Publicidad: Un Caos invade al Estudio


Por Marina Cruz

La publicidad cumple un rol fundamental en el desarrollo de una sociedad. A través de ella los miembros de una comunidad, cuentan con una herramienta más para establecer una conexión entre ellos estrechamente ligada a los hábitos y costumbres dentro de una misma cultura.

Sin embargo, en la actualidad, existe una superproducción de información que se convierte en un verdadero caos y, casi sin percatarse de ello, invade el pensamiento de las personas. La información se transformó en un inconveniente. O por lo menos esto sucede cuando se multiplican en cantidades los anuncios, publicidades y todo tipo de panfletos. El producto de esos múltiples datos termina por convertirse en falta de interés o ignorancia ante los hechos de actualidad que le competen a una sociedad. A todo esto se lo denomina como exceso de información y es lo que lamentable pero precisamente ocurre en todas las facultades de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP).

Es posible que un simple contacto visual no genere ningún tipo de reacción.
Sin embargo al ingresar, las paredes internas y externas de los edificios, así como también las escaleras, vidrios y puertas de acceso se encuentran atestados de cartelería de temática educacional, social y proselitista. En ese momento las paredes parecen transformarse en verdaderos “muros” de papel.

Pero la pregunta es, ¿estamos verdaderamente ante un problema que afecta el pleno desarrollo de los estudiantes que en algunos casos permanecen durante más de seis u ocho horas diarias en la universidad?

Los afiches mencionados no sólo dan un aspecto de falta de aseo, sino que también consiguen que quienes pasan por allí, distraigan su atención y se encuentren en un estado de caos visual por la diversidad de colores y tipografías. El resultado final, y esto es lo más inquietante, es que los que concurren a diario a las diferentes facultades, cansados de tanta cartelería, acaban por no prestarle atención a nada en particular y obvian de esta manera aquella información que por su naturaleza es relevante.

“Todo lo que pegan o cuelgan en las paredes me parece embolante y totalmente antiestético”, aseguró al respecto Cintia, estudiante de Diseño, y agregó que “es demasiada información” por lo que no le presta atención “a nada en específico”.

Por su parte Claudia, estudiante de arquitectura, expresó que “la primera impresión fue de asombro y descontento” con el estado de los edificios de la facultad, atestados de cartelerías, y agregó: “Es tanto lo que hay que finalmente nada me interesa”.


Regulación

El problema de las abundantes cartelerías que empapelan hoy por hoy las paredes de la Universidad Nacional, cambiaría si existiera alguna autoridad que regulase la colocación y la cantidad de afiches o folletos. La realidad es que ese órgano no existe y cualquier persona cuenta con la posibilidad de plasmar algún tipo de aviso.

Sin el control necesario, ni la queja de los estudiantes, ni mucho menos un límite para la colocación de éstas propagandas la facultad se convierte en un caos. Las hay de todos los modelos: eventos culturales, cátedras, calificaciones, campañas políticas, cursos, inscripciones y hasta alquileres de departamentos.


Un lugar para cada cosa....

Las Secretarías de Coordinación de cada facultad son las que están a cargo de los anuncios escritos de carácter oficial. Pero desde allí se quejan porque consideran que es necesaria la regulación por parte de una autoridad máxima.


Es que es tal la indiferencia de la mayoría del alumnado ante los carteles que los que, por ejemplo, tienen que ver con cuestiones tan importantes como la salud, deben ser elaborados con colores muy llamativos y letras demasiados grandes para que los estudiantes presten aunque sea un poco de atención. Así lo comentó una de las encargadas de distribuir los afiches de la gripe A H1N1. Un tema más que importante en los días que corren, mas aun teniendo en cuenta que se trata de una Universidad a la cual concurren miles de personas, en su mayoría provenientes de Mar del Plata y la zona aledaña, de la provincia de Buenos Aires o incluso de diversas partes del país y de Sudamérica.

Además la necesidad de la regulación de un ente superior se debe a que también se genera otro problema entre las mencionadas secretarías y los Centros de Estudiantes de cada facultad. Estos últimos suelen ser los entes a los que se acude a la hora de determinar el sector dónde colocar determinada cartelería. Sin embargo, lo concreto se vislumbra en la facilidad y accesibilidad de cualquier persona, incluso ajena al edificio público para sumarse a la distribución de papeles con publicidad.

