Estudiar sin aulas: Libertad y Artes Visuales.



Por Ayelén Rosso

Elegir qué carrera seguir no es nada fácil. Sin embargo, existe una preocupación más grave aún cuando esta decisión indiscutiblemente sigue el camino del arte.
La sociedad argentina avanza y sus creencias y valores se mimetizan con los nuevos tiempos (acelerados) y las influencias de la globalización dan sus frutos: la transculturación.
A pesar de este aparente proceso de liviandad posmoderna, apertura y tolerancia a incluir fragmentos de otras culturas a la propia y permitir la entrada de productos culturales extranjeros, el artista en Argentina continua siendo visto con ojos de “bohemio”, solitario, loco. Y, sin dar espacio, ni respiro, seguida a la frase “soy artista plástico”, el receptor expresa otra, esa que subraya la idea nacional del arte: “¿Y a qué te dedicás?”
La profesión del pintor, teñida de desconocimiento y prejuicios, transita por un camino estrecho y duro. Sin embargo, artistas locales con reconocimiento internacional sostienen que lo importante en este caso es la perseverancia y que la base de estos problemas socio-culturales, que se transforman en obstáculos, es la falta de educación.
Por ello, dibujantes, pintores, docentes, instituciones educativas y periodistas dan su opinión sobre una incógnita fundamental para quienes desean hacer de la actividad artística y creativa su medio de vida:
¿Es necesario estudiar Artes Visuales para ser artista plástico?


Una vida de taller

Si por algo se caracterizó artísticamente el renacimiento, más allá de las obras de los grandes genios del periodo, es por la explosión de talleres donde los maestros de pintura enseñaban sus técnicas a los aprendices.
Sostenidos por los mecenas, señores con poder económico, los artistas veían en el arte un móvil no sólo expresivo sino también monetario y comercial.
Con los cambios y revoluciones post renacentistas, cada hombre tuvo un nuevo rol social sin excluir al artista y sus obras, quien debió solventar su propia economía, explotar su libertad de expresión en un mundo distinto repleto de nuevas preocupaciones, tecnologías y excesos.
Las guerras y el mismo siglo XX trajeron todo el drama y dolor para que el arte sobresalga de la historia y abandone su postura cuasi pasiva.
Así, la voz de cada artista tomó un cuerpo y peso cada vez más fuerte y sus resultados (las obras) fueron cada vez más valiosos en concepto y dinero.

Talleres: la mejor alternativa

Como en el renacimiento, los profesionales hoy consideran que el aprendizaje artístico debe llevarse adelante en talleres particulares que no respondan a alguna institución o ministerio educativo.
Si bien toda formación académica es útil, la libertad de estas escuelas permite un desarrollo personalizado y sensible de cada individuo que se acerque a estos espacios con conocimientos técnicos previos o sin ellos.
Las propuestas independientes crecen junto con el número de personas que se identifican con estas alternativas aunque esta autonomía resulta difícil de mantener por los obstáculos económicos.
Artistas plásticos locales, como Miguel Canatakis y Daniel Tedeschi, coincidieron en que la raíz de estos problemas es la educación. La falta de una formación artística desde la infancia que permita que los futuros adultos sepan apreciar obras de arte es uno de los motivos por los que esta actividad no es de consumo masivo.
Sin embargo, existe un grupo reducido de personas que elige comprar cuadros de nuevos o conocidos pintores y apuesta al verdadero arte, el tangible y a las sensaciones de las texturas y técnicas, antes de colgar en sus casas una fría y uniformada lámina de una obra clásica.
Pero, para hablar de técnicas hay que conocerlas y al mismo tiempo aplicarlas. Es en ese momento donde se discute si es necesaria la formación académica del artista o puede una obra ser el resultado de la propia exploración autodidacta.
Nicolás Fabiani, profesor de historia del arte en la Universidad Nacional de Mar del Plata, asegura que es necesario no sólo conocer las técnicas artísticas sino también el pasado del arte. Aunque estudiarla no quiere decir que deba hacerse dentro de un aula. “Yendo a buscar la información en un libro ya se está estudiando”, afirma.
El mismo concepto señaló el periodista, Agustín Marangoni : “El grueso de la humanidad todavía considera que la educación, lo que formalmente se denomina estudiar, sucede adentro de un aula, atravesada por decenas de papeletas administrativas, bajo la mirada atenta de una autoridad y legitimada por una institución”. En este sentido resalta que “estudiar arte es también participar de una charla de café con gente idónea, leer, recorrer muestras, mirar películas, escuchar música y, sobre todo, aprender a ponerle el cuerpo a lo que se quiere decir: escucharse a sí mismo”.



