El traslado del Municipio: La otra cara






Por  Alfonso Colombo, Gonzalo Di Leva, Nicolás Gallardo y Juan Ignacio Moreno

El traslado del Municipio hacia el barrio Libertad es un tema latente en el ámbito local. El proyecto que lidera el intendente del Partido de General Pueyrredon, Gustavo Pulti, consta en el traslado físico de las oficinas administrativas del actual Palacio Comunal, hoy en día ubicado en las calles Hipólito Irigoyen entre Luro y San Martín, a las inmediaciones del Barrio Libertad, precisamente en la Avenida Libertad y Tandil. Allí posee las tierras el Club Unión, que cedería las tierras a cambio de unas hectáreas en Parque Camet  y un resarcimiento económico.

Desde Acción Marplatense se argumenta que este proyecto permitirá que Mar del Plata tenga una nueva centralidad, es decir, que los vecinos de los barrios periféricos de la ciudad no necesiten dirigirse al centro para realizar cualquier tipo de trámite. Al respecto, el secretario de Gobierno,  Marcelo Artime señaló: “Nos parece un proyecto muy importante, que va de la mano con el Plan Estratégico y el Plan Maestro de Transporte y Tránsito, y lo que hace es que el Estado este en la zona oeste, que es una de las zonas más necesitadas de Mar del Plata.  Esto tiende a formar una nueva centralidad, es decir que los vecinos del barrio Jorge Newbery, Libertad sientan que esta en su centro, sin necesidad de venir al centro histórico de la ciudad”.
 
Sin embargo, a la hora de poner en la balanza todas las cuestiones que hacen a una medida de tamaña envergadura, existen diversos matices que hacen dudar acerca de lo prioritario de este proyecto, que volvió a la  agenda tras la suspensión de la creación de la Policía Comunal.
Por un lado, el primer tema en cuestión es el financiamiento, pieza clave para que todo esto se pueda realizar. Desde comienzos de este año, el anterior secretario de Hacienda, Santiago Fernández destacó que el déficit del  Municipio cerró, en 2012, en 27 millones de pesos, y que, además, la provincia giró 80 millones de pesos menos por coparticipación. Ante esta situación, la oposición estimó que el número llegaría a los 200 millones.  Contrastando ambas cifras, el concejal de la Agrupación Atlántica, Carlos Arroyo responsabilizó de una “pésima administración” en este último tiempo y subrayó algunas inversiones. Una de ellas fue “las erogaciones en alquileres de inmuebles y los pagos efectuados a la policía para que acompañe al personal de Inspección General y Tránsito en los operativos, en lo que se dedicó más de 6 millones de pesos. Además, haberle destinado ya 2,2 millones de pesos a la UBA y a Flacso para hacer un estudio sobre el Transporte y el Tránsito para que nos digan que en Mar del Plata hay muchos autos, que hay que construir estacionamientos subterráneos y que se debe reformular el sistema de transporte".


No obstante, el mismo Artime indicó que el financiamiento sobre el diseño del nuevo Municipio es gracias al BID (Banco Interamericano de Desarrollo). “Hoy al Municipio no le esta saliendo un peso ya que el proyecto arquitectónico esta financiado por el BID, que también creemos que puede financiar la construcción del edificio”, declaró el funcionario que no especificó ningún plan concreto de financiamiento cuando los anuncios sobre el acuerdo final con Unión están a punto de realizarse.
 
Por otra parte, otra arista parte por el actual panorama que se vive en el barrio Libertad, en el cual se realizaría este proyecto. Una zona donde a mediados del año pasado echaron al subcomisario Alberto Rosso, por los diversos problemas que afrontó en su cuadrilla, entre ellos la extrema inseguridad, zonas por donde se comercializa libremente droga, desarmaderos ilegales, y las ya características trata de personas. Sin embargo, las falencias de este sector, que lo acompañan barrios como Jorge Newbery, son los severos índices de indigencia, analfabetismo y falta de trabajo, en una de las ciudades con mayor desempleo bajo las últimas mediciones del INDEC (9% cuando el promedio en el país es del 7,8%). 


Ante esta problemática, el presidente del Club Unión, Juan Rey, señaló su preocupación ante la situación de la zona: “Hace más de dos décadas que el predio esta destruido. Desde entonces que las características de la zona impedían que Unión siga entrenando allá. Nos robaban todos los días, se nos hacía imposible seguir yendo por lo que ahora no hay casi actividad, necesitábamos cambiar de aíre”.

Vale destacar que en la zona no se ha completado la colocación de desagües, cloacas y sólo está pavimentada la avenida Libertad. A su vez, el transporte que llega hasta el lugar es poco ya que sólo el la línea de colectivos 532 pasa por el hoy predio de Unión. El 511 y 512, pasan a más de cuatro cuadras.

Bajo esta temática, Artime aseveró que “la presencia del Municipio, en materia de seguridad, obviamente va ser importante, no solo en el barrio Libertad sino en todos los de la ciudad. La creación de la Policía Municipal va acompañado de la prevención y patrullaje en estos puntos de Mar del Plata, que más los necesitan”. Estas fueron las palabras del funcionario que responde a  Acción Marplantense, quien tomó una presunta realización de la Policía Comunal a través de una Consulta Popular que no se realizó hasta el momento. 

