesional en un ámbito donde pueda progresar como es Buenos Aires. “A mi pesar sé que acá me va a resultar muy difícil vivir de mi profesión, por eso no voy a tener otra opción que no sea la de irme a otro lugar. Me encantaría poder quedarme acá porque aunque soy de Tandil ya me acostumbré a vivir en Mar del Plata. Me siento cómoda y la mayoría de mis amigos están acá. Pero lamentablemente está localidad carece de una buena remuneración económica en lo que respecta a mi profesión”.
¿Es justo tener que irse a otro lugar para triunfar profesionalmente? Las personas consultadas relacionaron a esa decisión con una “frustración” que comenzó a emerger durante la última instancia de la carrera. ¿Qué debe cambiar en Mar del Plata para dejar de exportar profesionales locales?
Probablemente esto tenga que ver con las cifras recientemente difundidas por el INDEC sobre desempleo, en las que se sostiene que nuestra ciudad está entre las dos localidades- junto a Santa Fe- con más personas desocupadas. El 10,3 % de los marplatenses carece de un empleo fijo y la cifra no hace más que alertar a los estudiantes aún en formación. Entre la creencia y la sensación popular, la idea que alude a que en Buenos Aires existen mayores posibilidades de éxito, tal vez en muchas ocasiones se trata de una realidad que – por desgracia- supera ampliamente al mito.

UNIVERSITARIOS: ¿ADICTOS AL CAFÉ?

Por Victoria Urdampilleta, Mariano Biavaschi y Agustín Miglierina



En la ciudad de Mar del Plata, siete de cada diez estudiantes reconoció tener un gran vicio por el café. Algunos aseguraron consumirlo sólo por gusto, y otros admitieron que lo utilizan como ayuda “para estudiar y espantar el sueño”.


Café, ¿peligro?

El café es la bebida que se consigue por extracto de los frutos y semillas del cafeto. Contiene una sustancia estimulante llamada cafeína, un alcaloide que al ingerirlo penetra fácilmente en todas las células del organismo, e incluso excita el sistema nervioso central y su consumo en exceso puede generar dependencia. A su vez, puede provocar temblores, insomnio, palpitaciones, úlceras gástricas, aumento del nivel de colesterol, ansiedad, depresión y menor capacidad de rendimiento. Esta bebida no es peligrosa si se toma con un debido control, pero su abuso genera adicción y puede acarrear problemas de salud.

Los estudiantes y el consumo

En una encuesta realizada a cincuenta alumnos de distintas facultades de Mar del Plata, siete de cada diez afirmaron consumir excesivas dosis habituales de cafeína.
Ariel Bega, estudiante de tercer año de psicología, aseguró que toma seis pocillos todos los días, y que cuando se acaba el efecto del café es capaz de quedarse dormido en cualquier parte. Evidentemente, esto refleja el vicio y el acostumbramiento que puede generar esta bebida. Su frecuencia crea una adaptación, lo que explica que personas habituadas a tomar café suelen sufrir diversos síntomas cuando no ingieren su dosis diaria. Puede incluso provocar un síndrome de abstinencia que deriva en cansancio, irritabilidad, incapacidad para concentrarse, dolor de cabeza, y otros malestares físicos.
De esos siete estudiantes, la mayoría confesó tomar café por una cuestión de necesidad, una especie de ayuda para “espantar el sueño” y así poder realizar todas sus actividades sin caer en la tentación de cerrar los ojos y descansar.
María Bertolami, alumna de tercer año de publicidad, declaró no ser
muy adepta a esta bebida, “salvo en épocas de examen”. Esto es algo bastante común en los universitarios y alumnos terciarios. La época de exámenes se convierte en un período de concentración total, donde también se genera nerviosismo y estrés “pre-parcial”.
Julieta, otra alumna de publicidad, contó que estudia de mañana y trabaja de tarde. “Estoy todo el día haciendo muchas cosas, y el café me da muchas pilas, me ayuda a mantenerme a ritmo”. También, aseguró que toma “tres tazas a la mañana y por lo menos otras dos a la tarde”.
¿Será el café una moda o realmente una necesidad? En los últimos dos años, el consumo de café en Argentina creció en un 15%, y se proyecta que la gente tomará un 50 % más en los próximos diez años.


Aspectos positivos

Si bien el uso de la cafeína genera demasiados malestares y enfermedades físicas, también tiene su lado positivo. Una taza de esta bebida, ayuda en el proceso de la digestión. Otra característica muy importante, es que el consumo moderado -unos tres posillos al día- es aceptable para una salud sana. De esta manera, puede ayudar a prevenir el cáncer de próstata, ya que contiene boro, un producto químico necesario para la salud de la misma. También, un grupo de investigadores de la Academia Nacional de Ciencias Estadounidense, descubrió que ayuda a prevenir el cáncer de piel.
Aunque hay una sorprendente diferencia en el número total de los pros y los contras del café, todo depende y varía según la cantidad que tomemos. No más de dos o tres pocillos al día es lo necesario para tener un buen equilibrio y disfrutar de esta sustancia.



Pasantías: ¿Aprendés o te explotan?

Por Julieta Pomphile, Maia Piquard y Sebastián Incaurgarat

"Se entenderá como 'pasantía' a la extensión orgánico del sistema educativo en el ámbito de empresas u organismos públicos o privados, en los cuales los alumnos realizarán residencias programadas u otras formas de prácticas supervisadas relacionadas con su formación y especialización, llevadas a cabo bajo la organización y el control de las unidades educativas que lo integran y a las que aquellos pertenecen, según las características y condiciones que se fijan en convenios bilaterales estipulados en la presente ley", establece el segundo artículo de la Ley Nacional 25.165, sancionada en 1999.
Pero en Argentina, lo establecido en las leyes mucas veces no se cumple. Y las pasantías son utilizadas para ocultar trabajo en negro, explotación y estafas laborales. “Trabajadores de call center de telefonía, a través de un sistema fraudulento de pasantías, estaban desempeñando tareas comunes de la empresa sin ningún tipo de vinculación directa con lo que estaban estudiando. Intimamos a la correcta registración y la empresa reconoció que se trataba de un régimen fraudulento y terminó indemnizando a los trabajadores. La ley de pasantías establece que la empresa puede tener como un máximo del 10% de sus empleados en pasantías, esta empresa tenía el 90% de los trabajadores en esa situación fraudulenta”, afirmó el Dr. Julio Hikkilo, abogado laboralista.
Sin embargo, desde las instituciones educativas aseguran que sus pasantes cumplen con todos los requerimientos que la ley establece, desde la extensión (máximo de 4 años) y duración de la actividad (jornadas de hasta 6 horas durante 5 días). Fernanda Grimaldi, responsable del área Asuntos Estudiantiles de CAECE, aseguró: "Nosotros firmamos un convenio entre la empresa, la universidad y el alumno que queda seleccionado, en general son de dos o tres meses lo que se firma, talvez después se puede renovar por más tiempo".

En dicha ley también se determina, en el artículo 16, que debe existir una remuneración al estudiante. En el caso de CAECE, ellos acuerdan un mínimo de asignación de viáticos. Otros pasantes, como es el caso de una estudiante de Derecho de la UNMdP, no tienen tanta suerte. "No me pagan nada actualmente, pero he estado en lugares donde hacían un pozo común y me daban entre $50 y $150 por mes, para el traslado básicamente", explicó. De hecho, los practicantes que desarrollan tareas en el Poder Judicial no cobran nada, ni siquiera viáticos.
En cuanto a las labores que el alumno desarrolla, deben tener coherencia con la carrera, porque "la idea de la pasantía es que sea un complemento de la formación académica que reciben en la universidad", remarcó Grimaldi.



Objetivos del Sistema de Pasantías Educativas
(art. 3 de la Ley 25.165)

*Brindar experiencia práctica complementaria de la formación teórica elegida que habilite para el ejercicio de la profesión u oficio.
*Contactar en el ámbito en que se desenvuelven empresas u organismos públicos afines a los estudios que realizan los alumnos involucrados.
*Capacitar en el conocimiento de las características fundamentales de la relación laboral.
*Formar al estudiante en aspectos que serán de utilidad en su posterior búsqueda laboral.
*Ofrecer la posibilidad de conocer y manejar tecnologías actualizadas.
*Contribuir a la tarea de orientación vocacional dirigida a efectuar una correcta elección profesional futura.

“Somos unas larvas”

Sólo un 19% de los jóvenes que estudian realiza deportes.





