Ese lado oscuro del deseo

Por Alba Cueva

“La sumisa obedecerá inmediatamente todas las instrucciones del amo, sin dudar, sin reservas y de forma expeditiva. La sumisa aceptará toda actividad sexual que el amo considere oportuna y placentera…”.

    La fórmula para que una novela romántica se convierta en best seller ya no es un secreto, menos aún para las recientes autoras argentinas que han sabido combinar el relato histórico con ‘picantes’ historias de amor,  haciendo cómplices a los lectores de las infidelidades de San Martín, los gustos ocultos de Rosas o las extrañas fisonomías de los indios ranqueles. Sin embargo ha surgido un nuevo género literario encargado de romper los esquemas preestablecidos y replantear los límites de la moral, se lo conoce como “mummy porn” (porno para mamás), ha revolucionado el mercado editorial, la mentalidad femenina y ya sacude los resortes de muchas camas.

    La nueva trilogía literaria ‘Cincuenta sombras de Grey’, de la autora británica conocida como E. L. James, forma parte de esta nueva tendencia y destapa una subcultura que ha estado oculta durante décadas en esos inframundos que resisten más allá de las sábanas limpias. El morbo, el dolor placentero, los juguetes sexuales se plantan, de repente, en el subte, en el banco de una plaza, en el horario para almorzar de la oficina. Y no lo hacen desde lo raro o exótico, desde lo ajeno o prohibido, sino desde la cotidianeidad de las ‘señoras de bien’, que deciden repensar su sexualidad luego de años de ‘relaciones vainillas’ (nuevo término que define a las relaciones sexuales convencionales, o sea, básicas y aburridas).

    A través de la historia de una estudiante de literatura y su encuentro explosivo con Christian Grey, un multimillonario exitoso, la autora de esta saga retrata las relaciones BDSM, basadas en prácticas concensuadas del tipo: Bondage (ligamentos o ataduras); Disciplina y Dominación; Sumisión y Sadismo; y Masoquismo. “La sumisa obedecerá…”, define el contrato que firman ambos personajes, en el que establecen que tipos de técnicas utilizarán y quién será el activo o dominador y quién el pasivo o sumiso, indispensable para poder iniciar una dependencia de este tipo, basada en el intercambio de poderes. De esta forma se sumergirán en una relación amorosa, con los condimentos de cualquier relación pero con un pilar fundamental: la pulsión sexual, como el deseo más oscuro y carnal;  desde el descubrimiento del cuerpo, del placer y el dolor propio y ajeno; de la esclavitud y el acatamiento, el azote y el castigo.

  La linealidad del relato se eleva considerablemente a través de la introducción de nuevos elementos eróticos, como si fueran escalones que el lector está obligado a subir para lanzarse de lleno al voyeurismo. A través de extensas descripciones libidinosas, dignas de relectura, conoceremos el placer del látigo de colas, la precisión de las cintas y esposas, los ojales del collar de sumisión. 

  Se construye así una novela que abre paso a los ocultos deseos femeninos, detalla en profundidad el catálogo del sex-shop, incluso con sus instrucciones, y conecta los placeres, tanto tiempo relegados al ámbito de la lujuria, el sexo sucio o la prostitución, con la naturalidad de un impulso . Aún hoy muchas de las prácticas narradas se las continúa considerando ‘parafilias’ (pará: ‘al margen de’, y filía: ‘amor’), antaño se las consideraban perversiones. 

  La revolución de la sexualidad femenina ha comenzado, este nuevo género es claro ejemplo de ello, mujeres entre veinte y setenta años acuden a las  librerías ansiosas por continuar la saga, que ya fue publicada completa en nuestro país. En Londres se han agotado las cintas y esposas de las tiendas eróticas. Incluso los hombres compran el libro por que quieren: ‘saber lo que les gusta a las mujeres, lo que quieren que le hagan’.
   “Bien entendido el deseo no es una voz oscura, confusa y estúpida, sino que - en una persona madura - es luminosa, clara e inteligente. Las emociones están en la base de los deseos y de la inteligencia se dice que es emocional. Visto de este modo, el deseo se convierte en el portavoz de uno mismo”, sostiene el escritor catalán Eduardo Punset en el libro “El alma está en el cerebro. Radiografía de la máquina de pensar.

  Si el goce, sin distinción de géneros, comienza a estar permitido, incluso estimulado, ¿llegará por fin el momento en que caerán los velos, las censuras, los pecados?.

Algunas recomendaciones

Para leer:
 ‘Historia de O’ de Francesa Pauline Réage.
‘9 semanas y media’ de Elizabeth McNeill.
‘Histoire de l'œil-Historia del ojo’ de Georges Bataille.

Para ver:
‘El graduado’ de Mike Nichols.
‘Secretaria’ de Steven Shainberg.
‘Belle de jour’ de Luis Buñuel.