El boleto de colectivo aumentó 490% en 10 años



Por Mauro Tagle y Tomás Alvarez



El aumento de boleto está sucediendo cada vez con más frecuencia. Nadie piensa en el usuario  y la calidad del servicio es la misma. Además, lo que para la empresa puede parecer un incremento mínimo, para el que tiene que tomarse más de dos colectivos al día, es muy caro.

 La encuestadora del Índice de Precios al Consumidor registra los valores del ticket a lo largo de los últimos tiempos. Desde hace 11 años releva los mismos tipos de precios todos los meses en Mar del Plata.

Según los datos recolectados hace exactamente 10 años, costaba solamente $1. Por lo que desde entonces, la tarifa aumentó 490% hasta hoy. El reciente aumento fue del 16% y representa un incremento interanual del 43%, siendo el mayor de las últimas dos décadas.

En febrero de 2010, el precio era $1,80. Pasado exactamente un año, aumentó un 17% llegando a $2,10. A mediados de enero de 2012, ya había alcanzado una suba del 20% colocándose en $2,50. Uno de los mayores aumentos de los últimos diez años fue del 28% en febrero de 2013, momento en que costo $3,10. Once meses después, en el año 2014, se efectuaron dos aumentos: llegó a $4,00 en enero, y subió un 8% en octubre fijándose en $4,30. Por último, en el 2015 también se hicieron dos modificaciones, una en febrero y otra en diciembre que colocó en $5,90 el boleto, representando una suba del 23%.

 Los empresarios transportistas siguen sosteniendo que pese a este incremento,  el valor debería ser de $7,40, según el estudio que prevé los costos de insumos realizado por el Departamento Técnico de Transporte y Advertencias.
Lucio Abal, vocero de la Cámara Empresaria del Transporte, comentó que “a pesar de que el usuario pueda o no pagar el precio actual del boleto, los empresarios están preocupados por el contexto que se esta viviendo. Las tarifas de los insumos están aumentando y eso hace no se pueda seguir adelante con el boleto en un valor tan bajo”.

 Además, agregó: “Sumado al aumento de los costos, en breve tendremos un nuevo gasto de sueldos, porque hay que discutir los sueldos de los trabajadores. Por eso digo que el problema que tenemos nosotros es el que tiene todo el mundo”.

 Los subsidios son otra parte importante a la hora de que el precio se fije, por eso el gobierno nacional dispuso un aumento del 37% de las contribuciones que se destinan al transporte público de pasajeros en el interior del país. De este modo, se pretende comenzar a achicar la brecha entre el boleto que pagan los pasajeros en Buenos Aires y el costo en el interior.

 Mientras la tarifa sigue subiendo, mujeres y hombres que no tienen la posibilidad de gozar de un vehículo propio o que por cuestiones de comodidad deciden tomarse un colectivo, sienten el golpe en sus bolsillos, pero a su vez no están conformes con la calidad del servicio. Incumplimiento de frecuencias, conductores agresivos y sobrecarga de pasajeros en horarios de más demanda,  son algunas de las aristas más conocidas que generan malestar e insatisfacción.

 Lo mínimo a garantizar por parte de las Empresas de las distintas líneas de ómnibus debería ser la buena predisposición y la responsabilidad de transportar a miles de personas a diario pero esto no sucede, tampoco los justos reclamos llegan a buen puerto debido a que las autoridades municipales priorizan que siga funcionando el servicio y no la formas en la que se brinda.

 Esta presión que se da en la Comisión de Transporte no hace más que jugar en favor de los empresarios, ellos deciden cuándo, cómo y dónde poner la atención. A medida que el boleto aumenta, la calidad del servicio sigue siendo la misma y esto viene así hace años, sin ninguna solución.

Damas Rosadas: Vocación por ayudar



Por Guillermo Ehraije y Santiago Ariznabarreta

En el segundo piso del Materno Infantil, lugar donde se encuentran las recientes madres y el personal hospitalario, irrumpen, con alegría, mujeres vestidas con delantales rosas que van habitación por habitación en busca de alguien con necesidades. 

Las Damas de Rosas, que arrancan en 1967 en Mar del Plata, pregonan como máximas la “solidaridad y respeto por el prójimo”. Dos conceptos que las más de cien voluntarias cumplen con una sonrisa, sin pedir nada a cambio.

Todas ellas se visten con un delantal de un largo que pasa la rodilla, zapatos blancos relucientes y algunas usan broches distintivos. Sus edades son diversas, sin embargo, la gran cantidad tienen más de 50 años. “Hola, ¿cómo estás? ¿necesitás medicamentos o ropa? Cualquier cosa avísanos”, así se presentan ellas antes las madres que se encuentran en las habitaciones.