Por María Victoria Figueroa, Maira Pizarro y María Florencia Rueda


“Somos unas larvas”, es la conclusión que sacan los estudiantes frente a la vida sedentaria que llevan. Aseguran que la demanda de sus carreras, tanto universitarias como terciarias, no les permite realizar una actividad física y además en muchos casos no sólo se dedican a estudiar sino que también a trabajar y el tiempo no les alcanza para todo.
El sedentarismo, es la ausencia de realización de actividad física.
Algunos jóvenes manifiestan que durante el período escolar practicaban deportes y que una vez finalizado el colegio intentaron seguir, pero les fue prácticamente imposible.
Julián (20), estudiante de diseño gráfico, dijo que jugó al rugby durante 7 años, pero que los horarios de entrenamiento a partir del año pasado, le coincidían con los de cursada y no pudo continuar porque le dio prioridad al estudio.
De una encuesta realizada a jóvenes estudiantes, los resultados indicaron que sólo el 19% realiza actividad física. Un 50,5%, no hace deportes porque no tiene ganas. Debido a las exigencias de la vida actual hay un 24,5% que además de estudiar trabaja para poder mantener su carrera. Por último, un 6% argumentó no tener tiempo para esparcimiento.
“Son muchas las consecuencias del sedentarismo. Desde la obesidad, el colesterol, hasta dificultades de postura como escoliosis y tendinitis, ya que los estudiantes pasan muchas horas sentados frente a la computadora”, comentó la Licenciada en Kinesiología, María Celia Raffo. Además agregó, que es importante la concientización, ya que todos deberían saber que las enfermedades que se desprenden de la vida sedentaria tienden a ser crónicas.
La obesidad se genera porque no se queman las grasas que se consumen a través de la alimentación, y se depositan en diferentes zonas del cuerpo. Las arterias y venas también almacenan grasas y esto genera lo que llamamos colesterol.
La falta de actividad física genera que el cuerpo humano se encuentre vulnerable frente a todas las enfermedades, especialmente las cardíacas. Por eso se recomienda realizar algún deporte por lo menos 3 veces a la semana, para ayudar al organismo a fortalecerse día a día.


Consecuencias del sedentarismo

El sedentarismo es la ausencia de la actividad física necesaria para que el organismo humano se mantenga en un estado saludable y es la causa de muchas enfermedades como la atrofia de tejidos, músculos y tendones. Además aumenta el riesgo de padecer enfermedades crónicas como las cardiovasculares y la obesidad, patología que se ha intensificado notablemente.
Cabe destacar que las personas sedentarias tienen más posibilidades de sufrir hipertensión arterial, varices, sensación de fatiga, dolores de espalda, osteoporosis, depresión, ansiedad y cánceres como el de colon o el de mama, entre otros.
De menor gravedad, las personas sedentarias tienen más posibilidades de padecer dolores musculares.


¿Por qué realizar actividad física?

*Contribuye a un estado saludable íntegro.
*Ayuda a descansar mejor por las noches.
*Permite tener un mayor rendimiento en todas las actividades que se realicen.
*Coopera al mantenimiento de un peso adecuado.
*Disminuye la aparición de dolores musculares y atrofia de tejidos.
*Previene enfermedades de tipo cardiovascular.

Se solicita militante con o sin experiencia

Un lugar para la ironía (o un pequeño bálsamo de humor para aliviar la tarea diaria de quienes integran centros estudiantiles).





Por Carolina Selicki Acevedo, Virginia Plotkin, Yanina Tolaba y Maximiliano Paccioni

Para la mayoría de los que no militan en la Universidad, los centros de estudiantes son semilleros de oportunistas, que tras intereses políticos o económicos -alguna beca de apuntes o de estudio- difunden el discurso imperativo aula por aula y año tras año. Sin embargo, al ampararse en esta postura tal vez desconozcan las múltiples obligaciones que estos jóvenes deben asumir y lo arduo que se torna su trabajo.
A través de Aula Magna extendemos la convocatoria para sumar nuevos integrantes a centros estudiantiles próximos a inaugurarse.

EXCELENTE OPORTUNIDAD
PARA AMBOS SEXOS DE 18 A 35 AÑOS


Importantes centros de estudiantes convocan a universitarios radicados en Mar del Plata que deseen ocupar su tiempo libre en infinitas actividades extracurriculares con fines pedagógicos y humanitarios.

REQUISITOS

-Ser carismático y poseer actitud pro-activa para óptimo desenvolvimiento frente a multitudes o público irritable de oír discursos repetitivos cada hora.
-Imaginación para idear centenares de carteles, pintadas o mensajes que conlleven la aceptación rotunda del público.
-Conocimientos de arte y lingüística para escribir los mensajes, generalmente de reclamo.
-Acentuada musculatura (Especial para portar banderas del gremio o centro).
-Cuerdas vocales en excelente estado (Ideal para megafonistas).

Presentarse con mate, atuendo “hippie” y morral acorde (a excepción de los estudiantes de derechos debido a su formalidad recurrente), cámara de fotos, modelo propio de estandarte, ideas y fundamentalmente ser consciente de que se trata de un EMPLEO FULL TIME

SE OFRECE

-Puesto en bufetes (especialidad: café, con opción de agregar leche en polvo, alfajores de maicena y dulces varios).
-Dirección y coordinación de talleres (de Derechos Humanos, de Integración, Psicodrama, Subjetividad, Jornadas Barriales, Ciclos de Cine, Argumentación, etcétera, etcétera, etcétera).

Los materiales (fibrones, afiches, cartulinas o cinta) serán aportados por el contratista.

¡¡¡Inigualable remuneración!!!

Enviar CV con foto a: aula-magna@hotmail.com

La golpiza final

Por Nicolás Martín, Patricia Migliardi, Silvia Prina y Verónica Arias


La sociedad argentina sufre por estos tiempos una violencia ya establecida. Violencia que nació hace tiempo pero que en los últimos años se ha manifestado con mayor fuerza. Ya sea en las calles, en las canchas, en los boliches, ningún lugar donde haya dos o más personas queda exento de discusiones, agresiones, golpes, etcétera. Y esta furia, en parte, también se explaya en festejos. Es el caso de los graduados, en las universidades, luego de rendir la última materia. Aunque vale aclarar que estos hechos no son únicos ni nuevos. Este “maltrato” que recibe el graduado, por parte de familiares y amigos, es incluso esperado y hasta aceptado por la “víctima”.
“Cuando entré a rendir, aunque segura de que me iba a ir bien, estaba muy nerviosa y recuerdo que pensé que era lógico ya que era mi último final, o por lo menos el último de la carrera. Después me di cuenta que, en realidad, los nervios pasaban por lo que me esperaba a la salida”, comenta Carolina, Licenciada en Psicología de la Universidad Nacional de Mar del
Plata.
Al salir del complejo universitario, el profesional sabe que recibirá todo tipo de agresiones, tanto físicas como psíquicas, y que no podrá hacer nada para evitarlo. Amigos y familiares les arrojan, en el mejor de los casos, huevos, harina, papel picado y otros tantos elementos. Si el graduado es varón, probablemente lo rapen, lo afeiten y hasta incluso lo depilen. Las mujeres corren con un poco más de suerte, les cortan o les rompen la ropa y en muy raras ocasiones les cortan mechones de pelo.


“Estaba resignada a lo que me iban a hacer. Mis amigos me amenazaban desde hacía meses”, relata Carolina. Este ritual, practicado desde hace años, parece ser necesario para despedir al estudiante y dar la bienvenida al nuevo profesional.
“Cuando salí del examen me estaban esperando mis viejos muy emocionados, pero enseguida las lágrimas de emoción fueron reemplazadas por las de dolor”, cuenta Luciano Gaspari, Licenciado en kinesiología de la UBA, que al rendir su último final sabia que se le vendría una tortura interminable y con secuelas posteriores. Primero fueron cortes en las ropas, para seguir con huevazos a quemarropa y luego la crucifixión a un palo donde empezaría lo más duro. “Me tiraron los elementos más asquerosos e inimaginables dentro de mi boca, me dieron arcadas al punto del vómito”, comenta Luciano recordando con asquerosidad ese momento. Cuando parecía que todo el sufrimiento terminaba, llegaron los amigos de Mar del Plata, para darle, como en las peleas de boxeo, el “punch” final que noquea al contrario. Le pegaron cintazos, lo pasearon desnudo por la Capital y hasta le cortaron “todos” los pelos del cuerpo con una maquinita de afeitar. “Es lo que me imaginé que me iban a hacer”, sentencia el licenciado Gaspari.
Cada carrera tiene su 'Recibódromo', lugar específico donde es llevado el egresado para aplicarle todo tipo de “torturas” y “humillaciones” públicas. Incluso, algunos tienen hasta nombre, como es el caso del de la Facultad de Ingeniería que se llama José A. Lo Lograste.
“Resignada por las amenazas que había sufrido durante meses, me cambié y me dirigí al 'Recibódromo'. Fue entonces cuando se descargaron con mezclas de harina, barro, cerveza, vino e ingredientes no identificados (no quise preguntar). Otros prefirieron hacer tiro al blanco con los huevos y más de uno se regocijó reventándolos con un golpe sobre mi cabeza. Para finalizar, y no menos asqueroso, alguien me bañó con el aceite que se usó en el buffet de la Facultad durante gran parte del año”, recuerda Alejandra, Ingeniera Química recibida en la UNMDP. Pero a pesar de la descompostura por las náuseas y el dolor de cabeza, reconoce que fue, hasta este momento, el día más importante y más feliz de su vida.
Sin embargo no todos viven esos momentos con alegría, ni para todos son tan agradables. “Queda todo hecho un asco y nosotros somos los que tenemos que limpiarlo, porque si bien hay un lugar específico muchas veces tiran cosas hasta en el hall de la Universidad y otras queda un olor tan feo que tenemos que baldear para que se vaya”, comenta Silvia del personal de limpieza.
Algunos con más, otros con menos, pero muchos de los estudiantes al terminar la carrera reciben estas agresiones. Con respecto al tema la Licenciada en Psicología Daniela Christensen dice: ¨ No estamos hablando de la legitimidad de festejos con huevos y harina, es un hecho violento, y como tal, tendría que recibir algún tipo de sanción ¨. Además, opina que si a un estudiante le espera al final de su carrera una golpiza como la que relata Luciano y tiene conocimiento de que le va a pasar, “es lógico" que tenga "ansiedad y miedo”. En ese sentido Luciano afirma: “En cualquier otra circunstancia no hubiese tolerado nada de lo que me hicieron o me hubiera vengado de cada uno”.
En cualquier ámbito de la vida uno puedo cruzarse con la violencia, pero parece que para los graduados esa golpiza fuera el premio a tantos años de esfuerzo y por lo tanto, la mayoría de las veces, es bien recibida. Aunque sigue siendo violencia.




