En
los últimos años se han registrado numerosos casos a nivel nacional de ataques
de perros calificados como peligrosos. Detrás del debate que se establece sobre
si estos tipos de razas poseen alguna variación genética que los hacen más
agresivos se esconde una mala crianza por parte de dueños descuidados y falta
de control estatal.
Por
Silvana Salvini, Leonardo Hermosilla, Pedro Labrador y Ulises Catriel Cuenca
Mar del
Plata no queda exenta de esto. En mayo del año pasado un pitbull desfiguró a unbebé de 18 meses que tuvo que ser
intervenido quirúrgicamente en el HospitalMaterno Infantil. Este año, un hombre de 79 añosfue atacado por dos pitbull
de un vecino que traspasaron el cerco perimetral y tuvo que ser internado en el
Hospital General Interzonal de Agudos.
¿Cuáles
son los perros potencialmente peligrosos?
La
ley provincial 14.107 incluye a aquellos “que por su naturaleza agresiva,
tamaño o potencia de mandíbula, tengan capacidad de causar la muerte o lesiones
graves a las personas y otros animales”. Entre los más conocidos se
encuentran los Mastín Napolitano, los Rottweiler, los Doberman
y los mencionados Pit Bull Terrier.
En
nuestra ciudad, el Centro Municipal Zoonosis es el encargado de revisar
la tenencia responsable de perros potencialmente peligrosos en base a lo
indicado en la ordenanza Nº 15540. Cuenta con un registro de cada uno de
los ejemplares, a los que se les debe implantar un microchip, y de sus
respectivos dueños, que reciben una credencial. Es la que recibe
denuncias cuando se producen incidentes y dicta cursos cortos sobre cómo criar
a estas razas.
Dicha
ordenanza, sancionada en 2003, establece en sus once artículos qué razas son
las potencialmente peligrosas, quienes pueden adquirir estos canes, la
obligación de inscribirlos en el municipio, cómo deben modificar las
instalaciones perimetrales, la obligación de circular por la vía pública con
collar y bozal y las diferentes sanciones a los dueños.
En la
aplicación de estas normas se presentan numerosos inconvenientes.
Zoonosis no cuenta con la logística como para recorrer toda la ciudad en
búsqueda de infractores o para controlar aquellos dueños registrados. Los
problemas en el control hacen que muy poca gente cumpla con los requisitos
establecidos. Al día de hoy, se encuentran registrados alrededor de 500
ejemplares, cuando se cree que son muchos más.
Rol
del Estado
El
desinterés municipal en este punto es tal que el año pasado el titular de
Zoonosis, Daniel Gagliardo, solicitó la ayuda de la Policía Local para
que controlen a aquellos dueños que circulan por la vía pública con el objetivo
de verificar si contaban con las correspondientes credenciales. “Al no haber
ningún tipo de control es muy poca la cantidad de gente que cumple con las
disposiciones para tener un perro de este tipo”, afirmó Gagliardo en aquel
momento.
Las
numerosas falencias de este ente contralor generan críticas en los propietarios
de estos animales. Yesica Cingolani, tenedora de razas potencialmente
peligrosas, aseguró: “Cuando querés colocarle el chip, son muy pocas las
veterinarias que tienen los dispositivos necesarios para hacerlo y las que lo
tienen te cobran arriba de $600 para ponerlo”.
Diego
Pérez,
peluquero canino, también mostró su malestar al expresar su indignación por los
requisitos de la legislación: “Te hacen hacer un curso de tres horas en
Zoonosis para tener la licencia, nadie se vuelve experto haciendo un curso tan
corto”.
Los
responsables
La
causa principal de los ataques caninos: el mal cuidado de los dueños. Según
numerosas investigaciones científicas, ningún perro posee una genética
peligrosa para la vida del ser humano, por lo que el factor determinante para
que uno de estos animales se vuelva agresivo es la mala crianza o el desinterés
en el cuidado diario.
“Para
mí no existen las razas peligrosas, existen dueños irresponsables”, sentenció el entrenador canino
Rodolfo Portilla. En la misma línea, el psicólogo canino Óscar Pérez
aseguró que un pitbull “es como cualquier otro perro” y que no es lo
mismo el hecho de tener a un perro todo el día encadenado, con el estrés que
genera, al de brindarle cariño constantemente. Según él, la culpa
siempre es del dueño.
En
abril del año pasado, Horacio Fernando González, un hombre de 50 años, fue condenado a ocho años de prisión porel Tribunal Oral en
lo Criminal 4 de La Plata luego de que uno de sus pitbull asesinara
a Santiago Veer, un niño de dos años que jugaba en la vereda en Alejandro
Korn. El delito fue calificado como homicidio simple con dolo eventual.
El fallo sentó jurisprudencia.
“Yo
tengo dos rottweiler y los dos son realmente muy pacíficos. Viven con tres
gatos, un caniche y dos cobayos. Todos sueltos en mi casa. Siempre salen con
correa, pero es lo único que necesito. La clave está en darle una buena
crianza, marcarle límites para que el perro sepa lo que está bien y lo que está
mal, aunque a veces es complicado. Se tienen que tomar los mismos recaudos con
un perro chico que con uno grande, hay caniches que se los tienen que sedar
porque muerden cuando se los revisan médicamente”, remarcó el peluquero
canino Diego Pérez.
Por su
parte, el veterinario Eduardo Pérez (matrícula Nº 6.106) también destacó
los beneficios de una buena crianza. “Yo tengo tres pitbull. Es una raza
peligrosa pero los míos son muy buenos. Están todo el día sociabilizando. El
tema de estas razas es cómo se mantienen. Si los tenés todo el día atados y los
alimentás una vez cada tres días el perro se hace más agresivo por el estrés y
el enojo que acumula”.
De
esta manera, queda en evidencia que los ataques caninos son el resultado de
una suma entre la desidia y la falta de control estatal y la negligencia de
muchos dueños, quienes no cumplen con los requisitos pertinentes por los errores de logística en los entes que deben
regular la tenencia de estas razas.
Sin un
Estado que provea a los organismos calificados de herramientas que les permitan
tener un alcance total sobre la región para controlar dueños y castigar
infractores, será imposible revertir los ataques caninos. Además, debe
generar cursos eficientes dirigidos a los futuros dueños con el objetivo de
criar eficientemente a los perros, ya que hoy existen gimnasios y otras
alternativas en donde estos animales potencialmente peligrosos pueden gastar
energía.
Evidentemente,
el municipio muestra desinterés en cambiar el panorama, ya que Zoonosis
se ve cada vez más imposibilitado de hacer cumplir las normas, aunque es cierto
que hay otras prioridades que atender primero como la salud, la educación y la
seguridad. Pero con una presión estatal fuerte, no habrá dueños que no cumplan
requisitos y se podrán mantener registros fehacientes de perros y propietarios.
También se debe tener en cuenta la evaluación del contexto en dónde crece el
animal.
Claro
que una mayor presión por parte del Estado y no garantiza una menor cantidad de
incidentes a corto plazo, pero con una capacitación eficiente, prolongada y
obligatoria se pueden prevenir problemas a futuro, acompañado también de una
modificación en la legislación vigente.
La
culpa de lo que hagan los perros siempre será de los dueños, pero los ataques
caninos, al fin y al cabo, son el resultado de la mala aplicación de las normas.
0 comentarios:
Publicar un comentario