Puede que ese sea el caso de Miguel Canatakis, cuyas obras están en varias salas del país y en colecciones privadas de Holanda, Canadá, Francia, Egipto, Brasil, Italia, México y Paraguay, que no estudió artes visuales en una academia pero durante su juventud investigó el surgimiento de cada movimiento pictórico en la Biblioteca Municipal sólo por curiosidad. Al respecto sostiene que “es muy importante conocer la historia del arte para ubicarse en el espacio y tiempo en el que se desarrollaron las obras para saber qué quiso decir el artista y con qué intención y sentimiento”.
Por otra parte manifiesta que “estudiar artes visuales es bueno pero no es necesario porque lo más importante es la capacidad y el talento y eso está con uno”.
Miguel Canatakis aprendió a pintar observando a los artistas que se ubicaban en la plaza colón de la ciudad y ya como pintor profesional acudió a clínicas de arte y talleres para perfeccionarse.
La historia se repite en el caso de Daniel Tedeschi que desistió de la formación de la escuela de artes Visuales Martín Malharro porque al ingresar allí no lo “convenció” y prefirió hacer la carrera de diseño Gráfico en un instituto privado. Sin embargo, el título lo obtuvo en la práctica ya que no finalizó los estudios sino que comenzó a trabajar en una agencia de publicidad antes de recibirse.
Años más tarde durante sus ratos libres, en los que “descanzaba” del diseño, descubrió su pasión por el dibujo. Su técnica: los mismos materiales que usaba para bocetar en su trabajo, una lapicera profesional.
Fue en un taller donde aprendió a darle forma de cuadro a los dibujitos en los márgenes de sus hojas de diseñador.
Por este motivo Tedeschi, quien expuso en varias salas del país y del exterior (Inglaterra, Estados Unidos y Japón) sugiere que “todo lo que sea aprender es útil tanto teórico como técnico, pero es la vida quien termina de formar al artista”.

Un buen atajo hacia la exploración

Todas las opiniones llegan al mismo punto: lo esencial es el talento propio de cada ser sensible que expresa mediante diferentes técnicas y sobre variadas superficies, sus experiencias personales.
Los estudios resultan ser un atajo para llegar donde con la experimentación autodidacta se tardaría más tiempo.
Yamandú Rodríguez, profesor de Artes Visuales y músico, afirma que cualquier persona que se dedica al arte estudia y experimenta pero haciéndolo solo puede tardar mucho tiempo en aprender cosas que un profesor o artista puede enseñar en una sola clase.
La misma opinión sostiene el artista plástico y docente, Pedro Vincenzo, quien asegura que estudiando se aprenden técnicas y herramientas más rápidamente.
Desde el Teatro independiente, El Galpón de las Artes, retoman la afirmación de que toda formación es positiva. Sin embargo, sostienen: “El estudio en una institución que responde a un programa educativo enviado desde el ministerio de educación no es necesario. Por supuesto que aporta, nosotros estamos a favor de todo tipo de formación educativa, pero apoyamos más la educación en talleres de arte”.
Respecto a las instituciones educativas convencionales, el artista plástico José María Casas, sentencia: “La escuela de artes provee de un titulo que habilita al ejercicio del profesorado, y es esa línea de desempeño profesional la que siguen gran parte de sus egresados y no la carrera artística. Eso no quita que su formación sea muy valiosa y brinde innumerables herramientas”.
El artista multidisciplinario, sostiene que “por lo general quien tiene inclinación y gusto por el arte, pero no tiene intenciones de poseer un titulo otorgado por el estado, realiza su formación en talleres particulares y luego la continua por intermedio de clínicas con grandes maestros, y cursos”.
El artista plástico marplatense, Luciano León Liguori, afirma que estudiar en una academia de Artes visuales es bueno pero “las experiencias son lo que marca el destino de cada individuo”.
El joven de 24 dedicó un año de su vida a viajar por países vecinos y asegura: “ese tiempo fue un camino que sin estar en el arte me llevó a darme cuenta que quiero vivir de la pintura”.
Además Liguori confiesa: “en mi caso particular no podría estudiar pintura en una institución formal porque no me gusta que me digan lo que tengo que hacer. Hago lo que quiero con los materiales que yo quiero”.
Todas las miradas y puntos de vista se posan sobre lo mismo: para ser un artista no es necesario “encerrarse” en un aula o instituto sino que debe permitirse un vuelo asesorado y compartido con otras personas, colegas, profesionales o docentes. Pero sobre todo debe existir la necesidad de expresarse impulsada por los propios sentimientos y sentidos, curiosidad y exploración personal y artística.