Lo más común:

  • Huevos
  • Harina
  • Papel picado
  • Aderezos (mayonesa, mostaza)
  • Polenta
  • Vinagre
  • Yerba
  • Azúcar
  • Cerveza
  • Tomates
  • A los varones: raparlos, afeitarlos y a veces hasta depilarlos
  • A las mujeres: cortarle la ropa y algún mechón de pelo

Lo más zarpado:

  • Pintura
  • Aceite quemado de avión
  • Aceite para autos
  • Pescado podrido
  • Tinta
  • Aceite comestible (usado en varias frituras)
  • Kerosén
  • Limón en los ojos
  • Alimentos en estado de putrefacción
  • Excremento de animales

Colación de Grados en la UNMDP

El acto de colación de grados correspondiente al año 2008 proseguirá este martes en la Universidad Nacional de Mar del Plata, donde además se realizará la entrega de títulos que no han sido retirados por los egresados de la Segunda y Tercera Colación del año 2007.
La jornada comenzará a las 9, y allí recibirán sus diplomas de grado y postgrado los alumnos egresados de la Facultad de Humanidades y Psicología. Luego, a las 11, se hará la misma entrega con las Facultades de Ciencias Exactas y Ciencias de la Salud.
Los actos tendrán lugar en el Aula Magna de la Facultad de Derecho, en 25 de Mayo 2865, y como es habitual serán presididos por autoridades del Rectorado y de las distintas Unidades Académicas que conforman la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Estrategias para la alfabetización

Con el objetivo de trabajar en técnicas pedagógicas para facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje en la alfabetización y el apoyo escolar, el Programa de Voluntariado Social "Nunca es Tarde" de la Federación Universitaria Argentina (FUA) Regional Mar del Plata realizará el sábado 25 de octubre a las 9.30 un Taller de Animación de Grupos. El curso se llevará a cabo en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata, ubicada en 25 de mayo 2865.
El taller será dictado por Giselle Delgado, coordinadora de la mesa pedagógica de "Nunca es Tarde". Está destinado a todos aquellos que participan en instancias educativas formales y no formales, y al público en general. Cabe señalar que se entregarán certificados de asistencia.
Lo interesados en inscribirse pueden comunicarse por mail a netmardelplata@gmail.com o al Centro de estudiantes de Derecho 0223-4918604.



Estudiar o no estudiar, ésa es la cuestión


Por Belén Colombo y Walter Varela


Comienzan los preparativos para el viaje de egresados. Últimos exámenes, fiesta de despedida. Se termina la secundaria y arranca una nueva etapa. Una decisión que, muchas veces, puede definir nuestro destino: estudiar o no estudiar.
El final de la secundaria es un proceso muy relevante en la vida del adolescente, ya que de tener una vida organizada y rutinaria, pasa a tomar decisiones determinantes y a convivir bajo presión y horarios diferentes. Hacer lo que uno quiere nunca fue tan complicado.
¨ La elección final se ve condicionada por la visión de la familia ¨, así lo reconoció la licenciada en Psicología Soraya Romano (Mat. 46.058), quien además afirmó que es determinante la importancia que se le de en el seno familiar a la intelectualidad y a la educación como desarrollo de la mente.
“Algo a tener en cuenta y que influye en gran medida- comentó Romano- es el contexto en que se halla inmerso el joven”. Es decir, el lugar donde vive, el momento histórico y sobre todo la situación económica y el acceso al estudio.


Licenciada Soraya Romano


En muchos casos la presión de los padres se relaciona con el traslado de sus propias vivencias, intereses o ambiciones a sus hijos quienes no siempre las comparten. En esos casos la licenciada Romano opinó que los adolescentes deben decidirse a “frustrar a sus padres” si tienen claro que es lo que quieren para sus vidas.

Los que dicen que no

La opción más directa a no estudiar es trabajar. Ingresar en el mundo laboral recién salidos de la secundaria, con las herramientas que ésta nos da. En muchas ocasiones los jóvenes se ven obligados a elegir el camino laboral por pertenecer a estratos sociales de bajos recursos, y necesitar un ingreso monetario.
La Licenciada resaltó que “en el trabajo se aprenden cosas que no se aprenden en otro ámbito como la universidad, es un espacio de inclusión social donde las personas reconocen grupos y jerarquías”. Esta no es una mala opción si se conlleva con los intereses personales y la actividad que elegimos nos permite desarrollarnos sin mayor conocimiento que los adquiridos en la secundaria.
También existen casos en que no se toma ninguna decisión y la persona queda estancada en el seno paterno, protegido de los pormenores del mundo exterior y de alguna manera resistiéndose a la adultez. En estos casos es probable que se conjuguen “una falta de autoridad y atención de los padres y una imposibilidad de los jóvenes de tomar decisiones”.

Los que dicen que sí

Según Romano, el estudio es un método de crecimiento intelectual que además sirve para abarcar territorios que antes parecían inalcanzables. Así un estudiante puede acceder a conocimientos que le permitan avanzar en su actividad profesional e incluso dotarlo de un mejor conocimiento y entendimiento del mundo.
Existen quienes estudian y además trabajan y logran combinar ambas actividades. Esta experiencia es muy productiva y le permite al estudiante desarrollarse económicamente e incluso independizarse. Por otro lado, si el empleo está relacionado al campo de estudio, sirve como una práctica profesional e inserción en el ambiente en el que desarrollará su carrera.

Un ratito más



Por Eugenia Pandín, Florencia Perissé y Gonzalo Gobbi

La luz comienza a aparecer a través de las endijas de la ventana, el ruido del aparato que marca el tiempo de nuestras actividades empieza a sentirse, los ojos pesan y el cuerpo no quiere reaccionar, una vez más hay que madrugar.
La mayoría de los alumnos que cursan de mañana coinciden en el malestar que les provoca tener que levantarse cuando el sol recién está apareciendo.
El clima es una de las variantes que hacen que se vuelva cada vez más difícil tener que despertar y comenzar con las actividades diarias. Las mañanas grises, esas en donde el sol apenas se alcanza a ver y el cielo no quiere mostrar su color celeste, parece ser el enemigo principal. Allí es cuando las sábanas y frazadas se convierten en el escudo perfecto contra el día que no quiere mejorar.
Durante el invierno donde la luz del sol demora en querer brillar, y el reloj informa que ya es hora de abrir los ojos, tener que ver la oscuridad a través de la ventana y las luces eléctricas de los vecinos, que parecen luciérnagas, crea una necesidad casi sobrenatural de quedarse aferrado a los barrotes de la cama. La mente no quiere reccionar y solo busca excusas, a veces hasta impensadas como sentirse mal, cuando en realidad la noche anterior pensábamos en todo lo que teníamos que hacer y queríamos que ya fuera la mañana para llevarlas a cabo, pero la noche parece borrarnos la memoria.
El desvelo es otra de las causas que provocan que levantarse temprano parezca ser un castigo. Muchos de los alumnos sufren de insomnio, las noches (ayudas memoria del pasado, analistas del presente y precursoras de innumerables proyectos) parecen ser eternas cuando nuestros ojos no quieren cerrarse. Nuestra cama se vuelve cómplice de nuestros movimientos, a veces hasta piruetas, que hacemos para poder conciliar el sueño. Lo que provoca el abandono total de nuestras sábanas, cansadas de los tirones, que se desprenden de todos los bordes de la cama.
El reloj a veces también nos juega una mala pasada, muchos ponen sus despertadores varias horas antes para poder apagarlo y seguir durmiendo, como si de esta manera pudieran, de forma mágica, alargar las horas.
Pero a veces esto nos juega en contra, a quién alguna vez no le pasó de apagar el reloj, cerrar los ojos y abrirlos nuevamente para darnos cuenta que ya había pasado más de media hora de la última vez que vimos el despertador.
Ese rectángulo, cubierto de sábanas y frazadas, esa almohada, cómplices de nuestros sueños, se convierten en la solución a nuestro cansancio, en los culpables de las faltas a nuestras cursadas, en los causantes de las llegadas tardes. Es una relación de amor y odio que generalmente nos vence, cuando decimos: un ratito más...

¿Qué conmemoramos el 12 de octubre?