Cuando se habló de generar una nueva centralidad, en este caso en la zona oeste de la ciudad, la edil por la Unión Cívica Radical, Vilma Baragiola, en conjunto de su par Mario Rodríguez, señalaron que una verdadera descentralización no sería trasladar las funciones a un solo sitio, sino que “se generen pequeños Centros Cívicos en el norte, sur, este y oeste de la ciudad, como también que haya en el puerto, Sierras de los Padres, Batán y otros destinos”. Asimismo, Rodríguez remarcó: “Este nueva Municipalidad en el Barrio Libertad haría que familias que viven a cientos de cuadras tengan que trasladarse por toda la ciudad para ir a una zona que no conocen y así, tardar mucho más que donde hoy en día se encuentra las funciones administrativas de la Comuna”. Por su parte, Baragiola adujo a que las autoridades municipales han archivado todo proyecto de cara a esta iniciativa.

Financiamiento inconcluso, déficit cada vez más importante, un barrio que carece de servicios básicos y la inseguridad como denominador común, hacen dudar de este proyecto prioritario del intendente Pulti, quien retomó el tema una vez que no concretó la creación de la Policía Comunal. ¿Una Movida electoral?

Candy Crush: ¿Una moda inofensiva o un comportamiento adictivo?




 Por Mora Di Paolo
El uso de internet, sobre todo desde las redes sociales ha fomentado que público de diversas edades pase más tiempo de lo recomendado sentado frente a la computadora. Cuestión poco novedosa en estos días. No hace falta introducirnos en el campo de la nostalgia a la que todos nos remitimos cuando usamos frases tales como "antes se jugaba en la calle" o "se pasaba mas tiempo con los amigos cara a cara". Eso cambió, no sirve rememorar ahora antiguas pero no lejanas épocas.
Los juegos virtuales han acaparado los momentos de ocio de muchas generaciones que, en mayor o menor medida se ven atrapadas por el novedoso azar, los sonidos, los colores y la competencia entre "amigos".
Un ejemplo que causa furor en el mundo entero es CandyCrush Saga, un videojuego lanzado en el año 2012 con mas de 45 millones de usuarios alrededor del mundo, incluso hasta con una canción que fue viral en Youtube en pocas horas. No es menester de esta nota indicar reglas generales y desarrollo de su jugabilidad. De ella podrían hablarle cualquier conocido, amigo, pariente o vecino, pues algo es seguro: todos tenemos alguien cercano que juegue al Candy Crush.
¿Cuál es la barrera entre divertirse diariamente con un juego de Facebook y convertirse en adicto? La respuesta no es simple, incluso es bastante compleja si se tiene en cuenta que no todos se creen capaces de asumir su adicción al jueguito de las golosinas. Nadie parece estar al tanto de lo que a simple vista puede ser un juego inofensivo pero que en los casos más extremos puede llevar a muchos usuarios a sufrir el mal del siglo XXI denominado Ludopatía Virtual.
¿Qué es la ludopatía virtual? Es un trastorno en el control de los impulsos que lleva al uso desmedido de juegos y prácticas de azar mediante sitios web.
Muchos aficionados a este juego dirán que las consecuencias de su uso son inofensivas, pues tienen la "situación controlada". Saben en que momento del día detenerse para seguir haciendo sus actividades o creen no tener un problema mayor, solo quieren divertirse un rato. Aún así, existen casos en los que se piensa constantemente en resolver cada uno de los niveles que el juego ofrece, incluso a la hora de descansar se imaginan cual será la estrategia del día siguiente.
En los últimos días y debido a la enorme popularidad que adquirió el Candy Crush, se han hecho varios estudios que comprueban, entre otras cosas, que no se había llegado a hablar de adicción hacia un videojuego desde la era de la recordada consola Family Game. Ni siquiera los juegos de Playstation han adquirido tanta masividad y popularidad en tan poco tiempo.
Algunos especialistas comparan este juego con el furor que en su momento tuvo el conocido Tetris hace más de 20 años. Para ellos la clave radica en tres puntos principales. El primero y más atractivo es el siguiente:
"El Candy Crush ofrece recompensas lúdicas a corto plazo, esto estimula el placer en el cerebro y hace que se necesite seguir ganando aunque los niveles de dificultad lo impidan." Es allí donde surge la segunda cuestión más atrapante del juego: La dificultad. Asumir riesgos y tener vidas limitadas hace que el desafío sea mayor. La ya famosa frase "pasame vidas" es fundamental para seguir jugando. Incluso se realizan todo tipo de trampas y artimañas para conseguirlas. Trampas que la popularidad, el boca en boca, e incluso páginas y grupos en Facebook ya brindan al consumidor.
Es entonces cuando concluimos en la tercera característica irresistible: el carácter social del juego. Debatir sobre los niveles, competir con amigos y pedir vidas los mantiene conectados en una pequeña tribu de la que los fanáticos de la Saga forman parte como si se tratase de una película o un grupo de rock.
La moda del Candy Crush es, para algunos un desafío al alcance de la mano, divertido, atrapante, inofensivo. Para otros,  un comportamiento infantil e inentendible. Todo depende desde que lado de la pantalla lo miremos.
Ahora bien, ¿qué vas a hacer cuando termines de leer esta nota?