Conoce a los artistas de Mar del Plata:

http://boladenieve.org.ar/node/122
http://www.josemariacasas.com.ar
http://galeriacasademadera.blogspot.com
http://www.galeriahoyenelarte.com.ar
http://www.paginadigital.com.ar/canatakis/index.html
http://www.galponartes.com
http://www.lucianoleonliguori.blogspot.com/

Talles: Hecha la ley, hecha la trampa

Por Marina Cruz, Gerardo Fernández , Jorgelina Ferreyra y Lucía Pérez


Un recorrido por las calles de Mar del Plata dejó en evidencia las falencias de la normativa establecida. A los inconvenientes se les suman el rol de los comerciantes, la disconformidad de los clientes y la escasa participación de la Municipalidad en los controles. Quién o quiénes son los responsables de los trastornos alimenticios que derivan de la ausencia de confecciones en muchos adolescentes.









A partir del 21 de diciembre de 2005, entró en vigencia la Ley Provincial 12.665, más conocida como Ley de Talles, para “mujeres adolescentes”, la cual les exige a los fabricantes de indumentaria contar con la numeración completa en prendas: 38-40-42-44-46 y 48.

Todas las vestimentas deben ser etiquetadas con la inscripción debida. A su vez, tienen que contemplar los parámetros alfabéticos equivalentes a la traducción en inglés: Small (pequeño), Medium (medio), Large (grande) y Extra Large (extra grande) o bien al irreal “talle único”.

La ley además establece que todos los comercios deben contar con el stock correspondiente a todos los talles. Sin embargo, en Mar del Plata muchos comercios no están cumpliendo con las reglas establecidas por lo que la oferta para los consumidores sería limitada.

Tras una recorrida por el centro de la ciudad, pudo comprobarse que la mayoría de los locales no respetan la norma jurídica, pero la escasez de controles por parte del municipio contribuye a que esta situación se agrave. De una muestra de diez locales del centro, nueve fueron encontrados en falta, mientras que tan sólo uno respondía a las disposiciones de la Ley.

Al entrevistar a los encargados y empleados de los respectivos negocios fue notable la sensación de asombro y nerviosismo advertida ante las consultas efectuadas. A punto tal que en algunos casos se generaron situaciones de violencia verbal por parte de los comerciantes.

Por el contrario hubo algunas vendedoras que expresaban total predisposición por mostrar las prendas y compararlas entre sí.

El principal aspecto que evidencia el incumplimiento de la Ley, es la equivalencia de la numeración estipulada que se encuentra “disfrazada” con marcaciones inexistentes. A modo de ejemplo, en algunos comercios en la etiqueta que debería figurar el número 40, aparecía el 24.

Con la llegada de la temporada estival, las autoridades municipales recorrieron los locales para verificar el cumplimiento de la norma. Sin embargo, sólo fue en esa época del año en la que se adicionaron los controles. Los períodos restantes no fueron tenidos en cuenta.

Los comerciantes consultados afirmaron no haber recibido inspecciones durante el transcurso del último año. No obstante, autoridades municipales encargadas de llevar a cabo estos controles, aseguraron que durante el último semestre observaron que el 80% de los establecimientos se encontraban en situación de infracción.






En relación a las sanciones económicas impuestas por la Ley 12.665, informaron desde la Dirección de Comercio del Ministerio de Producción Bonaerense que oscilan entre los 100 pesos y los 500 mil pesos, y aclararon que en general se aplica a los denominados “negocios grandes”. Además, agregaron que los “negocios chicos” sólo recibieron un apercibimiento que no depende del cobro de una multa, sino una advertencia sobre las posibles sanciones.

Desde la Asociación de Defensa de Consumidores y Usuarios (DEUCO) y la Oficina por la Igualdad dependiente del Municipio de General Pueyrredón, coinciden en que las personas no están enteradas de una ley que las ampare, como lo es la 12.665, respecto a la existencia de medidas antropométricas. En consecuencia, certifican que al no haber denuncias, no se cumplen controles respectivos, los cuales deberían realizarse sin depender de las quejas por parte de los usuarios.