Por Mariano Biavaschi, Agustín Miglierina y Victoria Urdampilleta

Cada 12 de octubre los estudiantes tenemos nuestro último feriado de la cursada, pero ¿qué valor le damos a este día? ¿Tenemos conciencia de lo que realmente pasó?
El 12 de octubre de 1492 el marinero Rodrigo de Triana divisó tierra. Este acontecimiento cambió la concepción que se tenía del planeta y provocó la unión de dos mundos.
La mayoría de los jóvenes consideran este feriado como uno más, el cual lo aprovechan para descansar, divertirse o simplemente salir de la rutina. Esto posiblemente sea consecuencia de la educación recibida de chicos, que nos enseñó una versión parcialmente distorsionada de los hechos que realmente sucedieron.
Para los indígenas la historia fue muy diferente. Civilizaciones avanzadas, como la maya, la azteca y la inca, fueron perseguidas y hostigadas hasta provocar su desaparición.
Para muchos historiadores y referentes de las distintas comunidades indígenas, este hecho fue un genocidio, comparable incluso con el ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial, que significó además el avasallamiento de una cultura milenaria. Por este motivo, el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo) quiere transformar este día en una jornada de valorización de las identidades étnicas, culturales y de reflexión histórica, renombrándolo “Día de la Diversidad Cultural Americana”. Con esta reforma, a la que sólo le falta la firma de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, se espera dar un cambio radical en la concepción del 12 de octubre, un cambio que sólo el tiempo podrá demostrar.

Salud para los estudiantes: un problema sin respuestas

Por Julieta Pomphile, Maia Piquard y Sebastián Incaurgarat

Es difícil pensar que en una ciudad declarada universitaria, como es el caso de Mar del Plata, no se contemple un aspecto tan importante como es la salud de los estudiantes. La problemática de ese ámbito, es asumida tanto desde lo administrativo como entre los alumnos.
En la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) sólo se realiza un único examen médico a los iniciantes, que comprende un análisis de sangre y orina y una placa de tórax para descartar una posible tuberculosis. Pero lejos están estos mínimos estudios de una asistencia completa y constante.
Respecto a este tema el alumno Julián Ucci afirma: “La situación es peor de lo que parece porque no hay un acompañamiento por parte de las Instituciones en ningún aspecto, pero principalmente en salud. Lo más grave es que muchas veces esta situación lleva que los estudiantes tengan decisiones extremas, como la deserción”.

Por otro lado, desde el Servicio de Salud de la UNMdP, si bien reconocen las falencias, proyectan una solución. En este marco, la Dra. Laura Tairol, asegura: "No hacemos una atención indiscriminada porque no contamos ni con los medios económicos ni con el personal”. Y anuncia: “Vamos a abordar un proyecto que va a durar un año, el cual va a consistir en atención primaria de la salud, más que nada lo que es prevención y promoción, es decir, que los chicos que tengan algún inconveniente podrán ser atendidos. La idea es hacer una prueba piloto durante un año para poder ver bien las estadísticas de qué es lo que nos han consultado y cuáles son los profesionales y las cosas que necesitamos”.
En esta problemática, también se debe tener en cuenta que “el seguro de vida es muy limitado, sólo cubre las cursadas y no las prácticas. Desde hace ya dos años hay una licitación para que los estudiantes tengan una obra social, tal como la tienen los docentes y no docentes que trabajan en la UNMDP, pero se declaró desierta porque los que se presentaron no cumplían con los requisitos, y a cambio recibimos como respuesta, la posibilidad de recibir una atención mínima en el Centro de Salud ubicado en Alvarado y Funes (en inmediaciones del Complejo Universitario), un centro con sólo dos médicos que no dan abasto”, aseguró una alumna.
Además, los estudiantes remarcan que, por lo general, los certificados que se dan en los Centros de Salud Municipales no son reconocidos por las autoridades para que, por ejemplo, reprogramen la fecha de un parcial.
Un aspecto que une tanto a directivos como al parque estudiantil es el psiquiátrico. Es aquí donde entra en escena Dario Giardelli, secretario académico de la Facultad de Psicología, según él: “La cobertura médica es lo primordial que debe darse al estudiante”. Por eso desde su espacio, Giardelli junto a un equipo especializado, brindan a todo el complejo de la UNMDP un servicio psiquiátrico para ayudar a los estudiantes a afrontar los cambios que implica estudiar una carrera, para así evitar que lleguen a padecer ataques de pánico, miedos y presiones.
Pero la realidad es que esto es sólo una parte y no la solución completa al problema, y que quedan muchos puntos por resolver. “Sólo existe un servicio centralizado de la salud, ni siquiera hay un coseguro y esto es muy serio”, asegura Giardelli y concluye: “Esta situación se podría revertir, pero con cinco años mínimos de trabajo de las universidades públicas y privadas en conjunto con Instituciones y con una articulación con el sector Industrial y Comercial, que son dos actores fuertes en la sociedad que no se los puede dejar de lado”.

¡Llamen a Los Cazafantasmas!

Por Belén Colombo y Walter Varela

Palabras van, palabras vienen. Historias que recorren cientos de pasillos, y verdades que nunca fueron confirmadas. Ningún hecho real puede contrastarse con lo dicho, y aunque algunos rían y otros vivan del misterio, ¨ creer o reventar ¨ se convierte en el método más fiable.
La Facultad de Derecho alberga hoy a cientos de personas, pero cuántos saben de aquel hecho que hace más de 8 años inquietó a estudiantes y profesores. Un fantasma en el ascensor: ¿leyenda urbana o realidad?


Los hechos

Transcurría el año 2000 cuando finalizó la construcción del edificio donde actualmente está la Facultad de Derecho, en 25 de mayo casi Hipólito Yrigoyen. En los últimos días de la obra, sucedió un hecho inesperado: mientras trabajaba en uno de los huecos de los ascensores, uno de los obreros halló trágicamente la muerte al caer al vacío, luego de desprenderse el montacargas donde se encontraba.
Según el Presidente del Centro de Estudiantes, Sebastián Méndez, ¨ a partir de ese momento se generó un mito alrededor de la muerte del albañil, ya que ése hueco permaneció tapado durante varios años por cuestiones económicas, y esto acrecentó notoriamente la leyenda: el comentario de pasillo afirmaba que la inhabilitación del ascensor se debía a la muerte del obrero ¨ .
Sin embargo, los alumnos de aquella época afirmaron que una vez colocado el ascensor, se percibieron situaciones extrañas. ¿Cómo podía el ascensor subir y bajar sin que nadie lo llamara? ¿De dónde provenían aquellos ruidos nocturnos, cuándo ya nadie permanecía en el edificio? Estos rumores alimentaron la intriga acerca de la posible existencia de fantasmas o, mejor dicho, espíritus.
Fabiana, Mai de la religión umbanda, quien hace 15 años trabaja con “espíritus y entidades del más allá”, aclaró que “en realidad son los espíritus los que realmente existen y no los fantasmas: cuando una persona fallece en un accidente o se va enojada porque no está pronta a irse de la tierra, queda deambulando, por eso se le dice alma en pena”. Además sugirió para el caso de la facultad “llevar una persona que saque ese espíritu, lo absorba, y lo lleve al cementerio”.

-¿Qué puede pasar si esto no se hace?

-Si queda ahí no se sabe bien, puede ser que no pase nada, pero si realmente está manifestando algo malo se va a cobrar la vida de una persona… o varias.

Un alma en pena no es sólo aquella que falleció trágicamente, Fabiana afirmó que por más que se mueran de una enfermedad, cuando ellas quieren mucho a la persona, como por ejemplo un padre o una madre, vuelven.

Cómo se manifiestan los espíritus

La personalidad de cada uno, sus creencias y experiencias de vida implican el grado de credibilidad respecto a las leyendas urbanas. Muchas veces se torna difícil asumir la presencia de entidades, ruidos extraños, o simplemente la sensación de que ¨ no estamos solos ¨.
Según la Mai Umbanda, hay diferentes maneras de percibir la presencia de un espíritu. Sentirse observados, oír una respiración, pasos, llantos y risas no sólo es cuestión de películas, sino que son las formas más recurrentes de los espíritus para mostrarse. ¨ Siempre se manifiestan de noche, de día es muy raro. La nocturnidad es símbolo de que se manifiesta mal, es decir, que el ente vino a buscar algo ¨.


La existencia de un alma en pena en la facultad puede ser una verdad o, simplemente, una leyenda urbana. Una historia creíble e increíble a la vez, creada a partir de un hecho real y transformada por los narradores de una persona a otra. Más allá de los escépticos, es esa parte real y comprobable lo que le da cierto grado de credibilidad al resto de la leyenda y la diferencia de un mito, en el que nada se puede comprobar. En este caso encontramos todos los ingredientes: un hecho real, una historia comprobable, detalles esotéricos y potenciales testigos de los cuales no se sabe si están dotados de mayor porcentaje de verdad o de sugestión. Son cosas que pasan en la universidad…aunque usted no lo crea.

¿Universidad? No, gracias

Terciarios y Centros de Formación Profesional como vía rápida a lo deseado



Por Carolina Selicki Acevedo, Virginia Plotkin, Yanina Tolaba y Maximiliano Paccioni

Terminar el secundario no es sólo el fin de una etapa sino el comienzo de otra aún más ardua, en la cual se trazará el mapa de nuestro futuro. Si bien Mar del Plata ofrece un abanico de carreras universitarias, hay “espacios de vacancia” que aún faltan cubrir. Allí es donde aparecen los institutos terciarios o los centros de formación profesional, como otra opción a tener en cuenta.
Actualmente existen 23 institutos privados no universitarios, 7 institutos provinciales y 10 escuelas municipales de formación. Allí se pueden encontrar carreras como “Analista en formación agraria”, “Tecnicatura en Turismo”, “Tecnicatura en Periodismo general y deportivo”, “Profesorado en Ciencias políticas” o “Tecnicatura en Administración y Pymes”, entre más de 150. Los únicos requisitos son haber egresado del nivel polimodal o equivalente. Por lo general, estas carreras no tienen una extensión mayor a los 3 años e incluso se tiene la alternativa de continuar el perfeccionamiento a un nivel de grado, mediante convenios de articulación con universidades.
Mariana tiene 23 años y aún no pudo recibirse. Saca cuentas y se amarga, lleva casi 6 años estudiando, pero el título de grado parece inalcanzable. “En el 2003 empecé Psicología en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), me encantaba cómo la dictaban pero no lograba acostumbrarme a vivir en Capital, ya que soy oriunda de Pinamar, así que en el 2005 la dejé y volví a mi ciudad. Además, estaba en pareja con alguien de allá y la distancia se sentía mucho”, afirma quien aún continúa estudiando pero en Mar del Plata. “Retomé Psicología hace un año y medio pero como necesitaba una rápida salida laboral este año empecé la Tecnicatura en Neurofisiología y la hago en paralelo. “Neuro” es una materia de Psicología que me gusta mucho, así que todo se relaciona”, aclara Mariana, ya con una sonrisa.



