Por Gerardo Fernández, Jorgelina Ferreyra y Lucía Pérez.
¿Es posible un modelo de Educación Superior que articule equilibradamente las misiones de docencia, investigación y extensión? ¿Es posible que desde la Universidad se pueda aportar a la construcción de un país mejor sin resignar la excelencia académica? Esos son algunos de los interrogantes por los que los estudiantes decidieron encarar un proyecto que demuestra que la solidaridad, el compromiso y las ganas de trabajar voluntariamente también les llegan a ellos.
Es Por eso, que la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), mediante el desarrollo de prácticas comunitarias que los alumnos deben cumplir obligatoriamente en instituciones de bien al público, pretende que el futuro profesional desarrolle lo aprendido en las aulas dentro de una sociedad.
La idea se despliega con el objetivo de poner de manifiesto que la integración es posible, de lograr ciudadanos participativos y solidarios y de establecer lazos de interdependencia y reciprocidad con organizaciones civiles orientadas al mejoramiento de la calidad de vida de las personas de la zona de influencia de la Universidad.
Esta metodología motivadora permite aplicar los conocimientos adquiridos en el aula y llevar adelante nuevos conocimientos y competencias.
El proyecto, que tiene como único requisito para los estudiantes poseer la mitad de la carrera aprobada, surgió hace algunos años gracias a un grupo de jóvenes que pretendían una apertura de la Facultad y que notaban que la enseñanza superior debía reforzar sus funciones de servicio a la población.
Las actividades están encaminadas a erradicar la pobreza, la intolerancia, la violencia, el analfabetismo, el hambre, el deterioro del medio ambiente y las enfermedades mediante un planteamiento interdisciplinario para analizar los problemas y las cuestiones planteadas
En un país en el cual la droga, la delincuencia, la discriminación y el racismo son moneda corriente, futuros profesionales intentan, aportando su granito de arena, revertir esta triste realidad. No importa si lo hacen bien o mal. Interesa que colaboran y se preocupan. Así desde lo más mínimo y dando el ejemplo, estos alumnos concientizan y están en contacto permanente con la ciudad, que no está delimitada por dos o tres avenidas, sino por todos los sectores que la componen.
“La idea es que esto sea un ida y vuelta para los alumnos y las entidades que se suman”, dijo Sebastián Puglisi, coordinador de las prácticas comunitarias en la Secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales.
¿Es posible un modelo de Educación Superior que articule equilibradamente las misiones de docencia, investigación y extensión? ¿Es posible que desde la Universidad se pueda aportar a la construcción de un país mejor sin resignar la excelencia académica? Esos son algunos de los interrogantes por los que los estudiantes decidieron encarar un proyecto que demuestra que la solidaridad, el compromiso y las ganas de trabajar voluntariamente también les llegan a ellos.
Es Por eso, que la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), mediante el desarrollo de prácticas comunitarias que los alumnos deben cumplir obligatoriamente en instituciones de bien al público, pretende que el futuro profesional desarrolle lo aprendido en las aulas dentro de una sociedad.
La idea se despliega con el objetivo de poner de manifiesto que la integración es posible, de lograr ciudadanos participativos y solidarios y de establecer lazos de interdependencia y reciprocidad con organizaciones civiles orientadas al mejoramiento de la calidad de vida de las personas de la zona de influencia de la Universidad.
Esta metodología motivadora permite aplicar los conocimientos adquiridos en el aula y llevar adelante nuevos conocimientos y competencias.
El proyecto, que tiene como único requisito para los estudiantes poseer la mitad de la carrera aprobada, surgió hace algunos años gracias a un grupo de jóvenes que pretendían una apertura de la Facultad y que notaban que la enseñanza superior debía reforzar sus funciones de servicio a la población.
Las actividades están encaminadas a erradicar la pobreza, la intolerancia, la violencia, el analfabetismo, el hambre, el deterioro del medio ambiente y las enfermedades mediante un planteamiento interdisciplinario para analizar los problemas y las cuestiones planteadas
En un país en el cual la droga, la delincuencia, la discriminación y el racismo son moneda corriente, futuros profesionales intentan, aportando su granito de arena, revertir esta triste realidad. No importa si lo hacen bien o mal. Interesa que colaboran y se preocupan. Así desde lo más mínimo y dando el ejemplo, estos alumnos concientizan y están en contacto permanente con la ciudad, que no está delimitada por dos o tres avenidas, sino por todos los sectores que la componen.
“La idea es que esto sea un ida y vuelta para los alumnos y las entidades que se suman”, dijo Sebastián Puglisi, coordinador de las prácticas comunitarias en la Secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales.
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