Por Ezequiel García
La Compañía de Arte
e inclusión Corte de los Milagros, dirigida por Virginia Ceratto, es una
asistencia artística del Teatro Auditórium Centro Provincial de las Artes, que articula con
las escuelas Secundaria 4, 22, 24 y 21, capacitando a sus integrantes en
Teatro, Danza Contemporánea, Circo, Banda de Rock, Pintura Mural y el arte
marcial Tang Su Do.
Desde sus comienzos en 2005, la Corte de los Milagros mantiene su
objetivo de brindar por medio de la expresión artística, junto con el apoyo de
quienes participan de ella y con la muestra simbólica a través de los
escenarios, nuevos rumbos en la vida de
jóvenes estudiantes con problemas sociales, o de integración social.
“Me pidieron hacer el acto del día de la bandera. Por la falta de
compromiso de los profesores lo hice yo sola. Tomé unos textos de Cortázar, y
de ‘La revolución es un sueño eterno’, de Andrés Rivera y me ocupé de todo”,
dijo Virginia Ceratto sobre sus comienzos que después dieron inicio a La Corte.
“Armé el zoom de la Media 2
como un cabildo, con papel espejado para que los chicos se reflejaran, se vean
ellos mismos. A Arroyo le gustó y me dijo que preparara el acto de fin de año
y preparé con textos de ‘Don Fausto’, De Orgambide, un espectáculo llamado ‘Yo
soy el diablo’ y lo hicimos en el Piazzola en la entrega de diplomas y ahí
quedo que yo hiciera las ceremonias”.
“Los chicos que elegía eran con chicos problemáticos, de esa escuela y
del Salvador Mazza”, mencionó respecto a sus actores, junto con el
reconocimiento de Carlos Arroyo como el de la directora del Salvador Mazza
quienes le pidieron que ella se encargara de los actos escolares. En ese
momento no era asistencia del Teatro Auditórium, en ese entonces obtenía la
ayuda de Luís Reales, director del Colón y la diagonal, en la parte musical.
El nombre de La Corte de los Milagros surgió en el 2006, cuando un
alumno le sugirió que nombraran al grupo de teatro y música formado por las dos
escuelas. “Fue tomado de la obra de Victor Hugo, ‘Nuestra Señora de París’, por
la cualidad de los personajes de transformarse, y por el personaje de
Esmeralda, porque es la única que puede ver el alma de Quasimodo. Tiene
sensibilidad para con el diferente y lo ayuda. En ese año estaba de moda el musical y ideológicamente estaba bueno”.
Con el tiempo, Virginia incorporó el arte del mural al trabajar en la
sala de profesores, arreglando, limpiando, pintando las paredes y el techo para
hacerlo lucir como un barco con vista al horizonte. La mayoría de sus colegas
querían estar en un bote, o en la playa. “Ángeles Arcabuceros estaban pintados
en el cielo raso. Ahí empezó la parte de murales, hicimos el patio de Media 2,
ahí tomé el lema de ‘El Arte es un Arma Cargada de Futuro’”, afirmó Virginia.
La Compañía prepara presentaciones de diversos espectáculos, entre los
que se destacan el Día de la Verdad por la Memoria y la Justicia, el acto por el 25 de Mayo, el Día de la
Dignidad Gay, diferentes Intervenciones callejeras, un espectáculo de
cierre, un espectáculo de Temporada y la grabación del CD de los integrantes de
la Banda.
La corte fue nombrada como asistencia artística del teatro Auditórium,
obteniendo así un presupuesto para los materiales y la contratación de los
profesores. En virtud de articular con escuelas públicas secundarias de la
provincia, los espectáculos correspondientes a las fechas patrias y los de
Muestra anual, se realizan para las comunidades educativas con las que existen
los convenios preexistentes y ocasionalmente, en escuelas que solicitan esa
intervención como Compañía invitada.
