La vida en la calle

Por Gala Barale y Valentín Belza

Todos y cada uno de nosotros ha visto alguna vez, o ve habitualmente, personas durmiendo en la calle o recolectando residuos por toda la ciudad. Sin embargo, ¿Cuántos de nosotros nos detenemos a pensar en ellos?


Lógicamente, lo más sencillo para nuestra sociedad suele ser ignorar a ese hombre, mujer o niño que se ve obligado a pasar sus días en la calle, dormir en el piso y vivir a la intemperie. Pero el problema requiere mucho más compromiso.

En Mar del Plata, según cifras proporcionadas por la Secretaría de Desarrollo Social, aproximadamente doscientas personas viven en la calle, de las cuales 8 de cada 10, son hombres adultos de entre 40 y 60 años, aunque también se ven jóvenes mayores de edad. A su vez, entre el 70 y 80% de los sin techo no son marplatenses, sino que provienen de distintos lugares como el Gran Buenos Aires, Capital Federal y localidades cercanas. La frialdad de los números se aleja del dolor y el pesar con el que Patricia (48) habla del tema. Ella trabaja en Cáritas desde hace 12 años y forma parte de los grupos que asisten a las personas que viven en la calle. Patricia no puede evitar las lágrimas en sus ojos, especialmente cuando se refiere a los niños.

- Son variadas las causas que llevan a una persona a terminar en situación de calle, pero el 70% lo hace por una ruptura de lazos, y por esas rupturas es que vemos tantos nenes y nenas que viven en la calle sufriendo el frío.

Una de las voluntarias que acompaña a Patricia es Soledad (29), una apasionada Asistente Social que participa activamente de esta problemática y que comprendió la magnitud de poder ayudar desde su conocimiento. Soledad se refiere a la situación de quienes viven en la calle desde un costado profesional.

- La psicología denomina a la situación de calle como “sucesos vitales estresantes", y se caracterizan en tres rasgos: Son encadenadas, es decir, que se conducen el uno al otro. Por ejemplo, la pérdida del trabajo puede provocar que la persona pierda los lazos familiares o, a la inversa, una fuerte ruptura le lleva a perder también el trabajo. Son traumáticas, es decir que provocan un alto sufrimiento psicológico de manera que su voluntad para rehacer su vida puede verse debilitada. Y por último, son bruscas, es decir que la persona puede haber vivido varios traumas encadenados durante su vida, pero uno de ellos lo lleva directamente a la calle.

Otros de los motivos más habituales por los cuales un hombre o una mujer termina viviendo en la calle, son las adicciones. En general el alcohol y el juego son las más comunes. Horacio (62) vive en el Hogar Nazaret –ubicado en Balcarce 5036-, a donde concurre todos los días de 18 a 8, y recibe merienda, cena y desayuno, así como elementos de limpieza, la posibilidad de darse una ducha y de dormir en una cama. Sin embargo, Horacio sufre por su adicción al juego. “Yo terminé en la calle por mi adicción al casino y al juego en general. Lamentablemente perdí todo, mi casa, mi familia, mi trabajo. Era un hombre antes y ahora soy otro totalmente distinto, en la miseria. Gracias a Dios, puedo sobrevivir acá en el hogar, pero cuando tuve que dormir en una plaza, con hambre y frío fue algo terrible. No se lo deseo a nadie”, explica.

Un elemento que ayuda a entender cómo es la vida en la calle, es el hecho de dimensionar la desprotección que sufren estas personas. Al no tener familia, ni relaciones sociales sólidas y tampoco atención por parte del Estado, la situación de desamparo es extrema. Por esta razón, quienes viven en la calle sufren todo tipo de agresiones, especialmente las físicas directas. Algunos criminales aprovechan la desprotección que sufren estas personas para robarles y agredirles.

Según Patricia, la labor de ayudarlos tampoco es sencilla porque “a veces, el miedo a revivir situaciones traumáticas pasadas, y la depresión de estar en la calle, suele provocar un rechazo a la reinserción social, y es por eso que todos los que colaboramos con los sin techo, hacemos hincapié en que recuperen los lazos rotos”.

Claramente, se trata de eso: Ayudar a la reinserción. Porque nadie desea vivir en la calle, y así lo afirma Ariel (35), otro de los sin techo que viven en el Hogar Nazaret.

- Los que pernoctamos en la calle no somos malos. No robamos, no matamos, no hacemos nada de eso. Pedimos, juntamos cartón, hacemos “changas”, pero sin joder a nadie. En general somos todos buenos, pero nunca tenemos una oportunidad de volver a armar nuestra vida. Somos ignorados todo el tiempo por amigos, familiares, desconocidos, gobernantes. Eso es lo que nos va matando de a poquito.

Por su parte, desde el área de Desarrollo Social de la comuna, se les da asilo a 30 personas en un hogar ubicado en la calle Ehegaray 252. Allí, se les provee de elementos higiénicos para que puedan ducharse, un desayuno, el almuerzo y la cena. A su vez, durante los meses más gélidos del año, la municipalidad lanzó el plan “Frió”, donde por las bajas temperaturas de la ciudad, hay que incrementar el número de ayuda para las personas sin techo.