Para quienes quieran denunciar o asentar alguna queja referida al incumplimiento de la Ley, ya sea por falta de talle, podrán comunicarse al teléfono que habilitó la Provincia (0800 222 9042), o a cualquiera de las entidades civiles que defienden los derechos del consumidor. En el Partido de General Pueyrredón, serán recibidas en la Oficina por la Igualdad o ADECUA (Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de Argentina), ubicada en Belgrano 3467, 1º piso.


Sin talles


De los 10 locales visitados, 9 no cumplen con la Ley. En su mayoría las prendas no tienen la numeración requerida y en otros casos aseguran que depende del modelo y de las marcas. De esta manera, dan lugar a la confusión e incertidumbre del consumidor al no saber que talle es el adecuado para su contextura física. Lo que pudo percibirse es que las empleadas aparentan un desconocimiento total acerca de esta problemática. Sin embargo, al momento de que una persona ajena al local desee probarse la indumentaria, tratan de aplicar un absoluto convencimiento para atrapar al cliente.

Asimismo, el concepto de “mujer adolescente” se desvirtúa a la hora de definir cuál es el parámetro de edades que determina esa calificación. Por un lado, algunos vendedores consideran que la cuantificación va desde los 9 a los 16 años, mientras que otros, aseguran que ronda desde los 14 a los 21 años. Otro método aplicado actualmente es el aumento de $1 por prenda según el talle. Una de las vendedoras del local que implementa la modalidad, expresó que ésta viene estipulada de fábrica.


Disparadores de la Bulimia y la Anorexia

Dentro de los factores que inciden en las enfermedades vinculadas con el trastorno alimenticio, como lo son la Bulimia y la Anorexia, las pautas publicitarias juegan un rol detonante. La idea de un prototipo ideal que consta en las medidas 90-60-90 o simplemente ser muy delgada, esta presente en muchas mentes de las mujeres pre-adolescentes que comienzan a traumarse por su peso y su figura. De aquí deriva su relación con la ley 12.665, que al no cumplirse genera que muchas chicas no encuentren talles en la indumentaria y al sentirse excluidas de los modelos tradicionales, caigan en las problemáticas alimenticias.

Por otra parte, las vidrieras ofrecen maniquíes con contexturas híper-delgadas que tienden a ser el modelo a seguir por varias de las jóvenes. Son pocos los comercios que presentan armazones femeninos con composturas reales y menos los que exhiben la ropa en muñecos de gran tamaño.




¿Quién es el responsable?

Sería injusto que las culpas recaigan en una sola persona o sector particular. Sin embargo, una serie de factores generan una cadena en la cual un eslabón depende de otro.

La escasez de tareas de inspección por parte de las autoridades locales y la ausencia de exigencia de los comerciantes hacia los fabricantes, quienes, a su vez, inventan los talles para hacer parecer a las mujeres más delgadas, comparten esta culpa dividida, que contribuye al incumplimiento de la ley.

En una sociedad en la cual la discriminación y la irregularidad son moneda corriente, no sorprende que estos aspectos se tornen más notables y cada vez sean más abarcativos.

Las promesas de los funcionarios siempre quedan archivadas en un cajón sin que nadie reclame por ellas, salvo cuando los habitantes piden su intervención. Aunque es importante decir, que son las personas un elemento primordial, no sólo como consumidores, sino como fiscalizadores, de la tarea del funcionario público, que para eso fue elegido.


Los comerciantes, por su lado, no tienen en cuenta las consecuencias psicológicas y físicas que se producen en las adolescentes al momento de querer comprar una prenda, no obstante, miden su propios intereses económicos. Con esta actitud, pretenden justificar la falta de talles en los locales.

Los fabricantes sólo se preocupan por vender y atender los pedidos de sus clientes, porque es la función que deben cumplir como proveedores. El inconveniente surge a raíz de los modelos sugeridos a producir que no van más allá de los “talles modelo”.

En Argentina, y particularmente en Mar del Plata donde se realizó esta investigación, el problema radica en que el consumidor debe adaptarse a los talles cuando en realidad los talles tendrían que amoldarse a las personas. Por eso, “hecha la ley, hecha la trampa”. Las pautas deben cumplirse y más aún aquellas que implican una mejor calidad de vida.

Héroes y Tumbas

Por Ramiro Chaparro, Paula Filgueiras , Eliana García, Jeremías Magrini, Fermín Ríos, Ayelén Rosso y Martín Zelaya.


