Por Jesica Murashima
Todo aquello que esté relacionado con el sexo causa curiosidad y aunque muchos no lo quieran admitir es un tema que intriga a todos los seres humanos, muchas veces hay una tendencia a prejuzgar lo desconocido y hasta incluso intentar destruir lo que no resulta “normal” para algunos.
Para quienes no lo saben, swingers es el intercambio de parejas sin compromiso sentimental o amoroso, tienen la posibilidad de elegir libremente como disfrutar de su sexualidad, dejando de lado cultura, ideas políticas o religiosas con el objetivo de cumplir sus fantasías.
Si bien se trata de una práctica sumamente liberal, los swingers tienen un gran respeto por su pareja, y la comunicación, confianza y estabilidad son herramientas fundamentales a la hora de llevar a cabo.
Entre sus hábitos se incluye el sexo grupal, observar a otras parejas o incluso ser observados.
Un aspecto relevante es que las parejas son reales y con vínculos afectivos, por lo general quienes acuden tienen un compromiso con el otro.
Actualmente existen espacios que invitan al placer de quienes practican nuevas experiencias sexuales alejadas de las normas y de la sexualidad tradicional. Estos lugares de encuentro, chalets, hoteles, playas, bares, discotecas y casas particulares son espacios en donde el baile, los tragos, el show erótico, las luces y el ambiente en general predisponen a un clima erótico utilizados por parejas que llevan a cabo sus fantasías sexuales, en un ambiente totalmente liberal y con personas de quienes no se conoce el nombre y tampoco se han intercambiado palabras antes.
Araceli y Néstor cuentan su experiencia y aclaran todas las dudas. “Casi 20 años de casados nos hicieron replantear nuestra sexualidad. Nosotros conformamos una pareja compatible en muchos aspectos, en donde el sexo siempre estuvo entre las prioridades de nuestra vida en común, al punto que si bien siempre nos llevamos más que bien en éste aspecto, ambos, sentimos inquietud acerca de conocer otras posibilidades que nos llevaran a vivir nuevas experiencias. Intentamos primero “darnos permiso” para tener respectivamente una relación sexual con otra persona, pero esto no resultó; entendimos que esto no era lo que buscábamos. Y tiempo más tarde fue él quien sugirió la idea de la onda Swinger (SW). Al principio no fue fácil aceptar la propuesta, personalmente tuve que entender de qué se trataba y en consecuencia elaborar la idea de cómo funcionaba esto del intercambio de parejas. Empezamos con trío, o sea nosotros dos y alguien más. La pasamos muy bien, ambos fascinados con la aventura entendimos que esto nos hacía sentir muy bien, ahora había que intentarlo con una pareja, y también ambos lo disfrutamos a pleno. Descubrimos entonces un perfil erótico desconocido en nosotros, un mundo totalmente nuevo, en donde floreció y se manifestó sin culpas el hecho de que otra sexualidad era posible. Esto comenzó para nosotros hace cerca de 8 años”, explica Araceli.
La pareja relata que “el estar casado, o vivir en pareja no implica reprimir la sexualidad del otro. El principio de ésta práctica respeta que esto se trata sólo de sexo y que estar con otras personas se disfruta como si fuese una buena cena, una buena película o distracción y que cuando finaliza se va en busca de otra pareja”.
En primera instancia la cita es para conocerse, por ejemplo, puede ser juntarse en una confitería a charlar acerca de sus vivencias. Muchas veces los más experimentados pueden orientar a los más nuevos. “Hemos iniciado muchas parejas, porque cuando nosotros comenzamos, hubo una que nos marcó la premisa sobre ésta práctica, con sus respectivos códigos, nos tuvieron paciencia. Fue importante tener un referente experimentado y por esto nosotros tratamos de hacer sentir a éstas parejas nuevitas de igual forma, conteniéndolas y evacuando sus dudas. Pasar luego a lo que nosotros llamamos 2º nivel es la forma en que seguimos, o sea la etapa íntima, el sexo en sí”, dicen.