En este caso es el personal de limpieza de la universidad el encargado de “descolgar” aquellos anuncios deteriorados o ubicados en lugares prohibidos como por ejemplo los vidrios o las carteleras dónde las autoridades educativas publican fechas o calificaciones de exámenes, así como también anuncios estrictamente relacionados al funcionamiento de la universidad.


¡A no desconcentrarse!

La inquietud más importante en este tema, tiene que ver con la incidencia de la indiscriminada cantidad de carteles que “adornan” los edificios de la Universidad Nacional de Mar del Plata, en los alumnos que concurren a diario.

El Psicoterapeuta, Orientador Educacional y Docente universitario, licenciado Alejandro Martínez Derochi (M.P:46.256), consideró que la folletería “no afecta el ánimo de los alumnos”.

Sin embargo el especialista aseguró que “la híper exposición de carteles de forma poco ordenada, afecta para centrar la atención en lo que realmente se está interesado”.

Finalmente Martínez Derochi destacó que, a su criterio,”debería ser más segmentada la exposición de la variada cartelería” y agregó que “debería haber espacios bien definidos para no afectar la percepción y la atención de los transeúntes, incluso los docentes”.


Sin duda la globalización de la información llegó a cada rincón del planeta y queda demostrado que las universidades no son la excepción. Ahora la cuestión gira en torno de procurar que tanta data de los hechos de índole social, cultural o política no concluya en el desinterés global por los temas que son realmente importantes en la vida diaria.

La preocupación ante este tema es aún mayor por considerar que se trata del lugar de formación de los futuros profesionales que se basan en el desarrollo de la realidad para lograr la construcción de un modelo futuro de país.

Voy a tener un bebé... ¿Y ahora?

Por Marcela Lujan

Cuando llega esa noticia que cambiará la vida, la respiración, el cuerpo y hasta el mundo parecen detenerse por un momento mientras que el corazón se acelera a mil por hora. ¡Voy a tener un bebé!, es la primera frase que pasa por la cabeza de los padres y aunque sea o no un embarazo buscado, el resultado más cercano, además de alegría, resulta ser un caos en la organización.
El universo estudiantil de Mar del Plata también incluye mujeres y hombres que pasaron y pasarán por este momento. Sumado al nuevo integrante de la familia, en el caso de los más jóvenes, está la edad y falta de experiencia, y si se incluye a los más grandes, el estudio se suma a los distintos aspectos de la vida que hay que reorganizar.


Una mamá que ¿resigna o asigna?

En el caso de las mujeres, cuando llega el embarazo, los horarios, dedicación y tiempo que se le destinaban al estudio, parecen quedar relegados a las posibilidades que las sensaciones corporales le permiten.

De un total de diez mujeres entrevistadas que se encuentran en alguno de los tres trimestres de gestación, o tienen un hijo menor de dos años, y estudian una carrera universitaria o terciaria, sólo una aseguró no tener dificultades que interfieran con las materias cursadas.

Marisa de 20 años y cuatro meses de concepción nos dijo: “Yo sigo con toda mi vida como siempre, no tengo problemas con la facu y en casa, con la ayuda de mi vieja ya que no estoy de novia, me manejo bastante bien. Es más, te diría que pensé que iba a ser peor de lo que es, estoy disfrutando tanto de esto que ni pienso en lo que me espera”.

Así, entre risas, la joven estudiante de abogacía de la Facultad de Derecho, asegura que “gran parte del ‘padecimiento’, si se puede llamar así, pasa por la cabeza. Yo elijo delegar tareas y así me siento bien, de lo único que me ocupo es de prepararme vianditas para todo el día, me llevo una botella de agua y pido ayuda a mis compañeros, profesores, directivos para todo lo que necesito. Cuando llego a casa me pego un baño y ya está”.

Diferente es el embarazo de 6 meses de Claudia, también estudiante de abogacía pero con 27 años. A pesar de tener una pareja estable, ella dice que “la carrera se hace cuesta arriba, no hay tiempo que alcance”. A su vez, agregó: “No todos los profesores son comprensivos y hasta me pasa que ni mis compañeros me entienden cuando no puedo ir al grupo de estudio porque no me siento bien. Por eso decidí resignar la mitad de las materias y ver como sigo. Si se me complica más tendré que dejar”.

