El plástico y sus consecuencias




 Por María Florencia De Juan

Alta en el cielo, audaz se eleva en vuelo triunfal. No es el águila guerrera de Aurora, la canción en honor a la bandera argentina. Sino, una de las tantas bolsas plásticas que circula perdida en Mar del Plata.
La era del plástico nos rodea. Desde el film que cubre la carne en el supermercado, el cepillo de dientes con el que se enjuaga la boca todas las mañanas, el celular con el que se comunica, la botella de su bebida preferida y así la lista podría seguir infinitamente. Vale preguntarse cómo es que esta combinación de petróleo o gas natural con oxígeno o cloro llegó a nuestros hábitos de uso diario. Por un lado, su practicidad y su bajo costo, además de su durabilidad prolongada. Sin embargo, lo que se desconoce es la manera en la que el plástico puede afectar nuestro organismo.

Plástico en la sangre

Con más de 80mil tipos registrados, y gracias a sus aditivos altamente tóxicos, el plástico no sólo impacta en el ambiente y contamina el planeta tierra,  según la Organización Mundial de la Salud y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente,  los disruptores endocrinos de este material derivado del petróleo son una amenaza grave que debe ser eliminada.
El plástico puede deformar nuestro organismo con sólo tocarlo y podría generar ansiedad inconcientemente. Personas con TOC –trastorno obsesivo compulsivo- abstenerse.

De todas maneras, las alteraciones que se presentan en los organismos por contacto a un ambiente contaminado depende del compuesto que se encuentre en la mezcla de plásticos o productos químicos utilizados. Y también, la vía de contacto. Los  biberones o mamaderas,  por ejemplo, solían fabricarse con el producto químico bisfenol A (BPA). En Estados Unidos, La Federación de Medicamentos y Alimentos, FDA, prohibió en julio de 2012 el uso de este producto químico en biberones y vasitos de entrenamiento después de que estudios científicos determinaran que existe un nivel de riesgo para la salud, sin embargo las empresas todavía lo utilizan, pero en menor cantidad. El BPA no sólo se encuentra en los biberones, sino también en diversos elementos plásticos como juguetes, y productos electrónicos.
CDs y DVDs, lentes de gafas, equipo médico y otros artículos afectan las hormonas que controlan el desarrollo del cerebro, el sistema reproductivo y el sistema inmunológico. Influyen también  en ciertas enfermedades como cáncer, infertilidad, Mal de Parkinson, autismo, deficiencias de atención y obesidad, entre otras.

 
El reciclaje en Mar del Plata

Los contaminantes de degradación lenta, como es el caso del plástico necesitan décadas para degradarse y por eso es esencial su reciclaje.
En el caso de Mar del Plata, la municipalidad implementó desde el año 2012 un nuevo sistema de reciclado de residuos, que consiste en separar lo reciclable en bolsas de color verde, en las cuales se colocan: vidrios, plástico, papel, metal y cartón, en lo posible limpios y libres de compuesto orgánicos. Estas bolsas deben ser sacadas a la vía pública para su recolección según un cronograma especial. Si bien el sistema en principio parece eficaz, el hecho de que no sea obligatorio genera que las bolsas se saquen según las necesidades del consumidor y que, los recolectores de basura terminen por recoger todas las bolsas juntas, aplastándolas en los camiones y mezclando así todo lo anteriormente separado con cautela. Ante esta problemática,  el propio intendente Gustavo Pulti, a través de la red social Twitter, expresó que los barrios del sur marplatense son los más incumplidores a la hora de respetar los días para sacar materiales recuperables en las bolsas verdes. Y además, a un año de la creación de este sistema, declaró que finalmente será obligatorio.

El primer mundo tampoco es el ejemplo

Se estima que EE.UU y Europa  consume el 80% de las bolsas plásticas que se producen en el mundo. Y, por razones técnicas y económicas el plástico es muy caro y complicado de reciclar. En EEUU el porcentaje de plásticos recuperados es del 7% mientras que en Europa del 25. ¿Y qué sucede con el resto?

Dentro de ese 25%, en términos de residuos generados por los consumidores europeos, en 2011 se recuperaron 14.3 millones de toneladas, un 58%.  Parece que no está mal como cifra, pero ¿a dónde va todo este plástico recuperado? Un 25% de esa cantidad, 3.4 millones de toneladas, se exportan, casi todo a China. En  Alemania o los países nórdicos más de la mitad es quemado en incineradoras. Así es que, de cada cuatro plásticos que el consumidor europeo pone en un contenedor “para reciclar”, dos son quemados, y uno exportado a China, donde será quemado o usado en downcycling.