Programa televisivo de investigación sobre los centros clandestinos de detención en Mar del Plata.





Prácticas comunitarias en Ciencias Económicas

Por Gerardo Fernández, Jorgelina Ferreyra y Lucía Pérez.

¿Es posible un modelo de Educación Superior que articule equilibradamente las misiones de docencia, investigación y extensión? ¿Es posible que desde la Universidad se pueda aportar a la construcción de un país mejor sin resignar la excelencia académica? Esos son algunos de los interrogantes por los que los estudiantes decidieron encarar un proyecto que demuestra que la solidaridad, el compromiso y las ganas de trabajar voluntariamente también les llegan a ellos.
Es Por eso, que la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), mediante el desarrollo de prácticas comunitarias que los alumnos deben cumplir obligatoriamente en instituciones de bien al público, pretende que el futuro profesional desarrolle lo aprendido en las aulas dentro de una sociedad.
La idea se despliega con el objetivo de poner de manifiesto que la integración es posible, de lograr ciudadanos participativos y solidarios y de establecer lazos de interdependencia y reciprocidad con organizaciones civiles orientadas al mejoramiento de la calidad de vida de las personas de la zona de influencia de la Universidad.
Esta metodología motivadora permite aplicar los conocimientos adquiridos en el aula y llevar adelante nuevos conocimientos y competencias.
El proyecto, que tiene como único requisito para los estudiantes poseer la mitad de la carrera aprobada, surgió hace algunos años gracias a un grupo de jóvenes que pretendían una apertura de la Facultad y que notaban que la enseñanza superior debía reforzar sus funciones de servicio a la población.
Las actividades están encaminadas a erradicar la pobreza, la intolerancia, la violencia, el analfabetismo, el hambre, el deterioro del medio ambiente y las enfermedades mediante un planteamiento interdisciplinario para analizar los problemas y las cuestiones planteadas
En un país en el cual la droga, la delincuencia, la discriminación y el racismo son moneda corriente, futuros profesionales intentan, aportando su granito de arena, revertir esta triste realidad. No importa si lo hacen bien o mal. Interesa que colaboran y se preocupan. Así desde lo más mínimo y dando el ejemplo, estos alumnos concientizan y están en contacto permanente con la ciudad, que no está delimitada por dos o tres avenidas, sino por todos los sectores que la componen.
“La idea es que esto sea un ida y vuelta para los alumnos y las entidades que se suman”, dijo Sebastián Puglisi, coordinador de las prácticas comunitarias en la Secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales.

Letra chica: el negocio de prestar dinero

Recorrida por las entidades bancarias y circuitos financieros marplatenses. Las compañías de crédito: un rubro en ascenso.


Por Rodolfo Gutiérrez y Claudio D’Alessandro

El concepto de interés, se remonta a los años más antiguos, ya que nació al mismo tiempo que el dinero y atravesó diversas épocas, por ello sus inicios son consignados en las Constituciones y textos de los pueblos nacientes, tal como los textos Védicos de la India, los cuales datan de los años 2000 y 1400 antes de Cristo y que describían la práctica del préstamo a cambio de interés, práctica que se consideraba como una usura y por lo que se prohibía.
Las alternativas de crédito son variadas y se adaptan a la urgencia y pretensión de cada individuo. Existen los circuitos tradicionales, como los Bancos, o alternativos, como las llamadas Compañías Financieras que, en los últimos años crecieron vertiginosamente en Mar del Plata y en todo el país. Y, como último recurso, también se puede recurrir a los “prestamistas”.
Algunas de estas Compañías pertenecen a Grupos Bancarios Nacionales e Internacionales, otras a Grupos Financieros Mundiales y también están las que son manejadas por únicos propietarios, con filiales en gran parte del territorio nacional
El gran negocio y proliferación de estas empresas, se debe a diferentes causas.
La principal y, sin lugar a dudas, es la mala situación económica por la que atraviesan muchos argentinos. Otro factor relevante está en las pocas condiciones que requieren al solicitante en comparación con los que exigen las entidades bancarias.
La publicidad que ofrecen, también juega a su favor. En los volantes que reparten en distintas zonas de la ciudad, y carteles publicitarios por doquier, las ofertas de dinero tienen variedad de cifras, pero en casi todas, el común denominador es le facilidad para obtenerlo, También, hace mención a las distintas categorías de adjudicatarios como por ejemplo: jubilados, empleados municipales, personal de las fuerzas de seguridad, y otros.
Según datos oficiales de la Secretaría de Economía y Hacienda de la Municipalidad del Partido General Pueyrredón, en la actualidad, funcionan 26 Entidades crediticias regularmente habilitadas.