La situación que atraviesa Mariana sirve como ilustración de los miles de casos que se repiten a diario en nuestra ciudad. La menor cantidad de años de estudio y una pronta salida laboral parecen ser puntos claves en la búsqueda del estudio a seguir. Miguel Angel Lenzi, Profesor del Centro de Formación Profesional Nº 403, comenta con entusiasmo: “El área de la construcción es una de las que más ha crecido en la ciudad y por ello es que aumentó la formación de gasistas, carpinteros o plomeros”.
Sin embargo, a la hora de evaluar un instituto terciario surge la comparación de las ventajas y desventajas que posee. “Me gustaría que el ‘Profesorado en Educación Física’ se considerara una carrera universitaria, ya que son 4 años de estudio. Lo más cercano es la licenciatura que apareció este año en Pinos de Anchorena, pero es privado y no puedo pagarla”, lamenta Leonardo (26), quien estudia en el Instituto Superior de Formación Docente (ISFD) Nº 84. Asimismo, su compañero Cristian (30), oriundo de Balcarce, agrega: “No contamos con espacio físico propio por lo que realizamos dichas prácticas en las instalaciones del CEF y faltan materiales. Ésto en un lugar pago no pasa. Pero son las cosas que te hacen ver la realidad: no siempre están dadas las mejores condiciones”.
La especialización, algo que muchos considerarían sólo pertinente a la universidad, es otra de las características que un centro de formación o un terciario ofrece. Elba Marconi, Secretaria Suplente de la Escuela Privada de Sanidad (EPSA), en diálogo con Aula Magna, reafirma: “Con ‘Radiología’ sucede algo interesante ya que luego de la tecnicatura, el estudiante puede realizar el post-título en Tomografía Axial Computada o en Resonancia Nuclear Magnética”.




Por otra parte, la cantidad de práctica que este nivel de formación puede ofrecer, comparándolo con el ámbito universitario, es mucho mayor. “A partir del 2º cuatrimestre del 1º año comienzan las prácticas, tanto las de adultos en el Hospital Interzonal como las de pediatría en el Materno. También hay convenios con el hospital de la Comunidad, en la Clínica EMSA y laboratorios privados. Además, aquí hay un laboratorio donde los alumnos pueden utilizar la aparatología y reactivos. Y para aquellos que son de la zona realizamos convenios con las instituciones de su lugar de origen”.
Entonces, a la hora de detenerte a pensar dónde continuar tus estudios, recordá que la ciudad ofrece una opción para cada tipo de de interés. No desesperes, la indecisión es el pasaje a la exploración de las distintas alternativas.

Nunca es tarde para estudiar

Por Mariano Biavaschi y Agustín Miglierina


En Mar del Plata son muchos los hombres y mujeres de más de 40 años que se vuelcan hacia la universidad para cumplir con un anhelo de la adolescencia: cursar y recibirse en una carrera de grado.
Según las estadísticas del año 2006 de la Universidad Nacional de Mar del Plata, son 1253 los alumnos que superan las cuatro décadas, lo que corresponde al 5.5% del total de estudiantes. En tanto, la facultad con mayor número de ellos es la de Humanidades, con más de 470 entre sus filas.
Los motivos que llevan a estos “alumnos adultos” a decidir empezar a estudiar, ya sea por primera vez o no, son variados, pero el que más resalta es, sin lugar a dudas, la necesidad de cumplir con un sueño relegado, como dice el estudiante de Derecho de 48 años Jorge Curti: “Para mi fue una materia pendiente de toda la vida y en esta etapa la puedo realizar”. Sobre este tema, el Psicólogo Diego Elejalde (M.P.: 46283), considera que en estas personas se puede “observar a alguien que tuvo la suficiente fuerza, las ganas, la capacidad e interés, como para ir a buscar algo que satisfacía una cosa que va más allá de la esfera material, no como medio de vida o sustento. La motivación de estas personas tiene que ver con continuar algo postergado”.


Por otro lado, a pesar de haber una gran diferencia de edad con el resto de los alumnos, Jorge ve esta relación como algo positivo, ya que según él, es una linda experiencia porque se aprende de los chicos más jóvenes, muchos más frescos en los conocimientos, pero el ser más grande le brinda ciertas ventajas, como por ejemplo tener más experiencia de vida. Referido a este tema, la contadora María Julia Frontini, profesora de 4º año de la carrera de Contador Público, cree que las diferencias se hacen aun más notorias debido a la proporción de estudiantes, ya que “en los cursos más avanzados, con clases de más de 40 alumnos, se puede divisar, con suerte, a uno o dos mayores de 40 años”.
Pero no todo es tan fácil, puesto que a varios estudiantes, como Laura G. (42) y empleada del estado que estudia psicología, empezar de nuevo trae aparejados miedos y dudas. Su situación era de lo mas común, porque no sabía como iba a hacer, ya que “hace mucho tiempo que no tocaba un libro”, comentó, pero con esfuerzo y dedicación, que incluye cambiar fines de semana en familia por sábados y domingos de estudio para “recuperar el tiempo que se lleva el trabajo y la familia”, la carrera se hace llevadera y posible de realizar. Además, según mencionó, “aunque la vocación es lo más importante, hay que tener en cuenta que hoy un título te abre muchas puertas dentro del trabajo, sin importar la edad que se tenga”.
Continuando con las diferencias entre los estudiantes más jóvenes y los de más edad, el Licenciado Elejalde ve que es muy común en los segundos una cierta incomodidad, o que no se sienten acorde al lugar que ocupan, porque tiene una jerga, una forma de pensar y procesar diferente, y “sienten que no pueden enganchar la lógica de cómo piensan los jóvenes, pero de ninguna manera resulta en una inhibición del aprendizaje, sino más bien en una cuestión de precaución, un ¿podré o no podré?”.
Además, ve otra diferencia importante entre estos dos grupos, que está representada a la mencionada experiencia de vida de los más grandes, que hace a un posicionamiento que a veces amplia la mirada y a veces la estrecha, porque algunos “se quedan demasiado pegados a la propia vivencia y les impide pensar conceptualmente”. Por otro lado, los adolescentes tienden a simplificar las cosas, a no querer enroscarse demasiado o no analizar los temas en profundidad y simplificarlos lo más posible, pero como contra cara,“cuando el adulto no tiene todo este bagaje cultural que le permite analizar las cosas, le parece más difícil, y termina simplificándolas, no por una falta de interés, sino por dificultades conceptuales como para poder pensarlo desde la lógica de la complejidad”.
Por último, hacia el final de la carrera, aparece otra diferencia notoria, que es objetivo por el cual se estudia, porque si bien muchos chicos y chicas de veinte años y pico lo hacen para poder desarrollar una carrera profesional acorde a lo estudiado, muchos mayores de 40 los hacen más que nada para cumplir un ciclo, ya que como dice Jorge: “Yo no ejercería la profesión, lo estoy haciendo realmente como vocación, por que me gusta, esto para mi no es una búsqueda económica, es de conocimiento”.



*Ranking de carreras con alumnos mayores de 40 años:

1) Licenciatura en Psicología…………………...200 alumnos
2) Técnico en Gestión Cultural………………..114 alumnos
3) Licenciatura en Servicio Social…………....85 alumnos
4) Bibliotecario Documentalista……………….56 alumnos
5) Bibliotecario Escolar…………………………...56 alumnos
6) Lic. Bibliotecario y Documentación……….55 alumnos
7) Enfermero…………………………………….......51 alumnos
8) Licenciatura en Enfermería………………...47 alumnos
9) Contador Público…………………………….....47 alumnos
10) Profesorado de Historia…………………....47 alumnos

*Los datos son oficiales, tomados del último censo realizado por la
Universidad Nacional de Mar del Plata en el año 2006, excluyendo la carrera de Sociología, porque todavía no se encontraba restituida en dicha institución.

Estudiantes, estudiantes: ¡A estudiar!






Por Julieta Pomphile, Maia Piquard y Sebastián Incaurgarat





“Es cortés y muy galante,

educado por demás,

en su escala de valores

lo primero es estudiar.”