Claudia se muestra con una postura completamente diferente a la de Marisa a pesar de tener más edad y una pareja que según sus propias palabras “es la mejor compañía que podría tener”.


“Hay muchos factores en juego”

El psicoterapeuta Alejandro Martínez Derochi (MNº 46.256) explicó: “Las reacciones son diferentes porque las mamás son diferentes y el tiempo de embarazo es diferente. Los síntomas como mareos, pequeñas contracciones, nauseas, acides, sueño, pataditas del bebé a los 4 meses son completamente distintos que a los 6. Ese es el primer punto que hay que tener en cuenta, hay cosas que no se pueden manejar”.

“De todas formas, es cierto que gran parte del resultado que se obtenga pasa por la actitud. Si una mujer universitaria embarazada se siente capaz de seguir con las materias que cursa, va a buscar las distintas opciones emocionales y reales, como evitar discusiones con compañeros, estudiar después de una siesta o acostada en la cama, para poder ‘cumplir’ con todo lo que se propuso. Si no está segura lo ideal es que deje algunas materias y si ya tiene muchas otras obligaciones porque trabaja o tiene otro hijo o lo que sea, seguramente el obstetra le recomendará que postergue el estudio un tiempo para poder estar más tranquila”, concluye al respecto, pero pidiendo siempre que las mujeres consulten a los especialistas cuando no se sientan bien con “tantas presiones” encima.




Voy a ser papá… no puedo dormir.

De un total de seis varones entrevistados que serán o son padres mientras estudian, cinco confesaron tener problemas de sueño que, como consecuencia, termina afectando sus calificaciones. Cuatro dijeron estar más nerviosos y sentir una falta de concentración y nuevamente sólo uno afirmó que el embarazo de su pareja no afecta su carrera.

Martín es estudiante de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata y tiene 30 años. Junto con su pareja, tiene un bebé de 18 meses.
En diálogo con Aula Magna explicó: “A esta altura manejo bien los tiempos. Me acuerdo cuando nació el gordito que se despertaba cada tres horas y yo venía a rendir casi sin dormir. Fue complicado pero lo pasamos, ahora hago malabares entre el trabajo y el estudio, pero mi mujer hace casi todo en casa así cuando llego me dedico a pasar un buen rato en familia para después ponerme a estudiar”.

Juan Ignacio de 25 años y estudiante de Derecho, también dijo que la principal interferencia en su carrera relacionada con el embarazo fue la falta de descanso.
“Si ella -refiriéndose a su novia- no duerme, yo no duermo. Cuando está con dolores tengo que estar ahí, suena pesimista pero la realidad es que cambio mucho mi vida y ni hablar de la facultad, estoy súper atrasado”, comentó.

Desde la Facultad de Derecho aseguraron que ellos hacen un “acompañamiento” a las madres dentro de las posibilidades, con medidas como licencias, derechos para rendir y charlas orientativas. Sin embargo, entienden que no se puede siempre seguir los tiempos de una mujer o varón que va a tener familia porque sería injusto para el resto del alumnado. De todas formas, invitaron a todas las futuras madres y futuros padres a acercarse al Decanato o al Centro de Estudiantes por cualquier inquietud ya que ambos “intentarán solucionar cualquier problema que se pueda presentar”.

En definitiva, un nuevo integrante en la vida de un estudiante puede transformarse o no en un retraso en la carrera, pero lo importante en todos los casos, es sentirse bien con uno mismo y con el otro, tratando de sobrellevar con buenas actitudes los contratiempos y pidiéndole ayuda a todo aquel que se lo considere necesario ya que de esta manera se podrá pasar los malos ratos sin sobresaltos.

Todas las madres entrevistadas coincidieron en que “un hijo siempre va a traer alegría” e incluso el psicoterapeuta indicó que éste es el punto en el cual se podrían concentrar inicialmente los estudiantes que esperan un bebé para conseguir buenos resultados. En consecuencia, tomándolo con calma, podrían tomar prioridades y así intentar reacomodarse para continuar con la vida que llevan, aunque ahora incluyendo a alguien más.