LOS BANCOS

“Con el dinero sucede lo mismo que con el papel higiénico; cuando se necesita, se necesita urgentemente”, Upton Sinclair.

Cuando llega la hora de pensar en un préstamo, el sujeto recorre las distintas alternativas para encontrar la solución más satisfactoria a sus necesidades. Empieza a visitar algún Banco, en donde el primer requisito es ser o hacerse cliente, para lo cual necesita cumplir una serie de condiciones que, de alcanzarlas, demorarán al menos una semana en el mejor de los casos para contar con el efectivo a disposición.
En algunas entidades bancarias de esta ciudad, los créditos personales, se consiguen de acuerdo al plazo y la “categoría del pretendiente”, con una tasa de interés que oscila del 25% al 32% anual. Los clientes “privilegiados”, además de contar con el beneficio del arancel más bajo, no pagan el 3% de gastos de otorgamiento, ni el 3% en caso de cancelación anticipada.
Además, todos deberán abonar el 0,2% de seguro y el 1% de sellado.
El sistema de devolución del dinero, es el siguiente: por ejemplo una persona que pide $ 1.000, con el 32% de intereses a 12 meses, pagará la primera cuota de $ 106 y la última de $ 98,47. Resultando $ 103 el promedio anual, más los gastos anteriormente mencionados.
En todos estos casos y a prescindir de monto y plazo, las cuotas son fijas y en pesos.
El cliente, en el caso de haber abierto una caja de ahorros o cuenta corriente, a los efectos de obtener el crédito, puede cerrarla una vez percibida la suma solicitada, y pagar sus cuotas en las cajas del Banco o sucursales, si las hubiera.
Cuando el interesado se atrasa con su pago, el interés por mora oscila desde el 0.12 % al 0,16% diario sobre la cuota en cuestión. De todos modos, los directivos de los bancos encuestados, aseguraron que en general “los tomadores de préstamos son bastante cumplidores y que el interés por pago fuera de término casi nunca se pacta de antemano porque las tasas son muy cambiantes”.

LAS FINANCIERAS

Cuando una persona tiene urgencia de efectivo y el monto a solicitar no supera las cuatro cifras, la búsqueda va en dirección de las Compañías Financieras o prestamistas irregulares.
Los clientes tipo de estas empresas, son aquellos que, por alguna circunstancia tienen un apremio económico urgente y no una necesidad de dinero programada.
Un gran número de solicitantes se encuentra en la clase pasiva. También ellos, son quienes pueden obtener dinero con los mínimos requisitos y en el menor plazo. El motivo es muy simple: la mayoría de las financieras, pueden descontar directamente las cuotas del préstamo del haber jubilatorio del cliente, lo que les garantiza el cobro en un ciento por ciento. No obstante, las compañías, antes de acordarse con el interesado realizan una serie de averiguaciones informáticas, como por ejemplo si el interesado tiene antecedentes crediticios o deudas con alguna entidad bancaria o financiera.
Según lo informado por cinco de las Compañías más destacadas de la ciudad, la mayoría de sus interesados son del sexo femenino, de 55 años en adelante y los montos otorgados, en promedio no exceden los $1.500 y el plazo más requerido para la devolución, va desde los 10 hasta los 24 meses.
Así como en los Bancos hay clientes “privilegiados”, en las Financieras también el dinero no tiene el mismo valor para todos. De acuerdo a la profesión y/o posesiones en algunos casos, no solo el monto del préstamo –como es lógico y razonable- si no que también la tasa de interés pueden variar.
Por ejemplo un comerciante con prolijidad en sus deberes fiscales, propietario de bienes inmuebles y de un par de tarjetas de crédito, puede obtener al menos $ 20.000, y devolverlos hasta 24 meses pagando cuotas fijas de $ 1.560, más el 1% de gastos de sellado y, si desea cancelarlo antes del vencimiento, deberá abonar el 6% sobre el saldo.
En el mismo lugar, un jubilado al que su rédito le permita recibir un préstamo de $ 2.000, deberá restituirlos en 24 cuotas fijas de $ 175, más el 1% de gastos de sellado y también pagar el 6% sobre el saldo, si desea cancelarlo anticipadamente.
La cuota a reintegrar en el caso que la operación se realice a 12 meses, es de $ 312.
En el caso de atraso con el pago de las cuotas, la mayoría de las financieras encuestadas, afirmaron que los intereses por mora, los informan directamente al solicitante, una vez otorgado el crédito y que la tasa es variable. En cambio, la empleada de una compañía, confesó que “actualmente se aplica una tasa del 0,5% diario de interés sobre las cuotas abonadas fuera de término”, y agregó “la mayoría de las financieras se manejan con esos porcentajes”.