Aunque no todos los que hayan salido hoy a disfrutar su día sean como el alumno ejemplo de la canción de Los Twist, igual se merecen una jornada de festejo. Los nervios ante los exámenes, las exigencias de los profesores, el estrés de la cursada, deben ser reconocidos.
Y a alguien se le ocurrió valorar todo el esfuerzo (y el no tanto) del día a día. Él fue Salvador Debenedetti, quien en 1902 era presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. El que luego fue un reconocido arqueólogo, elevó una propuesta para que el 21 de septiembre sea conmemorado el Día del Estudiante.El motivo de la elección de esa fecha tiene dos fundamentos. Por un lado, ese día pero del año 1888 fueron repatriados los restos de Domingo Faustino Sarmiento desde Asunción del Paraguay. El padre del aula es un ejemplo para los maestros, quienes adoptan como su día el 11 de septiembre en memoria al fallecimiento del prócer; y de sus alumnos, quienes prefieren recordarlo en el regreso de sus restos al país.
A su vez, otro motivo fue la coincidencia con el comienzo de la primavera, época del año caracterizada por la renovación y el florecimiento, particularidades propias de la juventud.
De esta manera, en un mismo día se unen los dos homenajes y las opciones para la celebración abundan: pasar el día en un camping o acampar toda la semana son las principales alternativas, pero no faltan los que van a la playa, la Laguna de los Padres o al tradicional parque Camet.
Y entre tanto festejo, las ganas de comer entran en escena: el sándwich de jamón y queso con mayonesa o el de milanesa, salen de su apretado tupper para ser degustados y, los más valientes, prenden el fuego para preparar hamburguesas.
Ya sea de EGB, EPB, ESB, Polimodal, Terciario o Universitario, es el día del estudiante “estudiante de verdad. Es el estudiante, el ejemplo universal. Y los estudiantes te queremos saludar entonando esta canción con orgullo y con pasión. Estudiantes, estudiantes: ¡A estudiar!”.





Nuevas medidas de seguridad para el complejo universitario


Por Eugenia Pandín, Florencia Perissé y Gonzalo Gobbi


La Universidad Nacional de Mar del Plata ha incrementado recientemente sus medidas de seguridad debido a los frecuentes robos que los estudiantes sufrían a la salida de clases en las inmediaciones al complejo de Peña y Funes. Se dispusieron dos efectivos policiales en cada esquina y un móvil que patrulla frecuentemente la zona para erradicar la problemática.
Las autoridades de la Universidad se reunieron semanas atrás con la cúpula de la Jefatura de la Policía y con representantes de la Municipalidad, para obtener respuestas inmediatas ante los constantes reclamos de los estudiantes por los frecuentes robos en las afueras del complejo. Los delitos ocurrieron principalmente a metros de las vías y en las esquinas del edificio, mientras los estudiantes esperan en las paradas de colectivo, donde la iluminación es escasa y no había presencia policial hasta hace unos días. Tras los recurrentes asaltos y la notificación de intentos de violación a jóvenes universitarias, integrantes de algunos Centros de Estudiantes y alumnos de diferentes carreras mostraron su preocupación acerca de la creciente inseguridad en la zona y desarrollaron varias charlas en las que se presentaron proyectos para solucionar la difícil problemática.
Al respecto, el rector interino de la UNMDP, Francisco Morea, se mostró conforme con la presencia de los efectivos policiales a metros del complejo y aseguró que “la inseguridad es una de nuestras mayores preocupaciones y su solución no es inmediata”. Asimismo, Morea afirmó que el reclamo realizado también tuvo que ver con otras medidas además de la presencia de seguridad en la zona. “Hemos pedido la instalación de luminarias en todas las esquinas, la recolección de residuos para que las bolsas de basura no se amontonen y que se hagan tareas de poda para permitir la proyección de la luz en las zonas más frondosas”, señaló el rector interino.
Las autoridades del complejo mantuvieron también un encuentro con el capitán de la comisaría distrital segunda, Aníbal Pereira, a quien detallaron los distintos incidentes ocurridos en las últimas semanas. “Esperamos que con la presencia de efectivos y los móviles que recorren las calles adyacentes, los estudiantes se sientan más seguros y haya menos delitos en la zona de la Universidad”, manifestó Pereira. Por otro lado, Morea aseguró que la Universidad ha adquirido recientemente unos reflectores que serán instalados durante los próximos días para iluminar los espacios más oscuros a la salida del edificio.
Días atrás, las nuevas medidas se seguridad implementadas por la UNMP han entrado en funcionamiento mientras que las tareas de poda y la instalación de luminarias, tendrían lugar a partir de la próximas semanas, según informaron fuentes del complejo.

¡CUIDADO!: SEXO

El 93% de los estudiantes se cuida en sus relaciones sexuales. Sólo la mitad opta por los preservativos, la misma cantidad se hizo el test de HIV.

Por Julieta Pomphile, Maia Piquard y Sebastián Incaurgarat

Los estudiantes universitarios y terciarios afirman que se cuidan en sus actos sexuales. A diferencia de lo que se cree de ellos, los jóvenes entre 18 y 25 años, aseguran que toman conciencia a la hora de tener relaciones.
Según los datos que arrojó un sondeo realizado a 150 estudiantes, de diferentes carreras dictadas en la ciudad, el 93% dijo que utiliza métodos anticonceptivos, de los cuales sólo la mitad elige los profilácticos, un 4% que los usa a veces y sólo un 3% que nunca lo hace.
En tal sentido, el licenciado en Sexología, Ezequiel López Peralta (Mat. Prov. 45752, Mat. Nac. 43214) cuestionó: “Habría que ver que entienden ellos por cuidarse. Porque muchas veces los chicos usan preservativos de vez en cuando o los usan siempre, pero se lo ponen un instante antes de eyacular, entonces tienen relaciones por un rato sin protección. Muchas veces lo que ellos consideran como cuidarse probablemente, sea algo que esta basado en una información errónea”.
Las cifras dejan en claro que los que reciben educación tanto en espacios públicos como en privados certifican que actúan en base a ella, pero habría que ver si sus conceptos sobre educación sexual son los correctos o siguen los “mitos” populares. “Algunos creen, por ejemplo, que en la primera relación sexual la mujer no queda embarazada o que si eyaculan afuera no hay riesgo de embarazo”, explicó el Licenciado López Peralta.
Los jóvenes acuden a los métodos anticonceptivos tanto para evitar un embarazo no deseado como para no contraer algún tipo de enfermedad de transmisión sexual. Para ello tienen en cuenta distintos métodos de cuidado.
A la hora de elegir, los estudiantes, optan en primer lugar por el uso del preservativo, en el 51% de los casos el profiláctico es el favorito, lo que denota que no sólo previenen un embarazo sino que también protegen su salud.
Un escalón más abajo, se encuentran las pastillas anticonceptivas. El 24% de las personas ven a la píldora como el método más eficaz y cómodo, como consecuencia de tener una pareja estable. Al respecto, el 75% de los encuestados aseveran tener relaciones con sus parejas, sólo un 25% dice tener sexo ocasional.
En cuanto a la protección múltiple (más de un método), se establece en el 23% de los encuestados. Un dato que confirma la toma de conciencia de algunos jóvenes. Conciencia que no sólo nace de la institución educativa, sino también de la vital importancia de las campañas de prevención en manos del Estado que deben informar el cómo y el para qué de la responsabilidad que cada uno debe tener en una relación sexual.
Dentro de las responsabilidades se encuentra la de saber el estado de salud propio, para cuidarse uno mismo y a los demás. Para eso existe el análisis de HIV, prueba gratuita y confidencial que se hizo el 55% de los estudiantes encuestados. “Información hay pero no está la toma de conciencia de que ese riesgo nos puede tocar a todos, entonces muchas veces los jóvenes juegan a la ruleta rusa y dicen: `Esta chica no tiene mucha experiencia, entonces seguramente no tendrá ninguna enfermedad o si tiene algo, no me voy a contagiar por una o dos veces que esté con ella´. Esa falta de conciencia hace que no llevemos esto a la práctica”, interpretó el Licenciado.
En lo que fueron más efectivas las campañas, fue en comunicar los lugares habilitados para tal fin, ya que el 73% de las personas afirmaron saber donde hacerse el test. De ellas, hay un 18% que no se animó a realizar la prueba o no se la exigieron, porque muchos de ese 55% que realizaron el análisis fueron obligados a hacerlo por sus trabajos, requerimiento que es ilegal, según la Ley 23.798, que declara de interés nacional la lucha contra el SIDA.
Si bien las encuestas realizadas dieron resultados positivos en cuanto a la responsabilidad de los estudiantes, es fundamental continuar con las campañas educativas y que cada vez lleguen a más personas para prevenir enfermedades y embarazos no deseados.

Mar del Plata, ciudad universitaria



Por Carolina Selicki Acevedo, Virginia Plotkin, Yanina Tolaba y Maximiliano Paccioni

El objetivo de posicionar a Mar del Plata como centro universitario a escala regional recobró interés en los últimos meses, a raíz del replanteo de la variedad y calidad de la oferta educativa de la ciudad. En el marco de esta iniciativa a principio de año se firmó un convenio entre las universidades CAECE, FASTA, Atlántida Argentina (UAA), la UNMdP y el municipio de General Pueyrredón, como uno de los proyectos del Plan Estratégico denominado “Mar del Plata 4 estaciones”.
Actualmente en la ciudad se ofrecen múltiples actividades académicas, tanto de grado como de postgrado, y se concentran las áreas de investigación y extensión universitaria. Asimismo, es la sede de residencia -permanente o transitoria- de 25.000 estudiantes, 3.500 docentes y alrededor de 700 trabajadores no docentes. Esta comunidad se distribuye dentro de las cinco universidades existentes: dos estatales y tres de gestión privada, con una oferta de más de 80 carreras de grado.
De cara a la materialización de Mar del Plata como centro universitario, el paso inicial será recorrer las ciudades más importantes del interior bonaerense y del resto del país para marcar una presencia de cara al ciclo lectivo 2009. Este proyecto diagramado de forma conjunta con el EMTUR buscará promover que los estudiantes de toda la zona elijan esta localidad para cursar sus estudios.
La Universidad Nacional de Mar del Plata es uno de los mayores exponentes de la oferta académica actual. Aula Magna diálogo con el Secretario Académico de la casa de altos estudios, Dr. Rubén Buceta, quien declaró: “La oferta académica marplatense es variada pero en nuestra universidad hay áreas de vacancia. Más específicamente en Ciencias Sociales, Ciencias de la Comunicación, Ciencias de la Educación y Ciencias de la Salud. En ésta última no se cuenta con las carreras de Nutrición, Kinesiología o Medicina”.