Nunca se obliga a nada, solamente se tiene relaciones con las personas afines, con las que los atraen, con las que ya se han elegido previamente o que espontáneamente se encuentran o se buscan mientras el grupo tiene sexo.
El matrimonio aclara que “el uso de preservativo, la higiene personal y del lugar son principios fundamentales inalterables. Las normas de bioseguridad no siempre se respetan y el sexo oral es un tema muy particular a diferencia del acto de la penetración en que sí su uso es obligatorio. El cambio del preservativo delante de cada mujer cada vez que se cambie de pareja también es un acto importante. Pareciera que esto es difícil de controlar pero a pesar de la situación súper erótica hay sentidos que siempre deben estar alertas”.
Pese a éstos cuidados la exposición sexual de estas prácticas tiene sus riesgos de contagio en mayor o menor grado por eso afirman que intentan preservar su integridad física cuidándose.
¿Cómo fue la primera vez?
_ En principio aceptar ver a su pareja disfrutar, pasarla bien con otra persona, no es fácil para nadie. El tiempo, en casi todos los casos, aunque no en todos, es el que permite primero hacernos sentir seguros de nosotros mismos y aceptar la situación tal cual se plantea, uno debe aprender a relajarse. Cuando las parejas empiezan con ésta práctica, nosotros incluidos, se cuidan mucho, especialmente el hombre a su mujer cuidando con quién está y como la trata, y que tenga puesto el preservativo, entre otras cosas. El tiempo y la experiencia dan seguridad a la mujer para manejar éstas situaciones que permiten a la pareja relajarse y manejarse en un ámbito independiente y libre. Siempre juntos. La pasamos muy bien juntos y nos exalta el hecho de ver a nuestra pareja con otro, desde el principio así lo sentimos.
En el hombre, el uso de preservativo y el cambio en cada nueva relación le cuesta mucho ya que no le permite una erección permanente, con el tiempo ésta será una situación superada para casi todos.
¿Cuáles son los códigos que utilizan?
_ Cuando una pareja se acerca y la otra no tiene onda, en el caso de boliches o reuniones grupales, sólo con un gesto de la mano diciendo NO queremos, la otra pareja debe retirarse.
¿Consideran que el amor y el sexo son dos cosas diferentes?
_Cuando se trata de intercambio sexual es porque existe amor entre ellos, la práctica del sexo solo es posible cuando ambos están sólidamente preparadas para realizar una experiencia de ésta naturaleza. El amor en la pareja pasa por que la otra parte pueda disfrutar a pleno su sexualidad y realizar sus fantasías.
Teniendo en cuenta los derechos sexuales, no existe una única manera de vivir la sexualidad. Incluyendo el autoerotismo, el bienestar intelectual, y espiritual, siempre que no haya daños físicos o psicológicos, es legítimo elegir como vivir la sexualidad. “Que los Principios morales no repriman tu sexualidad. Disfruten del sexo y esto hará que la pareja viva una vida espectacular”, aclaran Araceli y Néstor.
5 comentarios:
La nota está muy buena, pero ahora me quedo con ganas de hacer un intercambio. jeje
Andrés
Me llama la atencion que escriban una nota asi en un diario.Yo vivo en EEUU y aqui no se ven notas de este tipo ni en tv ni en los diarios.
Yo he tenido sexo grupal y hay altos riesgos en la salud, fisica y psicologica. Uno puede vivir una vida saludable sin necesidad de hacer sexo con 3ras personas, menos compartir su propia mujer. La constumbre de no compartirse es algo muy sano y esta tendencia a promover la promiscuidad es un lavado mental que destruya la fuerza de la sociedad.
Interesante nota que aclara todas las cuestiones sobre este tema. Muy buena!
tuve oportunidad de ir con mi sra a un boliche swigers de la ciudad y a pesar que no llegamos a intercambio nos agradó y notamos mucho respeto entre todos los presente en todo momento...de alli terminamos efectuando un trio que resultó fantástico.
no tenia experiencia en intercambio de pareja ,me senti cuidada ,la pase muy bien.AnA
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