MERCADO PARALELO


Parece ser que desde el primer momento en que el hombre realizó transacciones comerciales, fue necesario pactar plazos para la cancelación de los montos de las deudas. Desde entonces aparece en el escenario el concepto del interés y también el concepto más velado pero real que es el de la usura -tomado como el cobro excesivo de la tasa de interés- , tal como consta en algunos escritos antiguos, por ejemplo, libros del Antiguo Testamento.
Los prestamistas existieron antes que los bancos, las financieras y todos los mercados “legales” para obtener créditos.
Esta “categoría”, es la de mayor abundancia en el mercado del dinero, pero la más reacia a la hora de divulgar información debido a la ilegalidad de su actividad.
“Lo nuestro es más una relación de amistad”, confesó un empresario dedicado al préstamo, y continuó “La mayoría de nuestros clientes son comerciantes. Si lo conocemos le damos el dinero directamente, si no, averiguamos su situación impositiva. Luego, si está todo bien, le hacemos un contrato de Mutuo y firmar documentos por el total de la deuda”.
-¿Cómo es el sistema de pago?
-Le mandamos un cobrador o vamos personalmente a su negocio o casa de lunes a sábados. Cobramos Todos los días, menos los domingos.
-¿Con qué tasas de interés se manejan?
-Nosotros, como casi todos en este sector, nos manejamos con un interés mensual del orden del 20% y 30%. Cada $1.000 le cobramos 32 cuotas diarias de $ 40.
-En el caso de que el cliente se atrase cuál es el método de recaudación.
-Como te dije, hay una relación de amistad. Cuando vamos a cobrar las cuotas, a veces nos quedamos a charlar o a tomar mates. Generalmente pagan en fecha pero a veces un día tienen un problema y los esperamos.
-¿Pero en caso de que pase mucho tiempo sin pagar, qué pasa?
-Nosotros le aplicamos un pequeño interés sobre la cuota, pero hay algunos colegas que cuando no pueden cobrar, pasan a los hechos, o sea intimidación que, a veces es más efectiva que un interés punitorio.
-¿Hay muchos prestamistas en Mar del Plata?
-Muchísimos, más de lo que te puedas imaginar y además, los clientes que entran en el círculo, no salen más. Una vez que piden plata, queda enganchados casi de por vida.


LA URGENCIA TIENE COSTO

“Si quieres conocer el valor del dinero, anda y prueba a tomarlo en préstamo”, Benjamín Franklin.


Puede ser por urgencia, por desconocimiento o por comodidad, quien sabe. Pero la realidad dice que una persona que obtiene crédito bancario sin ser cliente “privilegiado”, deberá devolver aproximadamente entre $ 1.200 y $ 1.300 por todo concepto al cabo de un año por un préstamo de $ 1.000. Si opta por la solución en 24 meses, tendrá que restituir alrededor de $ 1.500 en total.
En cambio, si se recurre a Compañías Financieras, por el mismo importe de $ 1.000, deberá reintegrar una suma que varía según la empresa crediticia, entre los $ 1.600 y los $ 1.900 para cancelar la deuda anual y, entre los $ 2.200 y los $ 2.500 cuando se optó por los dos años para su cancelación.

Espejismo de ser humano

Por Ramiro Chaparro

El hombre ha sufrido cambios en su forma de pensar, actuar y en el compartir un mismo espacio con sus pares. Quizás a la hora de entender el porqué, sería conveniente analizar cuáles son sus capacidades y motivos por el cual se comprende la evolución, negativa o positiva, como parte de un proceso histórico.

El "Post-modernismo", como algunos historiadores lo mencionan, no es más que un quiebre en los compromisos y en el accionar del hombre por el hombre. Aquellos impulsores de éste movimiento, afirman la abolición de la sociedad occidental de los derechos de igualdad. Además sostienen que el capitalismo, como sistema económico, carece de distribución equitativa de bienes y salarios, permitiendo la prosperidad de unos pocos, mientras la gran masa se empobrece.