Ahora cuenta con un grupo de profesionales que dirigen a los alumnos
en diferentes espacios para cada actividad, entre ellos Alejandro Dángelo en banda de rock, Rita Latino en circo, Luz Rodríguez Lozano en entrenamiento corporal, Laura
Chirizolla con pintura mural e historia
del arte, Gabriela Martín danza
contemporánea y Milton Peralta en tang
su do.
Virginia explicó los problemas que tuvo una de sus alumnas, hasta que
logró integrarse con ayuda de La Corte. “La echaban del colegio y yo la obligué
a venir. Tenía intentos de suicidio, un arma… Estaba esperando matarse para no
complicar ni a su mama, ni a su tutora legal. Un día una chica no pudo actuar y
ella la reemplazó, hizo todo. Los colegas la tenían como la salvaje y al verla
en el escenario cambió la mirada de otros y de ella para consigo misma“, dijo.
Remarcó la importancia de la confianza que les brinda a los chicos y
que ese es un caso emblemático. “Es mi mano derecha, actriz, técnica, aprendió
a manejar luz sonido y va a cualquier cabina de la Piazzola, la Natchman, la
sala B, la Melani y al ver una consola sabe hacer todo. Hoy en día es
coordinadora en narcóticos anónimos, a ningún pibe de la corte se le ocurre no
hacerle caso porque es mi mano derecha y es como mi hija”.
Otra de las menciones de fueron sobre Cristian Contreras, uno de los
alumnos que paso por la compañía. “Era un pibe que vivía en la Villa de Paso,
con todo lo que eso implica. No quiero decir que los que viven en la villa sean
malas personas, pero hay un prejuicio, te miraban como un rarito. Él se incluyó
en La Corte, fue protagonista de Bang Bang Estás Muerto y bailó cabaret, no
sabes lo que bailo delante del público, superó los prejuicios de su entorno”.
Cristian salió de
la villa, tiene dos hijas y cada vez que se encuentra con Virginia, él le dice
que “la corte le cambió la vida”, asegurando que aprendió a ver arte, encontró el
gusto en el detrás de escenario y cambió su perspectiva de vida. “El arte es un
arma cargada de futuro”, aseguró Virginia.
“Tuve chicas que trabajaban de mucamas y en el tiempo que pasaron en
La Corte, descubrieron que querían estudiar medicina, y se plantearon trabajar para
poder estudiar medicina. Cuando me dicen que les quedan dos años para
recibirse, eso me pone, no feliz, re feliz”, afirmando que el arte les cambió
la perspectiva de vida.
El proyecto también ayudó a superar los miedos, Virginia contó la
historia de un chico que confirmó su sexualidad. “Terminábamos la función en
las escaleras del Piazzola con el tema Gracias por Venir, de Cerati, bajamos
las escaleras a abrazar a las personas, él fue a abrazar a los padres y les
dijo ‘soy gay’. Los padres ya lo sabían, pero querían que él se los dijera. A
ese pibe le cambió el presente y el futuro. En su casa nadie hablaba, había
temor y un prejuicio instalado. Superó sus miedos”.
•
¿Sentís una carga?
•
No, porque
yo siempre fui la oveja negra de la familia. Mis hermanos eran los
estructurados y yo salí como el panqueque. Sé lo que se siente ser el bicho
raro. Le debo muchísimo a mi madre que siempre me puso obstáculo, no estaba de
acuerdo en lo que hacía y yo hice todo aunque ella no quisiera. No siento una
carga, porque sé lo que sienten y porque los quiero. Siempre confío en que se
van a recuperar.
También mencionó la evolución de Joni Vera, uno de sus alumnos de la
escuela media 2 que lleva ya 7 años en La Corte, que al momento de integrarse
al grupo, "no sabía si iba a ser mozo, o soldado", y hoy en día
estudia profesorado de música, trabajó en la temporada para el teatro, es actor
y trabaja para el grupo local "Los Cheferson".