Además agregó: “En Arte la oferta es nula y faltan ciclos de complementación curricular con Institutos de Educación Superior No Universitarios”.
Cabe destacar que la UNMdP organizó la IV Muestra de Educación Superior “Mar del Plata te invita a estudiar” durante el 15 y 16 de mayo pasados donde el objetivo del encuentro fue dar a conocer las carreras existentes en las instituciones educativas públicas de jurisdicción nacional, provincial y municipal. No obstante, entre el 24 y 25 de agosto se llevó a cabo la “Expo educativa 2008”, en la cual más de setenta instituciones públicas y privadas mostraron sus propuestas curriculares, incluyendo estudios superiores universitarios y no universitarios, cursos de formación profesional y de capacitación general.
Por otra parte, Patricia Fernández, del Área administrativa de FASTA recalcó que “falta mucho” por hacer. Asimismo afirmó que aún hay carreras que no se dictan en la ciudad pero desde la institución se trata de innovar como en el caso de Nutrición, Kinesiología y Fonoaudiología, ya que es la única universidad donde se pueden estudiar.
Sin embargo, la ingeniera Viviana Juarez, del Área de ingreso de la UAA destacó: “Hay una suficiente oferta estudiantil en la ciudad. Tanto a nivel público como privado se brinda la misma carrera pero con diferente perfil, lo que nutre mucho más dicha oferta” y sostuvo que de este modo el futuro estudiante universitario elegirá la opción que sea más acorde a sus objetivos.
No obstante, debe tenerse en cuenta que el diseño curricular de una carrera lleva entre 4 y 5 años y que éste debe ser aprobado por la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria. Además, a nivel estatal en muchos casos no se han abierto carreras por falta de recursos provenientes del Ministerio de Educación de la Nación.
Por lo tanto, la cristalización de Mar del Plata como ciudad universitaria no es tan lejana. A pesar de que todavía faltan carreras por “desembarcar”, esta ciudad balnearia del sudeste bonaerense brinda un amplio abanico de alternativas a la hora de emprender un estudio de grado.

Del terciario a la universidad

Por Mariano Biavaschi, Agustín Miglierina y Victoria Urdampilleta


¿Y ahora qué hago?, se preguntan varios jóvenes cuando terminan de estudiar una carrera terciaria, ya que si bien éstas posibilitan acceder a un título en pocos años y conseguir una salida laboral, muchas veces el diploma terciario no tiene el peso de uno universitario.
Los egresados terciarios se dividen en dos grandes grupos: los de las tecnicaturas y los de los profesorados, ambos directamente orientados hacia la salida laboral, pero muchas veces esto no es suficiente, ya que entre las carreras cortas y las universitarias existen importantes diferencias.
Una de las mayores desigualdades es que el título obtenido en una universidad tiene validez a nivel nacional, mientras que uno terciario a nivel provincial, y el mismo debe ser revalidado para darle uso en otra región. Por ello, para achicar estas distancias varias instituciones locales ofrecen diferentes convenios con casas de altos estudios para poder articular las carreras, y una vez egresado del terciario, con sólo dos años más, acceder a un título de carácter universitario.
Esta posibilidad puede que a algunos les facilite el encontrar una respuesta a aquella típica pregunta al egresar: ¿Qué hago ahora que ya conseguí mi titulo?, y como el mercado laboral está tan complicado, la réplica tal vez podría ser seguir estudiando, pero no todo es tan fácil.
Las dificultades son varias, ya que si bien los convenios existen, en muchos casos los interesados se encontrarán con una traba difícil de sortear, como lo son los cupos de ingreso. Además varios institutos locales poseen acuerdos con universidades privadas de Capital Federal y para acceder a ellos habría que mudarse, y los costos, sumados a la de la cuota que en algunos casos superan los $400, ascenderían a un monto duro de afrontar para muchas familias de clase media.
Otra característica interesante con respecto a esta situación, es que los alumnos más interesados y a la vez preocupados con los alcances de estos acuerdos entre instituciones educativas, no son los recién ingresados a la carrera terciaria a la hora de elegir que estudiar, sino que son más bien aquellos que se encuentran ya en la recta final. Recién en ese momento, toman conciencia de que no será tan fácil dar el salto a la universidad, por lo que algunos optan ni siquiera intentarlo y directamente empezar una carrera universitaria desde cero, con todo lo que ello implica en términos económicos y de tiempo.
Pero todo esto no significa que sea imposible, ya que si bien existen algunas dificultades, igualmente es posible sacarle un gran provecho a esta oferta educativa. Para eso, es necesario informarse bien en cada instituto terciario sobre los alcances de sus convenios, si es que los tiene, y armarse de paciencia y voluntad para que la odisea de la articulación terciario-universidad llegue a buen puerto.

El conflicto de estudiar y trabajar al mismo tiempo

Por Eugenia Pandín, Florencia Perissé y Gonzalo Gobbi

Todo estudiante desea poder independizarse y conseguir un buen empleo dentro de la profesión en la cual se está formando. Sin embargo, los trabajos no son siempre tan accesibles y muchas veces se debe optar por aquello que nada tiene que ver con los estudios, pero que al menos genere un ingreso. Ganas de tener dinero propio, tiempo escaso, altas ambiciones y bajo el nivel de experiencia. ¿De qué puedo trabajar sin abandonar mis estudios?
Entre la necesidad, la disponibilidad y la realidad sobre el empleo en Mar del Plata, muchos estudiantes buscan un trabajo bien pago, a tiempo parcial, donde no se requiera demasiada experiencia y pueda destinarse un tiempo para estudiar y rendir exámenes. Pero por sobre el anhelo del emprendedor estudiante que busca su independencia económica, a la hora de salir a encontrar trabajo, la situación no resulta nada simple.
Hace unos años, muchos jóvenes se conformaban con un escaso salario en alguna cadena de comidas rápidas o con atender al público en algún “ciber”. Luego los sueldos en los locales de fast-food aumentaron levemente y ya no resultaba tan simple ser parte de su staff sin experiencia previa y por otro lado, los “cibers” se multiplicaron y los sueldos descendieron notablemente.
¿Cómo obtener un trabajo aceptable en el que se requiere experiencia si soy joven y carezco de la misma? ¿De qué puedo trabajar? Las opciones son variadas, pero escasas al mismo tiempo. Para mujeres: vendedoras en un local de ropa, camareras o promotoras en la mayoría de los casos. Para hombres: promotores de agencias de viaje, repositores, atender al público o vendedores. Sumarse al staff de un call-center es hoy otra de las posibilidades o “modas” para ambos sexos. Se trabaja entre 4 y 6 horas y si bien es un empleo con un sueldo no muy abultado, puede ser una solución parcial al desempleo. Son trabajos en los que generalmente no se requiere demasiada experiencia, los horarios suelen ser móviles y si bien los sueldos no son altos, alcanzan para satisfacer las necesidades del joven estudiante.
Lo que realmente se busca
Muchos pretenden un empleo en el que se les acepten los tiempos destinados al estudio y donde no deban trabajar el fin de semana para poder salir por las noches a distenderse después de una agotadora semana de cursada. Pero esto no es siempre lo que se consigue. El estudiante trabajador después de trasnochar, comienza a ausentarse por las mañanas y otros optan por faltar para concentrarse en el estudio y así comienza un efímero camino que conduce nuevamente al desempleo.
Trabajar ad honorem
Otra opción es empezar a ganar experiencia dentro de aquella carrera que el estudiante cursa. Generalmente en estos casos se suele trabajar gratis o por salarios realmente muy bajos, lo que hace que esta actividad dure poco tiempo y se abandone. Si bien ganar experiencia es fundamental dentro de una carrera, la insuficiencia en los ingresos y la posterior frustración, solo consiguen que el estudiante vuelva a buscar trabajo.
Busco y no encuentro
El mayor problema comienza cuando las ofertas laborales publicadas en el diario no son compatibles con lo que el estudiante puede aceptar, cuando en internet ningún empleo logra convencerlo y cuando de las puertas golpeadas, ninguna ha sido abierta. El desgano, la necesidad, la frustración y el desaliento son los primeros síntomas del recién despedido o de aquel que no encuentra trabajo. Tarde o temprano una oportunidad llegará a manos del joven emprendedor, pero mientras tanto habrá que continuar buscando y seguir pidiéndole dinero a los padres para mantenerse y salir el fin de semana. “Viejo, ¿me bancás una semana más?” Después de todo… la familia es siempre lo primero.

¿Ene, ese o vocal?