El control técnico del mundo, en todos sus aspectos, se ha incrementado a nivel inaccesible, y provoca un cambio en el efecto cultural y visual de las condiciones materiales y prácticas.

Si se creía en un progreso indefinido, en el desarrollo abierto hacia un fututo; hoy, las modificaciones del hombre y la naturaleza han puesto al progreso en entredicho, el futuro ya no es promesa, el pasado se ha desustancializado. El estilo "light", la imposición del narcisismo y la privatización de la existencia han llevado al abandono de la proyectualidad. Éste acontecimiento ha generado una notable pérdida de confianza, no solamente en el sistema sino, y aún más preocupante, en el hombre en sí mismo.

El porqué, consiste en analizar todas las situaciones que modifican el espacio social. ¿Pero qué hace el individuo para cambiar esta situación "injusta" y permitir así una mejor calidad de vida?
A la hora de producir opinión de la realidad, se recurre a aquellos que obedecen al vertiginoso ritmo de la experiencia "massmediática". Y que emiten la interpretación de los hechos, por vía de apelación al pensamiento abstracto; es más decisivo saber instalarse en el imaginario colectivo mediante la imagen personal, el interés social-económico y el ingenio, puestos al servicio de lo inmediato. Actualmente todo transcurre en el fluir del zapping, en la ruptura de la sistematicidad del discurso. Existe primacía de la imagen por sobre la letra, de lo imaginario sobre lo simbólico, de la multiplicidad de estímulos por sobre la posibilidad de elaborarlos.

La realidad es algo que existe y nos rodea, dándonos lugar a nuestras experiencias, relaciones y actividades. Pero es claro que hay infinidad de interpretaciones.

Se dice que la inteligencia es simplemente saber llevar una vida feliz y efectiva, vivida al máximo de sus posibilidades. Nunca dejándose llevar por el deseo de los demás, de lo contrario, se conduciría a una realidad falsa y ajena a nuestra propia voluntad. Es ahí donde entran en juego los acontecimientos e influencias del cual no queremos ser parte. Ése sería entonces el camino indicado para atravesar las adversidades y salir de ése estado de somnolencia en el cual permitimos injusticias y corrupciones. Todo radica en volver a creer en las posibilidades y evitar el desaliento que provoca enfrentarse con estos hechos.

Será cuestión entonces de cambiar la actitud mal acostumbrada de esperar a que sucedan las cosas, y de una vez, luchar por las libertades y los beneficios de los cuales deberíamos gozar, en una sociedad que reprime su riqueza cultural motivada en vestirse bien, a la moda, y continúa enmascarando las verdaderas miserias del hombre con una superficial cuestión de correcta apariencia material.

Fotografía: "Niños que luchan"


Por Lucía Pérez

Desde el viernes 13 y hasta el 26 de noviembre se realizará la muestra fotográfica "Niños que luchan", que se expondrá todos los días de 11 a 22 en el Centro Cultural América Libre. La exhibición cuenta y relata la experiencia de dos luchas distintas, con contextos y formas diferentes, en la que las historias pueden conocerse a través de los gestos, miradas, movimientos y acciones de los niños y niñas que también la construyen.

Las imágenes tomadas por el fotógrafo marplatense, Pablo González, reflejan lo importante que es involucrarse, compartir y conocer para romper con los prejuicios.


Es por eso que la muestra, que será libre y gratuita, invita a los interesados a reflexionar acerca de los juicios de valor que en nuestro país conforman la opinión pública. Observar fotografías de niños que luchan para cambiar, pese a su corta edad, podrá demostrar que no hay una generación perdida.

La exposición que cuenta con casi treinta imágenes tomadas entre 2008 y 2009, se inaugurará el próximo viernes a las 19 en el Centro Cultural América Libre, Casa del Pueblo; ubicado en la intersección de la calle San Martín y 20 de septiembre.


Otro Festival


En el marco del 24º Festival Internacional de Cine que se desarrolla en Mar del Plata desde el 7 de noviembre y que culminará el próximo domingo, el Centro Cultural América libre y la Red Cine realizarán la tercera edición del denominado “Otro Festival”. La muestra será inaugurada el 13 de noviembre, tras la presentación de "Niños que luchan", y buscará proyectar otra forma de mirar el mundo.



Apoyan y acompañan la muestra: CENTRO CULTURAL AMÉRICA LIBRE y FM DE LA AZOTEA, RADIO COMUNITARIA.