Carrera de obstáculos: la integración de jóvenes con discapacidad a través del arte y del deporte

Postales de una realidad diaria. Historias de vida que inspiran a seguir. La palabra de aquellos que superaron las dificultades y hoy van por más.


Por Julia Drangosch y Alina Rodríguez Martín


Levantarse de la cama, hacerse el desayuno, escuchar la radio, ver las noticias en la televisión, revisar el correo electrónico, salir a descubrir todo lo que un nuevo día tiene para ofrecer. En apariencia, esta enumeración de acciones cotidianas es casi irrelevante y rudimentaria, excepto cuando hay algo que lo impide.
Las personas que poseen algún tipo de discapacidad, enfrentan un doble desafío día a día: por un lado, afrontar los problemas cotidianos que todos tiene en su andar diario; por el otro, hacerlo con menores posibilidades y , al mismo tiempo, intentando sobrellevar las dificultades con la mayor naturalidad posible.
La adolescencia suele ser la etapa de mayores contradicciones y desafíos: es el momento de crecer, de conocerse, de explorar lo nuevo y desconocido. Se viven tiempos de cambio y, a la vez, de desconcierto. Pero, ¿cómo atravesar esta etapa con naturalidad mientras se aprende a convivir con una discapacidad?

BARRERAS COTIDIANAS
Según la Real Academia Española una “barrera” es un “obstáculo que cierra el paso entre una cosa y otra”. Si bien a simple vista es una definición sencilla, en la práctica la existencia de barreras implica mucho más que unas cuantas palabras.
“Las barreras arquitectónicas son muchas veces más fáciles de derribar que las barreras actitudinales o humanas”, reconoció Agustina Palacios, Directora General de Promoción de Igualdad y Prevención de la Discriminación de la Municipalidad de General Pueyrredon. En la ciudad, con la implementación del Plan Municipal de Accesibilidad, se están llevando a cabo acciones para superar las dificultades arquitectónicas y edilicias en las escuelas, universidades, espacios públicos y en el sistema de transporte de pasajeros para lograr una mayor inclusión en todo ámbito.
Pero, según los testimonios de quiénes atraviesan estas dificultades día a día, las barreras más dolorosas y complejas, son las no son las tangibles sino las actitudinales. Las miradas, los comentarios por lo bajo, el “pobrecito”, la lástima; todas y cada una de estas expresiones son las que, en realidad, alejan a la sociedad de ese sueño ideal y casi utópico de “igualdad” al que se aspira.
Y lo que es más llamativo es que estas barreras actitudinales son aún más notorias y complejas en aquellas situaciones en las que una persona sufre una afección de grande, es decir, no nace con alguna discapacidad sino que por algún accidente se encuentra en esa situación. En esos casos, las personas deben aprender no sólo a convivir con su nueva realidad sino también a lidiar con la presencia de los nuevos prejuicios y obstáculos que se les presentan a diario.

DIBUJOS A LA VISTA
Tomás Rodríguez Martín tiene 19 años y es usual encontrarlo rodeado de carbonillas, papeles y lápices. Sus pasiones son el dibujo y el tenis. Puede pasar horas creando rostros que, increíblemente, no se parecen entre sí. Lo que pocos saben, ya que a simple viste es casi imperceptible, es que sufre de una afección en el nervio óptico a raíz de que a sus 13 años se le detectó esclerosis tuberosa.
“Tomás es un guerrillero del dibujo, espera agazapado, oculto y nos tiende una emboscada. Cuando nos damos cuenta, ya es tarde, estamos rodeados de rostros múltiples”. Así lo definen quiénes más lo conocen - sus familiares y profesores – ya que, a su parecer, la vida de Tomás está básicamente delimitada por su gran pasión que, obviamente, es el dibujo.
Hace algunos años Tomás practicaba este deporte en el “Edison Lawn” y, durante sus entrenamientos, comenzaron a notar que sus reflejos eran tardíos. Después de realizarle un fondo de ojo y otros estudios, detectaron que su visión se había reducido. “Cuando el nervio óptico dañado se cicatriza no hay posibilidad de que se vuelva a recuperar ni la visión ni el campo visual”, recordó Omar Rodríguez, papá de Tomás, sobre la explicación que le dieron los médicos en aquel momento. Desde ese entonces, el tenis quedó relegado a un segundo plano. Lo principal fue la salud y, sobretodo, salvar su otro ojo para que no perdiera la visión completamente. Y en este escenario, un día entró el dibujo: como método terapéutico, como forma de expresión, como desarrollo de la creatividad y, más que otra cosa, como medio para cicatrizar las heridas que la enfermedad había dejado en él.

SALTANDO VALLAS
“El reconocimiento de la diversidad, tanto a nivel social como escolar implica favorecer las condiciones que permitan generar acciones tendientes al logro de situaciones de equidad, justicia y solidaridad”, expresaron desde las Jornadas de Educación Inclusiva y Diversidad realizadas el pasado 9 de octubre en Bahía Blanca.
En el marco de la búsqueda de esa diversidad, entre mediados de octubre y principios de noviembre se desarrollaron en la ciudad los Juegos Buenos Aires 2010 y la final de los Juegos Evita 2010. Durante las jornadas se llevaron a cabo competencias de distinta índole, que incluyeron categorías de deporte inclusivo, como Atletismo, Natación y Gimnasia Artística.
En ese marco, Mabel Abot, quien es coordinadora del área de jubilados y discapacitados en el Ente Municipal de Deportes y Recreación, señaló la importancia de este trabajo conjunto en la sociedad. “El deporte es fundamental para los jóvenes que sufren algún tipo de discapacidad porque favorece la inclusión y la participación”, detalló. En concordancia con esta línea, Alejandro Pérez - coordinador de discapacitados en los Juegos Evita 2010 - también acompañó este pensamiento ya que, en su opinión, “poseer alguna discapacidad de por sí ya genera una especie de invisibilidad y para estos jóvenes realizar algún tipo de deporte y además participar de estas competencias genera un espacio común en el que comparten con chicos y abuelos de otras provincias”.
“Estar en el agua es lo que más alegría me da. En ningún lugar estoy más libre que en el agua”, expresó Luciano Satti, nadador platense de 18 años quien posee una discapacidad motriz, fue medalla de oro en en las ediciones 2008 y 2009 en 25 metros espalda, compite en la categoría motores y estuvo presente en el acto de apertura de los juegos.
La búsqueda de la diversidad, desde las distintas áreas y a través de la estimulación, es un elemento fundamental para la inclusión y, sobretodo, para que los jóvenes y adolescentes que tienen alguna discapacidad pueden sentirse insertos plenamente en la sociedad, en cualquiera de sus ámbitos.

Postales. Todas y cada una de estas historias forman parte de la realidad diaria. Ni barreras ni obstáculos, ni tormentas ni temporales, ni decepciones ni frustraciones. En este escenario planteado, y con la fortaleza y entereza presentes, nada impide que con empeño, dedicación y mucha pasión, quienes aún tienen la valentía de soñar puedan llegar, poco a poco, a concretar las tan anheladas metas a las que aspiran.