“Yo conozco la corte desde el 2008, pero llegué en el 2009. A Virginia
la vi por primera vez en la media 2, colegio en el cual fui alumno y ella era
docente. En ese año tuve la fortuna de tenerla como profesora y fue así que ingresé
a la corte”, dijo Joni Vera sobre cómo conoció a Ceratto y cuándo ingresó a la
compañía.
“Siempre me gusto el arte, baile folklore 13 años, estaba rodeado de
artistas, y tras varios años de estar fuera de los escenarios vuelvo, pero
desde un nuevo mundo. Cambié muchas cosas, mi pensamiento, mi forma de ver el
arte, las personas, todo el que haya ido a la corte, le ha cambiado la vida”,
afirmó sobre el cambio que le produjo estar en la compañía en la que lleva siete
años.
Sobre la importancia de Virginia en su vida, Joni dijo, “cambio mi
vida, me enseño mucho, me enseña mucho y también es una gran luchadora a la que
admiro mucho, una gran docente, y una gran persona por sobre todas las cosas”.
“Mi mayor propósito es que los chicos se acerquen a nuevos desafíos y
que no caigan en el camino, también es un reto ser coordinador, teniendo a
compañeros, amigos, con los cuales compartimos muchas cosas. Es un espacio
artístico humano enorme, a muchos nos cambio la vida, aprendimos bastante, uno
trata de transmitirles a los nuevos los valores que uno aprendió ahí dentro”.
Joni trabaja junto
con el profesor, Alejandro Dángelo y es
coordinador de los chicos que participan en la banda, y celebrando la década de
la corte, mantiene el objetivo de seguir avanzando. “En estos 10 años
de la corte vi mucha gente llegar, irse, volver, y todos evolucionamos e
intentamos hacer crecer a la corte. Es el gran desafío, nuestro objetivo y
ojala que siga creciendo.
Algunos de los alumnos de Virginia tienen problemas sociales, otros
no, pero con todos, ella tiene el mismo trato. "Lo que encuentran en mi es
un límite, una contención. Nos maternizamos con mucho respeto. No creo en el
getto, se anotan los que quieren, tienen que ser mayores de 14 años, firmar un
permiso y autorización de los padres y siempre pido un certificado médico. Hay
chicos con problemas y otros con ningún problema”.
"Esa mezcla de chicos fortalece los que están en mejores
condiciones de seguridad, cariño y les mandan una contención a los otros. Las
remeras las pinto yo, una por una, y es muy raro que un pibe deje la corte y no
se sienta incluido desde el segundo encuentro porque la dinámica es esa. La
formula es el cariño, muchos de estos chicos estaban desesperados. La agresión,
la violencia cede en el teatro para reinstalar el deseo y me encanta".
La política ha estado presente, "tuve propuestas de un candidato
para ocupar un lugar, cobrando un buen sueldo, pero dije que no, porque no
dejaría la corte. A La Corte no le voy a poner una remera política, respeto las
individualidades. Cuando me voy de vacaciones estoy constantemente comunicada
con los profesores. Tengo que tener una computadora y estar dos horas
corrigiendo y creando espectáculos. En mis vacaciones escribía para los
teatros". El gusto por lo que uno hace.
Entre los reconocimientos, La Compañía de Arte e Inclusión Corte de
los Milagros ha sido declarada de interés educativo por el Ministerio de Educación de la Nación, distinción que se suma las
declaraciones interés del Honorable Concejo Deliberante y a la mención especial
del Premio José María Vilches.
A pesar de los límites que tiene por el corto presupuesto que no
permite en la adquisición se materiales, ya que muchos son donados, incluso no
cumplir a tiempo con el pago a los profesores, sigue con su objetivo de superar
los miedos de quienes participan, superando sus límites, con la esperanza de
que van a dar lo mejor y que, a pesar de todo, La Corte sigue.
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