Por Belén Colombo y Walter Varela

-¿Tienen faltas de ortografía?- fue la pregunta crucial de la encuesta. Más de uno se atrevió a responder que no…pero sus caras cambiaron inmediatamente:
-Bueno chicos, ahora por favor copien las siguientes palabras-.Risas y comentarios por lo bajo precedieron la orden, vuelta de página, y comenzó el dictado.
Más de cien estudiantes universitarios de distintas carreras y edades pasaron por la prueba de fuego, lo que no significa que lo hayan hecho correctamente. Decisión, yendo, elegir, haya, examen, esdrújula, iba, hallar…
- ¿Qué hallar?- preguntó una ingenua voz.-
¿Acaso hay otro significado para esta palabra?-
- ¡Esdrújula lleva tilde! ¡Pero no sé dónde!-

Errores y “horrores” ortográficos son una preocupación que perturba principalmente a los profesores universitarios, ya que si bien el 25% de los encuestados afirmó no tener problemas para expresarse en forma escrita, el 72% cometió faltas en el dictado de palabras. Pero este alarmante resultado no parece generar inquietud en los alumnos, ya que muestran en gran medida graves problemas de escritura, no sólo en lo ortográfico, sino también en lo gramatical.
Para los futuros Abogados, los aspirantes a la Licenciatura en Psicología, Ingenieros y posibles Diseñadores Industriales, entre otros, parece ser que la mayor dificultad es poder expresar sus ideas coherentemente, y hacerse entender. Así lo reconoció el profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Mar del Plata, Abogado Leonardo Pérez Hegi al remarcar que “en el momento de la evaluación existen casos en que los alumnos, a pesar de haber estudiado, no pueden volcar en forma clara y precisa el contenido que se les pide”. Detectar estos casos es un nuevo desafío que deben enfrentar los profesores, en especial, en los primeros años de la carrera.
Pero muchas dudas surgen al intentar responder dónde nace esta falencia. ¿Será falta de interés del alumno? ¿Falta de motivación por parte de los profesores preuniversitarios? “Me parece injusto cargar todo sobre la educación previa o sobre el estudiante. El alumno se está alfabetizando distinto con las nuevas tecnologías, lo que no implica minusvalidar este tipo de cultura y creer que la de generaciones anteriores era mejor, sino maridarlas y entroncarlas”, manifestó el letrado.
Estos problemas de comunicación no sólo son producto directo de un desconocimiento de las reglas ortográficas y gramaticales, sino también de una dificultad de razonamiento y ordenamiento de las ideas por parte de los alumnos.
Según Pérez Hegi, los problemas de decodificación “son producto de un empobrecimiento de la enseñanza primaria y la preuniversitaria, sobre todo a partir de la década de los ´90, que se ha proyectado en esta dificultad de entender que es lo que me están queriendo comunicar”.
No hay una realidad absoluta que refleje las causas o consecuencias de las falencias a la hora de expresarse en forma escrita por parte de los alumnos, lo que se corroboró luego de testear el resultado de las encuestas. Mientras que el 94% cree que la lectura es una buena aliada para escribir mejor, solo el 62% lo ha incorporado como un hábito. De éstos últimos, el 43% admitió leer diariamente diversos textos, un 32% confesó que su motor de lectura es el estudio, y el restante 25% lo hace esporádicamente.No basta tener buenas habilidades en la comunicación oral si la escrita es ineficiente, porque no hay ningún proceso que sea absolutamente oral ni ninguno que sea totalmente escrito.
La claridad a la hora de expresarse es clave para lograr un objetivo, “porque quien no es claro no se hace entender, y quien no se hace entender no obtiene lo que busca”.

Psicosis universitaria: Llegaron los parciales

Por Juan Manuel Abruza, Jimena Dilota, Adrián Pilu y Lucía Sánchez Lucero

Uno de los peores momentos que atraviesa un universitario durante su vida estudiantil, es sin lugar a dudas, el tiempo de exámenes parciales.
La semana previa la confianza abunda, se suspende toda salida a la vista. Muy serio y comprometido dice a los amigos: “No puedo, tengo que estudiar”.
Ahora bien, uno piensa que porque dice que tiene que estudiar y el sábado no apoya un pie en Alem, es suficiente, pero resulta que la frase “tengo tiempo todavía” es la peor afirmación que uno debe expresar en estas circunstancias.
Por fin el estudiante se decide a desempolvar los apuntes y fibrón en mano comienza a explorar el mágico mundo de la materia en cuestión.
Aquí es cuando toma un real sentido la frase: “repaso luego de cada clase” y es cuando comienzan los miles de reproches: “¿Por qué no hice los resúmenes?”, “¿Por qué no me puse a estudiar hace una semana?”, o la clásica “¡Pero esto yo nunca lo vi!, ¿Por qué habré faltado a esa clase?”.
A medida que el reloj avanza a una velocidad fuera de lo común, la psicosis del estudiante va en aumento. Por momentos, ojea cuánto le falta subrayar de la fotocopia y maldice contra la pequeña letra del texto, para luego darse cuenta que fue peor mirar hacia atrás para ver cuanto ya había hecho, porque el apunte está en un 90% subrayado. ¡Esto significa que todo es importante y posiblemente entre en el examen!
Ahora la desesperación es mayor. Llegó la noche, el sueño es un enemigo sin piedad, la cafeína no surte efecto y cualquier pensamiento es motivo de distracción.
Hace rato que la habitación está en silencio, así que la madre preocupada hace su acto de aparición y encuentra al futuro desaprobado mirando un punto fijo en la pared. Acto seguido comienzan los gritos, producto del bajo autoestima del momento: “¡No te das cuenta que estoy estudiando, cerrá la puerta que no me puedo concentrar!”. Es bueno recordar que la familia también es una pobre víctima, que sufre en carne propia el hecho de que el universitario deba rendir un parcial.
Luego de este estallido de furia involuntario, la tentación es demasiado grande y la tibia comodidad del colchón invita a la apacible sensación de cerrar los ojos y descansar. El incrédulo se duerme pensando: “Me queda el domingo. Mañana a las 8 me levanto y estudio todo el día”.
El despertador suena puntualmente a la hora prometida y esos “cinco minutos más” entre suspiros se convierten en una siesta de tres horas. El sol del mediodía que se cuela entre las hendijas de la persiana, en vez de tranquilizar, provoca un arrebato de bronca que automáticamente busca en quien descargarla: “¡Porqué nadie me despertó! ¿Acaso nadie está enterado en esta casa que mañana tengo que rendir?”. Portazo de por medio con un pan con manteca rescatado de la mesa de la cocina en la boca, el cada vez más indignado alumno se sumerge en el mismísimo Mar Negro del estudio.
Cada tanto levanta la vista hacia el brutal reloj y las horas se le escapan como arena entre los dedos. Entonces surge la idea de que no puede ser tanto lo que hay que estudiar:”Debo estar equivocado”, piensa y su rostro se le ilumina ante la posibilidad de un rescate de último momento.
El llamado a un compañero en esta instancia es imprescindible, pero a la vez indica que el castillo de naipes está a punto de derrumbarse. Se rechaza de lleno la hipótesis del equívoco. No hay escapatoria, hay que estudiar todo.
El miedo que provoca el tener que detenerse para comer o ir al baño es inexplicable. Las ideas empiezan a mezclarse en la coctelera infernal en que se convirtió el maltratado cerebro del estudiante y el proceso de resignación empieza: “No llego”, “No me presento nada”, “¿El recuperatorio será más difícil?”,”Seguro fulanito también desaprueba, por lo menos no voy a estar solo”, son algunos de los múltiples pensamientos que se evocan. Pero tanta preocupación previa no puede ser en vano, así que luego de escasas horas de sueño inquieto y tras un último repaso que no aporta nada nuevo, con cara de lástima entra en el aula dónde el pavor se siente en el aire y se siente menos solo.
El examen al fin terminó. Sólo resta esperar con ansias el resultado final de tanto sufrimiento, pero lo trascendental del asunto es que ya está. Ni siquiera se detiene a comparar respuestas. La suerte está echada hacia el 4 salvador o el insignificante 2. Aprobar o desaprobar ya no importa. La respiración vuelve a normalizarse y el pelo que se empezó a caer hace dos días parece recobrar su fuerza vital.
Ahora sí, el estudiante siente que aprendió una lección muy importante y que para el próximo parcial todo será diferente, sabe que el tiempo se cotiza alto en el mercado y que a partir de hoy el estudio es prioridad absoluta.
Hasta que ese momento llega… y el déjà vu es inevitable, todo vuelve a repetirse.

Síntomas Pre-Parciales
  • Irritabilidad extrema.
  • Fatiga crónica, insomnio.
  • Pérdida de peso o aumento desmedido del mismo.
  • Calvicie prematura.
  • Adicción a la cafeína, el tabaco y bebidas energizantes.
  • Comerse las uñas compulsivamente.
  • Pérdida de la noción del tiempo y espacio.
  • Reclusión domiciliaria.
  • Fanatismo místico, técnicas supersticiosas.
Típicas frases Post- Parciales

“Si apruebo me voy de rodillas hasta la Catedral”.
“Sabía todo, pero se me hizo una laguna”.
“Esta noche me emborracho”.
“Seguro desapruebo porque el profesor me odia”.
“Voy a dormir una siesta de 10 horas”.
“Ya fue, todavía tengo recuperatorio”.