Muchas de las pacientes no necesitan de sus servicios, pero otras sí. Mujeres que tienen un esposo, cónyuge ausente o que viven con lo justo. Muchas no tienen lo esencial para abordar los primeros días de la vida de un bebé, ni tampoco cubrir sus necesidades. Y en ese momento aparecen las Damas de Rosas. 

Claudia está sentada en un banco del segundo piso del hospital, pelo largo y ondulado hasta las orejas, tiene un pequeño collar de cadenas. Manos arrugadas por el paso del tiempo, pero con las uñas pintadas de esmalte prolijamente. Su voz era cálida, como la de una abuela, sus ojos marrones, su cara sin maquillaje, sencilla.

¿Por qué el color rosa?

 -El color rosa es por la Primera Guerra Mundial. En Francia las voluntarias de salud que iban de guardapolvo blanco como las enfermeras, se manchaban con sangre y el inconveniente venía al querer quitar esa mancha. En aquella época las voluntarias lavaban una y otra vez su ropa, y cada vez más se iba tiñendo del color rosa de la sangre que caía en aquella vestimenta. Así, el rosado le fue ganando al blanco y allí fue donde nació la voluntaria de color rosa.

¿Cuáles son los requisitos para entrar en el voluntariado?

-Antes era muy estricto el tema porque la persona tenía que ser presentada por dos damas rosadas, pero es por una cuestión organizativa, no por otra cosa. Eso ya se fue perdiendo un poco. Nosotras nos damos cuenta, cuando llega una nueva voluntaria, qué grado de compromiso puede llegar a tener esa persona. 

El número de voluntarias que trabaja en ambos hospitales asciende a más de 100. Muchas de ellas se ocupan de ayudar a los bebés recién nacidos y las mamás que se encuentran en cuidados intensivos del Materno Infantil. Sin embargo, una gran parte se dirigen al Interzonal debido a que la tarea en ese hospital se vuelve demandante.
 
- Tras varios años de lucha mantienen su vocación de servicio intacta ¿A qué se debe?
 
- Seguimos con nuestra labor porque creemos que le estamos retribuyendo algo a la sociedad. Ya criamos a nuestros hijos y muchas de nosotras tenemos tiempo libre. Decidimos volcarlo al prójimo. La gente nos necesita. Día a día vemos muchas cosas dolorosas, pero poder ayudar es algo muy valioso. 

El objetivo propuesto desde comienzo por la organización fue ayudar al enfermo adulto o pequeño, internado o ambulatorio, asistiéndolo física, material y espiritualmente. Desarrollan su labor en los Hospitales Materno Infantil e Interzonal Gral. De Agudos. Trabajan en conjunto y son asesoradas en todos los casos, por profesionales especialistas en cada una de las disciplinas. 

La tarea de las “damas de rosa” se renueva día a día. Siempre con una sonrisa en el rostro y su uniforme característico, las voluntarias recorren los pasillos del hospital ofreciendo su ayuda, la cual consiste en la entrega de ropa, calzado, pañales de niños y adultos, estufas, férulas, anteojos, cunas, muletas, toallas, artículos de tocador, coches de bebés, medicamentos, nebulizadores, etcétera. 

Elena es la presidenta de “Damas de Rosa”. Su compromiso y compañerismo resaltan solo con observarla. Con amabilidad, nos permitió unos segundos para contarnos cómo funciona la entidad desde adentro.

-¿Cómo se financian?

- Básicamente con la solidaridad de la gente. Tenemos casi 50 años de existencia y conocen la seriedad con la que llevamos a cabo nuestro trabajo. Somos una entidad que privilegia el orden ante todas las cosas. Contamos con asambleas, una comisión directiva y cualquier persona puede ver nuestro balance a través de la página web. 

-¿Cómo deben hacer para colaborar con la entidad?

- Se pueden acercar con donaciones a las oficinas ubicadas en el 2do piso del Hospital Materno Infantil (Castelli 2450). En este momento nos hacen falta pañales para niños, ropa para niño y adulto, materiales de higiene personal, camisones y pijamas. Igualmente, estamos abiertas a recibir cualquier elemento que pueda ser de utilidad para personas que estén en el hospital. 


Para ingresar al voluntariado no es necesario ningún tipo de requisito. Solo deben presentarse en la oficina de “Damas de Rosas” y las integrantes pactaran una entrevista para dialogar las cuestiones básicas.