Aunque el Estado marplatense colabora con esta problemática, las cifras indican que sólo se asisten a 30 de las 200 personas que viven en la calle, es decir, el 15% del problema. Desde el Estado intentan evitar explicar por qué todavía su trabajo no se traduce en cifras considerables, y aquellos que se atrevieron a dar una palabra, se escudan detrás de la clásica frase “Estamos trabajando para mejorar”. Mientras tanto, la gente en la calle depende exclusivamente de la colaboración de parroquias y voluntarios de Cáritas.

El panorama parece desgarrador, pero Soledad busca –seguramente por su profesión de Asistente Social- el lado positivo de los hechos. “Mar del Plata es una ciudad que no tiene un alto número de personas en la calle, y hoy por hoy los distintos programas que existen logran alcanzar a la gran mayoría de estar personas. Hace falta mucho trabajo más, pero nos estamos esforzando mucho para solucionar esto, y cada vez hay más voluntarios”.

En definitiva, uno de los principales problemas de los sin techo es la forma en que el resto de la sociedad les da la espalda, los rechaza y los discrimina, sin siquiera mirarlos a los ojos.

Foto: http://enfermeriaemergenciascatastrofes.blogspot.com

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto que se ve a menudo gente en situacion de calle, yo me pregunto por las distintas razones que llegaron a su estado ¡no es un poco desidioso de parte de la persona? a mi jamas se me ocurriria llegar a ese estado deplorable y asqueroso que presentan algunos y no quieren llegarse a las cass que pueden contenerlos porque si llegaron a esa situacion sea alcohol juego etc no quieren dejar esa arraigada costumbre y aunque los ayuden vuelven al mismo ruedo. ademas algunos son atrevidos con los transeuntes e irrespetuosos ,a veces veo mujeres de corta edad con niños haciendolos sufrir en la calle con ellas enseñandoles a ratear a pedir en lugar de llevarlos a un lugar educativo, ese niño es quiz<as mañana un aprendiz de ladron o asesino y se lo deben solo al actuar inmoral de quien los lleva de la mano por ese camino ellos no tienen la culpa si los desaprensivos padres que viven de lo que el niño pide o roba y para ellos es un botin de gerra yo les ofreceria un refugio supeditados a reglas de contencion aseo horario y que trabajen dentro del establecimiento que los acoje y estoy seguro que ninguno quiere ir porque si se les habla de trabajar no les dan los pies para disparar este paiz es tan rico que no debiera haber una sola persona en esas condiciones, pero la argentina da para todo hasta pedir MENOS TRABAJAR ASINO PIERDEN EL CURRO DE MENDICIDAD Y SIGEN HACIENDO HIJOS QUE MANTENEMOS NOSOTROS .

UNO POR UNO dijo...

hola, la razón principal de que la gente este en la calle es la falta de amor, ya sea en la infancia o en su adolescencia. el trabajo diario con ellos es la herramienta principal para sacarlos de donde están, guiados por el espíritu santo UNO POR UNO se ocupa de ellos diariamente, no solo de pan vivirá el hombre, Lc 4. Jesus nos encomendó sus manos su voz y su corazón. que estamos dispuesto a dar?

Marta Susana dijo...

Por un lado da lástima ver a los sin techo, y por otro lado uno piensa es bueno darles de comer cama limpia y acostumbrarlos a vivir del esfuerzo de aquellos que se ocupan de ellos,yo no se que es lo mejor pero creo se debería hacer que se ganen el pan y el lugar que se les da,¿como limpiando plazas o lugares públicos hacer que se sientan útiles,quizás sea el comienzo de una vida mejor.

Anónimo dijo...

EL del primer comentario , es evdente que no tiene idea de la vida. vos te pensas que ellos eligen estar asi??? la mayoria es gente que se quedo sin nada por diversas circunstancias de la vida , pero eso no quiere decir q sean delicnuentes o futuros como lo das a entender. por supuesto que hay oportunistas como en todos la lados. PD : se escribe PAIS CON ES NO PAIZ ANIMAL...

Un marplatense y argentino mas dijo...

Existen en la mayoría de las grandes ciudades instalaciones militares desocupadas (talleres y barracas) y sería interesante que desde el gobierno central surgiera alguna medida para darle una mayor utilidad a las mismas. Esa utilidad podría ser con esta gente de la calle, los cuales podrían desarrollar actividades lucrativas en los talleres y contar con un techo temporario. Existen muchos establecimientos estatales (hospitales, hogares, asilos, edificaciones históricas, etc.) que necesitan reparaciones y mantenimiento, bien esta "gente de la calle", luego de una capacitación podrían convertirse en esa "mano de obra" y lograr insertarse nuevamente en la sociedad, para producir y vivir dignamente.Fdo. "Un marplatense y argentino más".