La universidad ya tiene comedor

Por Jeremías Magrini y Martín Zelaya

Luego de cinco años de reuniones, asambleas y debates los universitarios cuentan con el primer comedor autogestionado de la ciudad, ubicado en las intersecciones de Rodríguez Peña y Deán Funes. “Fue un proceso largo, el comedor ha sido una deuda pendiente durante muchos años, en el 2004, la anterior gestión del rectorado, decidió realizar la obra del comedor. Ahí se fomentó una discusión importante. Había que decidir si primero se construía o si se definía cómo iba ser el funcionamiento. Finalmente se decidió construirlo, la obra terminó a fines del año pasado y quedaba pendiente lo del funcionamiento”, aclaró Marcos Yaben, presidente del centro de estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP).

Con el sentido de decidir sobre el funcionamiento del comedor, el Consejo Superior de la UNMdP, creó una comisión integrada por un representante por cada centro de estudiantes, una representante de la Asociación Docente Universitaria Marplatense (ADUM), uno por gremio no docente, Asociación de Personal Universitario (APU), un miembro del centro de de estudiantes del colegio ILIA, junto con el Subsecretario de Bienestar de la comunidad universitaria. Esta comisión comenzó a funcionar este año con la idea de realizar un proyecto de funcionamiento del comedor y el reglamento, con esa finalidad la comisión sesionó y se fueron barajando diversas alternativas.


Los centros de estudiantes de las facultades de Ingeniería, Ciencias Económicas, Humanidades y Arquitectura, lograron formar un pensamiento compartido con Ciencias Agrarias y ADUM, respecto al esquema de funcionamiento. Entre los lineamientos, Yaben aclara que contemplaba la inmediata apertura, autogestión, accesibilidad que implicaba un subsidio barato, la participación estudiantil en la administración y que el personal de trabajo, sea personal no docente. “Eso se pudo plasmar en el reglamento que es diferente al propuesto por los centros de Ciencias Exactas, Salud y Psicología que trabajaron un proyecto alternativo, en donde el espíritu era el mismo pero no contemplaban la realidad presupuestaria y los tiempos de la universidad”, sostuvo el presidente del centro de estudiantes de Ingeniería de la UNMdP.

El comedor este año contará con una partida presupuestaria de 200 mil pesos. En relación a este tema, Joaquín Torres, presidente del centro de estudiantes de Humanidades, dijo: “En noviembre cuando se discuta el presupuesto para el año que viene, tendremos que decidir qué partida presupuestaria se realizará. Estaremos hablando de 3 o 4 veces más del presupuesto actual teniendo en cuenta que hay que multiplicarlo por la cantidad de meses de todo el año”. Torres además sostuvo que el esquema ya esta plasmado en el reglamento del 2010, en el cual queda claro que la comida tiene que ser elaborada en el comedor y también lo importante que es generar mecanismos para bajar el precio del menú.

A pesar de haberse cumplido el objetivo de la apertura del comedor. Desde los centros de estudiantes se generan proyectos tanto para el crecimiento como para que el lugar trabaje mejor. Con este propósito los estudiantes decidieron que una de las posibilidades para lograr este objetivo era mandar una petición de subsidios al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que aún está siendo tramitado.

En cuanto a las obras edilicias se espera que el comedor sea agrandado para el mes de Marzo con el objetivo de apuntar a la masividad de estudiantes, ya que en estos momentos tiene una capacidad aproximadamente para cien personas y la ampliación de la capacidad fue concensuada desde un primer momento en el reglamento realizado por el consejo, según informó Fernando Hammond, presidente del centro de estudiantes de la facultad de Ciencias Económicas.

“En este momento no hay ningún centro que no este de acuerdo con el funcionamiento del espacio, por lo tanto el intento de unificar a todos los centros se termina dando en la práctica. Lo que siempre defendimos fue que el comedor sea de la universidad y trabajado por los estudiantes de la facultad. La necesidad de los estudiantes era tener un comedor y ese objetivo se cumplió, la diferencias pasaron por otros temas y no de funcionamiento”, remarcó Mariano Salerno, presidente del Centro de Estudiantes de Arquitectura. Dejando en claro la unificación de los estudiantes que posibilitó la apertura del comedor.

El espacio de comidas de la Universidad Nacional de Mar del Plata funciona de lunes a viernes en dos horarios: de 9 a 12 cafetería y de 12 a 14 almuerzo, con la posibilidad de extenderlo hasta las 15 próximamente. Dentro la propuesta gastronómica hay diversas posibilidades tanto para vegetarianos como para hiposódicos y celíacos. El precio del menú es único, tan sólo 5 pesos.