Arte: juego de chicos, cosa de grandes

A través de los talleres de arte y otras actividades, los chicos pueden iniciarse en un ámbito no sólo creativo sino formativo. Desde un punto de vista psicológico, favorecen el desarrollo de habilidades. Desde lo social, se facilita el intercambio entre pares. Todo lo que se les brinde en esos primeros años de vida será lo que les dará herramientas para su desarrollo en la adolescencia.

Por Julia Drangosch y Alina Rodríguez Martín

Cuando se habla de arte se cae generalmente en una ambigüedad y relativización general. El arte es, por definición, “el concepto que engloba todas las creaciones realizadas por el ser humano para expresar una visión sensible acerca del mundo, ya sea real o imaginario.” Entre tantas palabras y conceptos, quizás un poco complejos, se puede vislumbrar una realidad más cercana a la cotidianidad: el arte es creación personal.

Los primeros pasos

La estimulación artística, que se puede realizar a través de talleres de arte o actividades deportivas recreativas, es un elemento fundamental en la infancia. Pero no sólo porque ayuda a los más chicos a insertarse socialmente o a mejorar sus habilidades en cada ámbito particular. Todo el trabajo y la “información” que reciban en los primeros cinco años de vida, será lo que luego definirá su personalidad y carácter y, muchas veces, hasta la vocación.
Liliana Salucka, Licenciada en Psicología (M. N. 46.017) especializada en niños y adolescentes, explica la relevancia de la estimulación artística en la infancia y dice que es sumamente importante “porque la primera manifestación de los nenes es a través del juego, de la escritura y de la manipulación de materiales”. Esos cinco primeros años de vida son los más significativos “porque partís de un bebé que no sabe caminar y llegás a una personita que habla y se planta”, asegura. Lo que se establece es que más allá del trabajo neurológico que tiene una persona normal, un chico que no recibió este tipo de estimulación no tendrá los mismos resultados que uno que sí la tuvo.

La niñez es una etapa de ingenuidad, juegos y diversión. Pero, como se puede observar, también de formación y aprendizaje. El arte permite que los chicos se conozcan a sí mismos y que tengan otra visión del mundo. Incentivar artísticamente a los chicos es tan importante como hacerlo mental o académicamente y eso se observa en las diferentes etapas del crecimiento y desarrollo.

A mitad de camino

El adolescente no tiene completamente formada ni definida su personalidad y es por eso que toda la estimulación que haya recibido va a orientar sus elecciones. Uno de los momentos más complejos en esta etapa de la vida suele ser la definición del futuro al salir del colegio secundario, el enfrentamiento con el mundo real y la famosa pregunta de “¿y ahora qué hago?”.
Según señala la Licenciada Salucka, aquí es donde se puede vislumbrar esa estrecha vinculación entre estimulación artística en la infancia y formación vocacional. “Muchas veces sucede que el adolescente no se inclina para una carrera de tipo académico, porque toda esta estimulación que tuvo del ámbito artístico lo lleva a terminar trabajando u estudiando algo directamente relacionado con eso. Es factible que las elecciones u orientaciones del adolescente tengan una relación directa con la estimulación que haya tenido en sus primeros años de vida”, detalla.

El cerebro es como una “esponja”: absorbe todo lo que recibe y es ahí donde radica el vínculo entre los dos aspectos. Juan Lautaro Martín, Licenciado en diseño gráfico e integrante del taller participativo “Club del Dibujo”, afirma que cualquier aspecto artístico que desarrolle un niño va a influir en sus capacidades durante su adolescencia, ya que es el medio por el cual un chico puede expresarse e identificarse. “Los jóvenes que realicen actividades artísticas tienen más facilidades para expresarse en cualquier aspecto de su vida”, sostiene.
De acuerdo a su experiencia, que está enfocada en el ámbito gráfico, el Licenciado subraya que el dibujo es una herramienta de pensamiento, placer, comunicación, memoria y auto-conocimiento. “Antropológicamente hablando - agrega - es una huella arcaica que atraviesa los siglos y llega al presente”.

Pensando el arte como algo más que creación y método de expresión, se puede entender que toda la estimulación que se reciba durante los primeros años será una herramienta esencial para la inserción social del adolescente y para su formación de carácter y personalidad. Tal como expresa el diseñador a modo de reflexión personal: “Toda expresión artística es una especie de souvenir del tiempo en que, siendo chicos, nos ocupábamos de dibujar”.